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lunes, 7 de mayo de 2012

Los bancos de sangre para perros y gatos

Así funciona un banco de sangre animal

Un mililitro de sangre incompatible mata a un gato. Los galgos son donantes universales. Y cualquier can o felino sano y con un peso superior a 20 y 4 kg, respectivamente, puede ayudar a otro de su especie

Un raticida pudo acabar con su perro. El animal, por fortuna, recibió a tiempo la cantidad necesaria de plasma. Una inyección de vida, no obstante, que costó encontrar. Para evitar que se repitiera su historia, Alfredo Montoro creó el primer Banco de Sangre Canino en la Comunidad Valenciana a principios de 2010.

«Hacen falta donantes siempre. Los requerimientos de sangre son inesperados: operaciones, accidentes, anemias, traumatismos…. Pese a las campañas que organizamos no existe mucha concienciación al respecto», alerta Baucis Mitjanas, de la División Veterinaria de los Laboratorios Montero Botella.

El candidato ideal: un can cuidado (desparasitado, vacunado) de 25 kilos (kg).

Carácter tranquilo

«Los datos científicos nos dicen que podemos extraerles 20 mililitros (ml) por kg cada cuatro semanas. Aunque nosotros recomendamos que se haga cada tres meses», explica Cristina Fragío, jefa de Urgencias de Pequeños Animales del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Complutense de Madrid (HCVC).

«Las bolsas, con una capacidad de 450 ml, ya incorporan anticoagulante, por lo que solo les sacamos unos 320 ml», comenta Lorena Lázaro, de la División Veterinaria de los Laboratorios Montero Botella. «El calibre de vena de los perros no permite una velocidad de extracción óptima siempre, de modo que elegimos la yugular (rasuramos y lavamos una pequeña zona del cuello) o la cefálica (situada en la pata delantera)».

El proceso dura entre diez y cuarenta minutos, en función del carácter del can. «Las razas grandes (mastín, bóxer, dogo, bulldog…) suelen mostrarse más tranquilos», resalta Mitjanas. ¿Hay premio al final? «En realidad, a diferencia de las personas, que podemos sufrir algún desmayo, ellos no necesitan recuperar fuerzas, pues el volumen de sangre retirado es mínimo. Pero les ofrecemos un cuenco con pienso de dieta», cuenta María Ángeles Daza, del Departamento de Urgencias de Pequeños Animales del HCVC.

No actúan igual en el banco de sangre privado valenciano: «Los perros tienen estómagos muy sensibles y comer algo desacostumbrado puede acarrearles diarreas alimentarias pasajeras. Además, sus dueños se los pueden llevar una vez han realizado su solidario acto», manifiesta Mitjanas.

Intervenciones de bazo

La sangre se centrifuga para separarla en dos productos diferentes: plasma y concentrado de eritrocitos (glóbulos rojos). «El plasma, rico en proteínas, se aplica cuando el paciente presenta una falta de coagulación, por ejemplo. Mientras que el concentrado de eritrocitos resulta muy útil en casos de anemias o rotura de vísceras abdominales», detalla Daza.

«El plasma puede almacenarse entre diez y doce meses. Se ha de congelar a lo largo de las seis horas siguientes a su obtención. Cuando se quiera echar mano de él basta con calentarlo al baño maría. El concentrado de eritrocitos, en cambio, se guarda en la nevera y aguanta unos 42 días. La sangre completa, hasta 35», matiza Lázaro.

 «No haría falta testar el grupo sanguíneo (GS) del can –hay ocho distintos- en la primera trasfusión, ya que nace sin anticuerpos naturales frente a otros GS. Si se trata de la segunda, aunque donante y receptor pertenezcan al mismo, conviene comprobarlo, por si hubiera anticuerpos circulando», relata Daza.

«Los kits preparados –de venta en clínicas- que usamos no determinan qué GS tiene la mascota, sino el grupo con más relevancia clínica (el que causa más reacciones post-trasfusionales): el DEA 1.1. Los DEA 1.1 positivo solo pueden donar a otro positivo; el negativo, en cambio, sería el equivalente humano al “donante universal”», expone Fragío.

