Mi mayor deseo para el año nuevo es que van a mantener a sus mascotas sanas.
Uno pensaría que todos los propietarios de las mascotas lo van cumplir, pero el hecho es que ha habido una disminución constante en las visitas veterinarias en la última década, y la salud de nuestras mascotas es quien lo sufre.
Problemas totalmente evitables están en aumento. A modo de ejemplo, de acuerdo con el informe, en las mascotas del 2011, los parásitos internos han aumentado en un 13 por ciento en los gatos, y un 30 por ciento en los perros desde el año 2006.
También, descubriendo antes las enfermedades en animales domésticos, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Los propietarios podrían decir: "Bueno, yo sé que mi mascota está enferma". Sin embargo, esto no siempre es el caso, especialmente para los gatos, que son expertos en enmascarar la enfermedad. Un veterinario puede detectar problemas que usted no puede.
Cuando un problema se descubre a tiempo y el tratamiento es rápido, el resultado puede ser más favorable. Por ejemplo, algunos tipos de cáncer en las mascotas a veces se puede curar. El diagnóstico a tiempo también puede significar un menor sufrimiento o el dolor de nuestros animales de compañía y menos dolor para nosotros. Descubierto el cáncer temprano, de los mastocitos en perros, como un ejemplo, pueden no requerir tratamiento con radiación.
Otros problemas, como la diabetes en los gatos, a veces se puede evitar por completo. Si su gato tiene exceso de peso, ayudar a la mascota ha quitarse kilos puede significar evitar la diabetes. Lamentablemente, la diabetes está en aumento en los gatos, un 16 por ciento desde 2006, según el informe de Banfield.
Hay muchas razones para la disminución de las visitas al veterinario. No niego que en algunos casos, los veterinarios tienen la culpa, empujando a los clientes de distancia con tarifas altas y el atenuar a sus clientes.
Además, se necesita más énfasis en la atención preventiva. Históricamente, estos cuidados para los animales domésticos se ha restado importancia a favor de las vacunas. Sin embargo, durante la última década, ha habido una menor necesidad de muchas vacunas, lo que lleva demasiados propietarios para saltar visitas veterinarias, pensando que hay poca necesidad de ir.
Además, mientras que los veterinarios siguen siendo los de mayor confianza de los profesionales. Los clientes de hoy con menor probabilidad aceptarán al instante el tratamiento recomendado por su veterinario. Los propietarios a menudo buscan una "segunda opinión". Se puede consultar a otro veterinario, pero cada vez están visitando mas al "Dr. Google".( Buscador de Internet)
De acuerdo con el Bayer Veterinary Care Usage Study ( los dueños de mascotas y profesionales veterinarios sobre sus puntos de vista sobre la medicina veterinaria y salud animal), el 15 por ciento de los propietarios, dijo que a través de Internet, ellos creen que tienen menos necesidad de visitar a los veterinarios.
He estado horrorizado por la tendencia, que empecé a ver hace unos años, cuando los lectores empezaron a escribirme preguntas cómo evitar el veterinario. Esto es totalmente contradictorio a lo que yo creo, está ante todo el bienestar de nuestros animales domésticos.
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jueves, 12 de enero de 2012
El comercio de especies silvestres trae virus a EE.UU.
Un estudio ha encontrado evidencias de retrovirus en la importación ilegal de productos de vida silvestre y los animales incautados en varios aeropuertos internacionales de EE.UU., dicen así los investigadores.
El estudio dirigido por los EE.UU. Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, demuestra claramente el potencial del riesgo para la salud humana desde el comercio ilegal de vida silvestre en los principales centros turísticos internacionales, lo dijo un comunicado del Museo Americano de Historia Natural.
El comercio global de la vida silvestre ha contribuido a la aparición de nuevas enfermedades en el ganado, vida silvestre y los seres humanos como los viajes internacionales crea un camino para la aparición de enfermedades en animales y humanos, dijeron los investigadores.
El aumento de los viajes y el comercio internacional trae consigo un mayor riesgo de patógenos sin control a través del comercio ilegal de vida silvestre ", dijo Denise McAloose, patólogo en jefe del Programa de Salud Global de la Sociedad de la Conservación de la Vida Silvestre.
Además de los animales, carne importada ilegalmente se controló en el estudio.
"Animales exóticos de vida silvestre y la caza son los caballos de Troya que amenazan a la humanidad en los sitios en los que se recogen en el mundo en desarrollo, así como los Estados Unidos", dijo W. Ian Lipkin, de Columbia.
