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domingo, 20 de mayo de 2012

La Agresividad Entre Perros

Me he decidido a escribir este artículo a causa de que últimamente vengo observando que en los foros de perros en Internet, en la zona de Etología, cuando ponen algún post sobre agresividad entre perros cuando los propietarios están paseándolo, algunas personas que contestan los post manifiestan que es recomendable “la utilización técnicas aversivas”- castigo- y así como que “la castración es efectiva en el macho” para eliminar dicha agresividad. Quiero recalcar que la castración del animal no sirve absolutamente de nada si estamos ante una agresividad por miedo, por protección de recurso o territorial e incluso
intrasexual-ya que no la elimina del todo, como se verá más adelante- y la utilización del castigo menos aún para la modificación de la conducta agresiva.

Por todo lo anterior paso a explicar desde el punto de vista de la Etología Clínica lo que es la agresividad entre perros que no viven juntos, su diagnóstico, diagnóstico diferencial, pronóstico y tratamiento.

Hay cuatro diagnósticos y son los siguientes: la intrasexual, por miedo, territorial y por protección de recurso -ver punto 4-.

1) Aprendizaje de la agresividad.

Sabemos que la agresividad en el perro doméstico no es hereditaria, a  excepción dada del carácter miedo. Este es el responsable de una agresividad muy peligrosa cuando nuestro perro “cree o entiende” que su supervivencia está en peligro. 
La agresividad es una respuesta que cualquier ser vivo ofrece en situaciones que suponen una amenaza-o que son percibidas como tal- o ataque como consecuencia de un estímulo que lo desencadena-en este caso, otro perro o perra-. 
La conducta agresiva es una conducta de adaptación que, directa o indirectamente, beneficia al individuo. El acto agresivo en el perro doméstico es un comportamiento que la selección natural ha premiado y por lo tanto que ha evolucionando en pro de su supervivencia y reproducción. La agresividad no solo se basa en morder, sino también cuando el perro gruñe o enseña los dientes -desnudamiento de belfos-.

Hay que tener presente que los perros-y todas las especies- cuando toman decisiones lo hacen a tenor de una relación de costes/beneficios. Si los costes son mayores que los beneficios, ese comportamiento no se llevará a cabo, si por el contrario, los beneficios son mayores que los costes, esa conducta si se llevará  a cabo-los perros siempre están aprendiendo-

La agresión o conductas agresivas permiten al perro conseguir el control de la situación, reforzando la conducta y aumentando la probabilidad de que el perro escoja este modelo de conducta en situaciones comparables en el futuro y si es reforzada en muchas ocasiones-por condicionamiento instrumental u operante- será muy  difícil de modificar ese comportamiento. 
En los cuatro tipos de agresividad en los que nos encontramos, los perros  están aprendiendo en esas ocasiones mediante el condicionamiento de evitación y escape, ya que en todas las situaciones en que se acerca otro perro son tomadas como aversivas-condicionamiento de escape con la aplicación de refuerzo negativo-. Mediante la evitación, el animal aprende que puede interrumpir el estímulo aversivo y comienza a responder antes de que se presente el mismo, aprendiendo que las conductas agresivas son conductas de evitación muy efectivas.

En este caso, aparte de establecerse  rápidamente el condicionamiento de evitación también el mismo se hace  muy resistente a la extinción. 
Por lo anterior, no es de extrañar, que de ahí aparezca la posterior apariencia de la llamada agresión “impredecible” y “no provocada”.

2) Castigo de la agresividad.

El castigo está contraindicado en el tratamiento de estos problemas, ya que por muy aversivo que fuese el mismo, siempre lo será más el estímulo que desencadena la conducta agresiva en el animal. El propietario debe abstenerse de las reprimendas verbales, la fuerza físicapegarle tirones o someter al perro- y así como realizarle al perro comunicaciones agonísticas de intención-gesticular -. “No hay que castigar porque  se corre el riesgo de lesión”. Quiero recordar la Ley del Efecto de Thorndike: toda conducta premiada tenderá a repetirse y toda conducta castigada tenderá a “eliminarse y/o a derivarse hacia otra”.
Hay que tener presente que las conductas tensas o impredecibles-como son el castigo- pueden exacerbar el problema actual intensificando los comportamientos agresivos. Es más, castigar al animal  en presencia de otro perro puede reforzar la conducta agresiva –no suprimiéndola, sino intensificándola- por la asociación del animal con la experiencia aversiva condicionamiento de escape y evitación-. 

3) Diagnóstico Diferencial.

Según Manteca (2.003): “como en cualquier otro problema de comportamiento, resulta necesario, en primer lugar, descartar posibles problemas orgánicos y realizar, por lo tanto, una exploración general y un examen neurológico de  los animales. Además, es recomendable determinar los niveles plasmáticos de T4 y TSH para confirmar o descartar un posible problema de hipotiroidismo-pudiendo éste actuar como factor agravante de la agresividad-”. 
También la agresividad por miedo se puede confundir con la agresividad territorial y viceversa. Para poder llegar a un buen diagnóstico  hay que ver los contextos en los que aparece, los perros a los que va dirigida y la postura del animal. En cuanto a la postura del animal sobre todo en la ofensiva, a veces esto no se suele cumplir ya que perfectamente podemos estar ante un perro que defienda el territorio con una postura corporal defensiva.