«Los galgos, en un porcentaje altísimo, se consideran donantes universales», menciona Mitjanas.

Hemólisis

Antes de trasfundir, los veterinarios estiman la pérdida de sangre del animal para calcular cuánta necesitará. «Los ejemplares más grandes consumen dos bolsas de concentrado de eritrocitos. Bastantes más si hablamos de plasma. En una misma trasfusión podrían recibir sangre de diferentes perros (los anticuerpos tardan en originarse una semana)», enuncia Daza.

Durante las dos horas que se dilata el procedimiento, los parámetros basales del can (frecuencia cardiaca, presión arterial, temperatura, mucosas, orina, respiración…) se monitorean cada quince minutos. «Si se produce un shock anafiláctico o una anemia hemolítica se detiene la trasfusión y se actúa de inmediato».

 Chequeos por la «patilla»

Tanto si lleva a su perro a los Laboratorios Montero Botella (Valencia) como al Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Complutense de Madrid sepa que se le practicará un control de salud gratuito (cada vez que acuda a donar o dos veces al año, respectivamente) y gozará de preferencia de sangre en caso de necesitarlo. «Realizando las pertinentes analíticas nos aseguramos una cartera de donantes sanos. Al mismo tiempo, ayudamos a sus propietarios a combatir patologías peligrosas (leishmaniasis, ehrlichiosis, dirofilariosis) gracias a un diagnóstico precoz. En Valencia (Baleares, Cataluña y Aragón) somos endémicos de leishmania, sin ir más lejos», concluye Mitjanas.

Sedación y jeringuilla
 
Los gatos con un peso superior a 4 kg pueden donar sangre. Se les extrae una unidad (60-80 ml) por medio de una jeringuilla que incluye anticoagulante. Los felinos son muy nerviosos, por lo que se les seda. «Supone un riesgo mayor, así como un coste superior», aclara Fragío. Su sangre no se almacena, al tratarse de poco volumen. Y se suele usar en gatos con enfermedades infecciosas, leucemia, inmunodeficiencia, pancreatitis, septicemia, pacientes que reciben quimioterapia….

Desde la primera trasfusión se comprueba su grupo sanguíneo –tres tipos-. «El B –propio de abisinios, por ejemplo- es el más antigénico de todos y el menos frecuente. Normalmente, un A puede donar a un B con mucho cuidado. Pero un B nunca puede hacerlo con un A. Un mililitro de sangre incompatible puede matar al animal», asegura Daza. RUTH PILAR ESPINOSA, ABC.es

La educación del cachorro

Cuando usted ve una clase para cachorros, es muy fácil quedar fascinado con la vista de cachorros felices y obedientes respondiendo sin correa a ordenes verbales y señales con las manos para venir, sentarse, caminar junto y echarse-quieto, que uno tiende a olvidar la principal razón para demorar el inicio de las clases de cachorro.

Un programa para cachorros realmente efectivo comprende adiestramiento de la conducta y adiestramiento del temperamento junto a la alternativa de hacer un trabajo de obediencia. El ingrediente más vital es el adiestramiento del temperamento - proporcionando un foro educacional para que el cachorro aprenda habilidades sociales, desarrolle la confianza y la comunicación social para tener una amistosa relación con otros perros y especialmente con personas. A los cachorros se les debe permitir jugar con otros cachorros y perros y disfrutar numerosas interacciones positivas con una amplia variedad de personas, especialmente niños y hombres.
La socialización debería ser siempre la principal directiva de cualquier programa de educación del cachorro, en donde las clases comprenden un grupo de dueños de perros formando un círculo en el piso con cachorros teniendo un muy buen momento de juego en el centro, o entretenidas habilidades de obediencia realizadas sin correa en el medio de una continua sesión de juego.

