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sábado, 10 de noviembre de 2012

El tratamiento del linfoma canino se suma a la cistitis.



Las altas dosis acumulativas de las ciclofosfamida alquilante podría ser la culpable para el desarrollo de la cistitis hemorrágica estéril (SHC) en perros que recibían el tratamiento para el linfoma, teniendo en cuenta los resultados de un estudio realizado en EE.UU..

Mientras que el SHC es un riesgo conocido con ciclofosfamida, los resultados del estudio muestran que es predominantemente una toxicidad diferida del resultado de la acumulación de un tratamiento, los investigadores comentaron en Oncología Veterinaria y Comparativa.

"Aunque no se realiza en los pacientes en este estudio, el análisis de orina rutinario para la detección de la hematuria microscópica se ha sugerido en los informes anteriores y sería prudente en pacientes sometidos a un tratamiento crónico con ciclofosfamida para identificar subclínica SHC," recomienda la Dr. Rachael Gaeta y sus colegas de la Universidad de Pennsylvania Facultad de Medicina en Filadelfia.

Agregan que esto permitiría a las intervenciones anteriores, como dejar el tratamiento con ciclofosfamida o el inicio de la medicación antiinflamatoria.

Para el estudio, un total de 22 perros con SHC (que se define como hematuria, estranguria, y polaquiuria) durante la quimioterapia y no hay evidencia de infección del tracto urinario fueron cada uno emparejado con tres perros sometidos a control de el mismo tratamiento sin signos de SHC.

La gran mayoría (91%) de los animales se encontraban en remisión clínica en principios del SCH, notas de a Dra. Gaeta y otros, con un tiempo medio de aparición de 92 días desde el inicio de la quimioterapia.

Las dosis ciclofosfamida acumulativas eran considerablemente más altas en general en perros con SHC que sus homólogos emparejados por control, en medianas de 1570 y 556 mg/m2, respectivamente.


En el análisis multivariado, la edad se asoció significativamente con el desarrollo del SHC, los perros que desarrollaron significativamente erán más jóvenes que los que no lo hicieron, a una media de 6,6 años frente a los 8,7 años.

Después de controlarlo por la edad, las probabilidades de SHC a aumentado a aumentar significativamente el tratamiento con dosis concretas, en 2,21 veces por cada aumento de 750 mg/m2, informaron los investigadores.

Un análisis secundario de animales emparejados según la dosis ciclofosfamida (más bien que la carencia de SHC) mostró que la edad también considerablemente tuvo que ver con la dosis de la medicina, con una reducción de 111mg/m2 de ciclofosfamida para cada aumento de 1 año.

Ninguno de los factores identificados por el análisis univariado en este segundo conjunto de datos (si el perro estaba recibiendo prednisona y el porcentaje de quimioterapia concurrente con prednisona) se asociaron significativamente con el desarrollo de SHC, sin embargo.

"El análisis de esta población confirman los informes anteriores que proponen que las altas dosis acumulativas de ciclofosfamida oral son un factor de riesgo para el desarrollo del SHC en los perros, y que este es por lo tanto principalmente un efecto tardío de la infección crónica el tratamiento con ciclofosfamida oral", concluyeron los autores.

Por: Sarah Guy, medwireNews – Trad: Erik Farina, Psicolmascot