4) Diagnóstico.

* La agresividad intrasexual se da frecuentemente en machos adultos- que ya han  alcanzado la madurez sexual- y hacia otros machos adultos, ya que es una conducta sexualmente dimórfica, siendo la postura de agresividad ofensiva la que adopta el animal. Generalmente suele pasar cuando los perros van atados con la correa ya que los mismos se ven incapacitados para tener una interacción más libre. También es más visible en razas pequeñas sobre todo hacia las grandes y esto es debido a las comunicaciones de intención. Este tipo de
comunicación es deshonesta-el perro puede ir de farol, te voy a atacar y voy a resistir mucho, cuando en realidad el perro no piensa resistir tanto-. La señales deshonestas suelen utilizarlas normalmente los individuos menos fuertes e inseguros y las mismas como han sido exitosas han evolucionado en el Canis familiaris-solo lo que está en los genes produce adaptación-.

* La agresividad por miedo se da indistintamente en machos y hembras de cualquier edad a causa de que el carácter miedo tiene una heredabilidad del 40-50%. También puede  venir por una mala socialización o experiencia traumática que haya tenido el animal. La postura es de agresividad defensiva, aunque a veces no está tan clara, y puede dirigirse hacia algunos perros en concreto-de un tamaño, de un color- o hacia todos y la agresividad   puede ir acompañada de ladridos intensos. 
También estos perros suelen evitar el contacto-retrocediendo- y pueden atacar  en última instancia-aunque no estén acorralados-.

Un factor determinante de la intensidad de la respuesta de miedo sería el rango de percepción sensorial del individuo-por  ejemplo, un grado de sensibilidad corporal muy alto-. 
* La agresividad territorial puede ser más frecuente en machos, aunque se da en  los dos sexos y es normalmente cuando otro perro intenta entrar o se acerca a su territorio. También se puede dar el caso en que un perro intente acercarse en la calle-ya que hay perros que llevan consigo su territorio y el mismo sería una zona específica vigilada por el animal-. La postura del animal es ofensiva. Un agravante de esta agresividad se puede comprobar en perros que viven permanentemente confinados en un lugar  o si están siempre atados. Hay que tener presente que el territorio es muy valioso para el animal ya que en el mismo se lleva a cabo el acceso a fuentes de recurso, se evita la depredación y se extienden sus genes.

* La agresividad por protección de recurso se suele dar cuando nuestro perro protege a toda costa algún recurso, como la comida, juguetes e incluso a la persona que es considerada como su propietario. La agresividad normalmente va dirigida  hacia animales de ambos sexos y así como de diferentes edades-cachorros, jóvenes, adultos o veteranos-. 

En cuanto al tema del propietario, dicha agresividad suele suceder cuando el mismo saluda o acaricia a otro perro delante del suyo-los mal llamados “celos”-. Esto algunos perros no se lo suelen tomar muy bien a causa de que ven al perro-saludado o acariciado- como a un rival que en ese momento le está quitando la atención y cercanía de su propietario-siendo este un recurso muy valioso por el que vale la pena competir-, por lo que hay que tener un poco de vista e intentar evitar estas situaciones de riesgo.
También este tipo de agresividad la podemos ver en  madres que la dirigen hacia sus cachorros-una vez destetados- bien protegiendo la comida o juguetes, pero esto ya entraría dentro de la educación de los mismos. 
Personalmente dejaría hacer a la madre su cometido de educadora excepto en el caso en que la misma sea demasiado agresiva y pueda lesionar a sus cachorros.

5) Tratamiento.

En la agresividad intrasexual el tratamiento consiste en la castración del animal y en unas sesiones de adiestramiento para ejercer un mayor control del perro durante el paseo. Según Mertens (2.002): “castrar a los machos, se dice que reduce o resuelve la agresión hacia otros perros fuera del hogar en un 50-60% de los animales (Neilson et al, 1.997)”, pero si hay un aprendizaje de la conducta puede seguir continuando las agresiones. 

El tratamiento de estos cuatro tipos de agresividad se basa en reducir el estímulo que induce las conductas agresivas hasta tal punto que el animal no reaccione. Esto se consigue con el contracondicionamiento y  buscamos que el perro efectúe una conducta durante el acercamiento de otro perro que sea incompatible con una respuesta de agresividad-gruñidos, desnudamiento de colmillos o mordedura-, disminuyendo por tanto esta. 

Esto se consigue mediante un programa de adiestramiento consistente en la desensibilización sistemática. La misma consiste en exponer al perro  a estímulos a un nivel muy bajo de exposición, controlando la distancia, duración y distracción para que el animal no experimente una respuesta sensibilizada, y de este modo se le permite al mismo habituarse a la intensidad de la exposición.