La Obediencia

El adiestramiento en obediencia es necesario para que los dueños puedan controlar la posición corporal de su perro, diferentes situaciones y actividades. Algunas formas de adiestramiento funcional en obediencia son necesarias para todos los perros, no importando en que etapa de la vida estén. Ciertamente, todos los aspectos del adiestramiento en obediencia pueden ser alcanzados efectivamente en cualquier etapa de la vida del perro, pero suele ser más fácil, más rápido y más entretenido adiestrar al perro cuando es un cachorro. De cualquier manera, a pesar de la facilidad del adiestramiento temprano, no debemos olvidar que la obediencia es solamente la razón secundaria para asistir a las clases de cachorro. Aún así, el modelo de cachorro sin correa y con buen control verbal, es ideal cebo para animar a los dueños a inscribir a sus cachorros en clases que adicionalmente ofrecen lejos una más urgente modificación de conducta y todo lo importante del adiestramiento del temperamento. Esto no les gusta a muchos dueños de perros que tienen mucha prisa en inscribir a su cachorro en una clase de adiestramiento anti-agresividad e inhibición de mordida.

El Comportamiento

Una conducta del perro puede ser modificada en cualquier etapa de su vida, aunque cuando el perro es más viejo, el trabajo es mucho más difícil. Generalmente es mejor atajar el problema de conducta en un principio; modificar la conducta del perro antes que un potencial problema eduque sus cabezas de chorlito, o antes de que un problema incipiente se vuelva uno verdadero. Sin suficiente guía (modificación de conducta), el perro se abandonará en improvisar su búsqueda de terapia ocupacional para pasar las largas horas cuando se queda solo en casa. Y sin duda los dueños juzgarán las improvisaciones de su perro no muy aceptables. Aún, después de todo, la expresión inapropiada de sus conductas normales se volverán una parte integral de su rutina diaria, esto es, las conductas se volverán hábitos - malos hábitos.

Esto es injusto para ambos, el perro y el dueño, porque por el resto de la vida del perro, no hay duda que el dueño frecuentemente se irritará con su comportamiento y por lo tanto, será frecuentemente castigado. Además, para reeducar al perro con malos hábitos bien establecidos, es necesario primero eliminar el mal hábito antes de readiestrar al perro. Por ejemplo, llevar al perro a abandonar el hábito de ladrar durante 10 años es equivalente a convencer a una persona a renunciar a 40 años de hábito de fumar.

Tiene mucho más sentido educar al perro cuando es un cachorro ya que habitualmente no se refuerza a sí mismo por ladrar excesivamente. Un ingrediente vital para cualquier clase para cachorro involucra la educación de los dueños sobre cómo prevenir comunes y predecibles problemas de conducta - como enseñar a sus perros alternativas apropiadas y aceptables para sus comportamientos caninos normales, esto es: qué objetos puede morder, donde hacer sus necesidades, donde hacer hoyos, cuando ladrar, cuando saltar y cuando estar activo, etc. En particular esto es esencial para dirigir inmediatamente cualquier problema incipiente de conducta que surja en clases, siempre a expensas de retrasar enseñarle como andar con correa y sentarse.

De hecho, la maestría en las habilidades de obediencia puede esperar en favor de los problemas de conducta, el tiempo se va rápidamente. Por ejemplo, más que permitir que el cachorro ladre y ensordezca a todos en clases por 6 semanas (esto es, sentando un precedente para el perro que irrita en forma crónica a sus dueños y engendra la cólera de sus vecinos por el resto de su vida), durante la primera semana de clases, enseñe al cachorro el "Sshhshhh" por progresivos períodos cada vez más largos de tiempo. Es muy útil educar al dueño sobre como enseñar a su perro a callarlo por su cena.

Igualmente, los problemas de suciedad en la casa deberían ser tratados en clases de inmediato; no pierda tiempo dando explicaciones, el dueño debe aprender muy de prisa - hay un error. y se da la instrucción de reprimenda "¡Fuera!" - todo en menos de 1 segundo. Una sola palabra le da a entender al perro, "estas haciendo algo mal y puedes rectificarlo haciéndolo afuera". "¡Buen perro!" Ahora, a limpiar. Los problemas de higiene en casa, se presentan especialmente como un aterrador prospecto. No por el pequeño charco que dejó el cachorro en el suelo, sino porque un pequeño desorden del cachorro en las clases de adiestramiento es usualmente el precursor de muchos miles de desordenes en proporciones de un perro adulto en la casa. Si el perro ensucia la casa, establece una buena oportunidad de ser relegado al patio, donde, por supuesto comenzará a mordisquear cosas, hacer hoyos, ladrar y escapar para aliviar el aburrimiento de su solitario confinamiento, con lo cual sus dueños encontrarán que su perro es malo e intentarán encontrarle un nuevo hogar.