En el tratamiento es imprescindible el adiestramiento del perro a Obediencia Básica para poder tener un control absoluto del animal, de lo contrario fracasaremos. Aconsejo que se le realice las siguientes órdenes: sentado, echado, junto, llamada, quieto y “NO”-que utilizaremos como orden de bloqueo-. También se le  enseñará la orden de suelta-por si llegara a morder a algún animal-, aunque al perro no se le puede dar ninguna oportunidad de que intente atacar o morder. Para ello el perro deberá ir atado y llevará un  bozal-también se puede utilizar un Halty- durante los ejercicios de modificación de conducta. 

Una vez tengamos al perro adiestrado en Obediencia,  debe exponerse al animal a las situaciones que desencadenan la agresividad. El propietario debe interrumpir los primeros síntomas de agresividad mediante una orden de bloqueo-comando NO- o respuesta incompatible -por ejemplo, la orden de sentado- y una vez se haya interrumpido el comportamiento, inmediatamente hay que recompensar  con comida, caricias o juego las respuestas no agresivas. 

En el caso de la agresividad territorial, hay que empezar desde las zonas periféricas-la agresividad en el perro es menos intensa- hasta llegar al núcleo del territorio-la agresividad en el perro es más intensa-.

También es muy importante, que no se recompense jamás al animal intentando
tranquilizarlo-ni verbalmente, ni con caricias, ni miradas- cuando se muestra agresivo ya que esto  reforzaría la conducta, con lo que la misma tenderá a repetirse. 

Personalmente prefiero no utilizar una distracción  cuando el animal se muestra agresivoenseñarle una pelota-, a causa de que estaremos reforzando esa conducta. Por ejemplo, un perro está enseñándole los dientes a otro y el propietario le enseña la pelota-¡mira lo que tengo!-. El perro en ese momento aprende que el desnudamiento de colmillos va unido a la pelota-que es un refuerzo-. Es preferible cortar la agresividad-orden de bloqueo- y premiar seguidamente con la pelota.

En el caso de que nos encontremos ante una pelea entre dos perros, los propietarios deben abstenerse de disolver personalmente  la misma por  el riesgo de sufrir una mordeduraagresión redirigida- ya que agravaría el problema ya existente, es decir, tendríamos una agresividad entre perros y otra hacia el propietario, dificultando el tratamiento de modificación de conducta-ya que habría que aplicar  dos terapias-.
Las mismas deben interrumpirse mediante orden de bloqueo o respuesta incompatible pero para eso es imprescindible tener un buen control del animal.
Sería bueno estimular al perro tanto física como mentalmente. La estimulación física del animal mediante la realización de ejercicio físico  aumenta los niveles de serotonina en sangre y lo relaja, a la vez que le permite desarrollar su conducta exploratoria, lo que le equilibra física y mentalmente. Para la estimulación mental del animal se pueden utilizar juguetes interactivos para que el animal esté entretenido, los kongs u otros específicos-como los puzles de Nina Ottosson-. 
También sería muy importante realizarle al perro la inhibición de la mordida para que así desarrolle una “boca blanda” y evitar lesiones graves. 

Sin inhibición del mordisco, socialización o habituación  MORDISCO NO INHIBIDO+DIENTES+AMENAZA PERCIBIDA = MORDISCO DAÑINO  -  Con inhibición del mordisco, sin socialización o habituación MORDISCO INHIBIDO+DIENTES+AMENAZA PERCIBIDA = MORDISCO NO DAÑINO  -  Con inhibición del mordisco, socialización y habituación
MORDISCO INHIBIDO+DIENTES+NO AMENAZA PERCIBIDA = NO MORDISCO

6) Pronóstico. 

El pronóstico depende de varios factores, siendo los generales para todos los tipos de agresividad los siguientes:
- la edad que tenga el animal. No es lo mismo que le pase a un cachorro o perro joven que aun perro que ya es adulto-ya ha llegado a la fase de madurez sexual-, es decir, ya ha fijado los patrones de comportamiento. 
- la experiencia y aprendizaje que ha tenido el animal en este tipo de agresividad. Cuanto más aprendizaje y experiencia, peor pronóstico.
- la duración del problema. Cuanto más tiempo, peor pronóstico.
- la actitud del propietario en lo referente a la habilidad y la predisposición para  trabajar con el perro.
- Si el perro tiene una Obediencia Básica, tiene mejor pronóstico

Aparte de lo anterior, también tendríamos:

En la agresividad por miedo el pronóstico es variable y también depende de estos tres factores:
- si es por la falta de contacto con otros perros durante el periodo sensible de socialización, tiene peor pronóstico. 
- si es por una causa traumática, tiene mejor pronóstico.
- la respuesta de animal al miedo. Hay que tener presente que tanto el miedo como el estrés dificultan el aprendizaje. Cuanto más intensa sea la respuesta peor pronóstico. 
En la agresividad por protección de recurso, también el mismo es variable y depende de este factor: 
- el valor que tenga para el animal el recurso. Por ejemplo, si es la comida puede que sea difícil de corregir.

Miguel Ángel Signes Llopis.