Ayuda tener en mente que los problemas de conducta, aún el simple problema de hacer sus necesidades dentro de la casa, efectivamente mata más perros que cualquier virus o bacteria. Si la presentación de problemas de conducta del perro no se resuelve inmediatamente, con toda probabilidad el perro puede no estar mañana para poder enseñarle a caminar junto y a sentarse.

El Temperamento

A diferencia del adiestramiento de obediencia y modificación de conducta, el adiestramiento del temperamento debe ser visto en el contexto del desarrollo y debe ser completado durante la etapa de cachorro. La clave es la intervención preventiva; retrasarlo es completamente absurdo. Las medidas preventivas son sencillas, eficientes, eficaces, prácticamente no requieren esfuerzos, y es incluso agradable, mientras que en la mayoría de los casos, el tratamiento de problemas de temperamento en perros adultos consume mucho tiempo, es muy difícil y a menudo, demasiado peligroso.

Tal como es posible criar un perro que haga una puntuación perfecta en el ring de competencia y nunca rompa un sentado-quieto, es posible criar un perro con un temperamento perfecto - un perro que nunca pelea y nunca muerde. Naturalmente una buena raza es esencial, pero por sí misma, una crianza selectiva no es suficiente. Puntajes perfectos y "quietos" muy confiables son el producto de un buen adiestramiento. De la misma manera, los perros tienen que ser adiestrados para no pelear con otros perros y adiestrados para nunca morder a las personas.

El temperamento de cada perro necesita ser modificado en cierto grado - moldeado para ajustarse al estilo de vida de sus dueños. Todos los perros son diferentes: algunos carecen de confianza, mientras que otros son demasiado avasalladores, algunos son haraganes y otros demasiado activos, algunos son tímidos y reservados, fríos, asociales o antisociales, mientras que otros son demasiado amistosos o desordenados. Las personas tienden a olvidar que un perro doméstico no es domesticado hasta que haya sido adecuadamente adiestrado y socializado. Si el perro no es socializado y no ha aprendido la inhibición de mordida, entonces el así llamado perro doméstico (de cualquier raza), es mucho peor que un animal salvaje.

Los programas para cachorros que promueven una temprana socialización, un ambiente social muy enriquecedor y adiestramiento del carácter con el generoso uso de juegos de adiestramiento, más comida, juguetes y premios, son la única solución factible para tratar problemas de carácter. Si los dueños dan a sus cachorros suficientes oportunidades para jugar con otros cachorros y perros, la mayoría de los potenciales problemas entre perros se tratarán por sí mismos. Los cachorros virtualmente se adiestran ellos mismos para ser amistosos y sociables.

Un perro socializado jugará mucho más con otros perros, más que esconderse o pelear. Efectivamente, el miedo que predomina en gran parte de los perros adultos es virtualmente inexistente después de unas clases de socialización para cachorros. Por supuesto, hasta un perro adulto bien socializado tendrá ocasionales errores. Al respecto no hay mucha diferencia con las personas. Hay muy pocas personas que pueden decir honestamente que nunca han perdido el control, nunca han tenido una discusión y nunca han agredido físicamente a otra persona (usualmente un niño o un cónyuge) en un momento de enojo. Por otro lado, muy pocas personas han lastimado seriamente o matado a alguien. Así como es casi imposible encontrar perros (especialmente machos) que nunca pelean, es absolutamente normal encontrar perros que saben como resolver sus diferencias sin agarrarse, en efecto, sin siquiera hacer contacto con sus dientes o derramar sangre.

Estas habilidades sociales deben ser adquiridas tempranamente mientras el perro es un cachorro. La principal razón de los juegos entre cachorros es aprender a inhibir la fuerza de su mordida y desarrollar bocas blandas, antes que sus mandíbulas desarrollen el poder de infligir serios daños. El juego también permite a los más jóvenes aprender el contexto apropiado de los elementos de su completo repertorio conductual. Un perro inadecuadamente socializado carece de confianza en sus interacciones sociales, mostrándose temeroso y mordiendo, o con muy machos gruñidos y manifestaciones sexuales como evidencia de problemas de apareamiento, una pequeña camada, problemas maternales, etc.

Los cachorros, sin embargo, requieren una guía humana considerable para prevenir el desarrollo de miedos y agresividad hacia las personas. Los dueños son simplemente reacios a aprender como desensibilizar al perro de potenciales amenazas y situaciones provocantes como, proteger objetos (por ejemplo: el plato de comida o los huesos), con extraños, niños, o durante una inocente (pero no deseable) caricia y abrazo, o un manejo aversivo (dolor) y restrictivo.

Resumiendo, las clases para cachorros son esenciales para educar a los dueños sobre como enseñar a sus cachorros a inhibir la mordida - a inhibirla sistemáticamente, primero la fuerza de su mordida (hasta que toda la presión sea eliminada) y en segundo lugar, la incidencia de la mordida (que por ahora es solamente abrir la boca). Cuando nos enfrentamos con potenciales problemas como la agresión hacia las personas, es prudente tener varias líneas de defensa; como mínimo, un programa de intervención dual:

1. Intentar desensibilizar al cachorro de cada imaginable provocación potencial; y

2. Enseñar al cachorro a inhibir tanto la fuerza como la frecuencia de su mordida.

Así, aparecerán situaciones para las cuales no hemos probado adecuadamente al perro, (por ejemplo, puede ser un pequeño "Batman" que salta sobre el abdomen del perro o apretar su cola con la puerta del auto); el perro ha sido al menos socializado con niños, ha sido expuesto a una variedad de situaciones extrañas, ha sido desensibilizado a un manejo doloroso y en general sabe que no debe morder, pero si lo hace. un perro con una buena inhibición de mordida apenas romperá la piel, eso si llega a hacer contacto con la piel del todo.

Existen muchos ejercicios de desensibilización y para ganar confianza - en mi libro "Preventing Agression" están descritos y algunos están demostrados en mi video de Adiestramiento para Cachorros SIRIUS. La mayoría de los ejercicios se basan fuertemente en el adiestramiento utilizando comida como señuelo-recompensa, siendo el mejor método cuando trabajamos con perros temerosos y agresivos. Desafortunadamente, a menudo al comenzar el adiestramiento del temperamento, es contraproducente premiar o acariciar al perro cuando está frecuentemente asustado o molesto por voces y contacto de extraños. Irónicamente, éstas han sido con frecuencia la causa de los problemas en primer lugar.

Descripción de un ejercicio: alimentación manual. Dando manualmente la porción inicial de la cena del perro, éste aprende a disfrutar la compañía humana alrededor de su plato de comida. Aprende a tomar su comida delicadamente (inhibición de mordida) y aprende el "¡deja!" o "¡espera!" (muy útil también en la enseñanza de la inhibición de mordida) y el "¡toma!". Inicialmente, el perro es adiestrado para que no toque su comida por intervalos de tiempo cada vez mayores, y siempre se le permitirá tomarla. Una vez aprendido, el dueño tiene la opción de prohibir con la orden "¡deja!", que ahora significa que no lo toque en absoluto.

Existen numerosas aplicaciones de estos comandos: "¡toma!" anima a un perro temeroso a tomar su comida o juguete de un extraño. "¡Suave!" enseña al perro como tomar comida desde la mano de un niño desconocido, y como jugar con el gato o con un perro tímido. "¡Deja!" es útil para enseñar al perro a detener la mordida así como no tocar una gran variedad de objetos como, los pañales de bebé, el bebé, el conejo de pascua del vecino, un cuervo muerto, desechos fecales de procedencia desconocida, los insectos, un perro temeroso, o un enorme perro agresivo. Dr. Ian Dunbar

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