"Nuestro estudio pone de relieve la importancia de la vigilancia en los puertos, pero también debemos promover la reducción de la demanda de productos que impulsan el comercio de vida silvestre."
El estudio dirigido por los EE.UU. Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, demuestra claramente el potencial del riesgo para la salud humana desde el comercio ilegal de vida silvestre en los principales centros turísticos internacionales, lo dijo un comunicado del Museo Americano de Historia Natural.
El comercio global de la vida silvestre ha contribuido a la aparición de nuevas enfermedades en el ganado, vida silvestre y los seres humanos como los viajes internacionales crea un camino para la aparición de enfermedades en animales y humanos, dijeron los investigadores.
El aumento de los viajes y el comercio internacional trae consigo un mayor riesgo de patógenos sin control a través del comercio ilegal de vida silvestre ", dijo Denise McAloose, patólogo en jefe del Programa de Salud Global de la Sociedad de la Conservación de la Vida Silvestre.
Además de los animales, carne importada ilegalmente se controló en el estudio.
"Animales exóticos de vida silvestre y la caza son los caballos de Troya que amenazan a la humanidad en los sitios en los que se recogen en el mundo en desarrollo, así como los Estados Unidos", dijo W. Ian Lipkin, de Columbia.
"Nuestro estudio pone de relieve la importancia de la vigilancia en los puertos, pero también debemos promover la reducción de la demanda de productos que impulsan el comercio de vida silvestre."
Perros adiestrados rastrean Valdeolea a la caza del envenenador de animales
La Guardia Civil desplaza a un equipo desde Madrid para ayudar al Seprona a esclarecer la muerte de 24 animales, nueve de ellos milanos
Nueve y media de la mañana. Inmediaciones de Las Quintanillas, en el Valle de Valdeolea (Campoo). Las perras Laika e Iza, pastoras alemana y belga, se revuelven inquietas nada más salir del furgón, ansiosas por comenzar el trabajo para el que han sido adiestradas: el rastreo. Pertenecen al Servicio Cinológico de la Guardia Civil, que ha desplazado un equipo desde Madrid, al mando del cabo Jiménez, para prestar apoyo a los agentes del Seprona en la búsqueda de pruebas que puedan conducir a la identificación del envenenador de al menos 24 animales, nueve de ellos milanos reales, una especie en vías de extinción.
Al envenenador de Valdeolea, cuyo campo de actuación son fincas y oteros que rodean el pueblo de Las Quintanillas, se le podría poner nombre y apellidos en breve. Y cuando así sea, puede que además de toparse con una multa millonaria se enfrente a una pena de cárcel.
Mimetizado con el hielo
No han pasado más de quince minutos desde el inicio del rastreo y llega el primer aviso: han localizado un zorro muerto en una cuneta al pie del pueblo de Bercedo, a poco más de un kilómetro de Las Quintanillas. Posiblemente llevaría un tiempo allí y su presencia habría pasado desapercibida ya que estaba cubierto por una capa de más dos centímetros de hielo que le mimetizaba con los campos helados de la gélida mañana, a cinco grados bajo cero.
El zorro encontrado en la cuneta se une a la lista de animales que han corrido la misma suerte por un motivo idéntico: la ingesta de veneno. Hasta ahora se han hallado nueve milanos reales, seis zorros, seis perros, un cuervo, un águila ratonera y un gato, aunque «puede haber muchísimos más, esqueletizados, que nunca sabremos cómo han muerto», como explica el ingeniero Javier Espinosa, jefe de la sección de especies protegidas de las Consejería de Ganadería.
Con la última víctima del envenenador a los pies, el personal auxiliar de Montes, los guardas forestales, se aprestan a hacer su trabajo bajo la atenta mirada de Espinosa. Son cinco personas que llevan tres semanas recogiendo cebos contaminados y animales muertos. Lo hacen siguiendo un protocolo. Enfundado en un mono especial, cubiertas la cabeza, las manos, la boca y los ojos -casi como un CSI-, fotografía el escenario donde ha sido encontrado el zorro. El trabajo se hace en medio de un inhabitual silencio ante el raposo, que hasta sin vida sigue imponiendo respeto. Le mide, toma datos y le introduce en una bolsa que queda sellada. ¿Tanta precaución, para qué? Fácil y peligroso: está recogiendo un animal que probablemente haya sido envenenado por aldicarb, un potente tóxico cuya utilización está prohibida, que puede llegar a contaminarle y su efecto ser mortal. El animal es entregado al Centro de Recuperación de Fauna de Cabárceno, donde la veterinaria Manena Fayós hace la necropsia y envía las vísceras y muestras al laboratorio toxicológico del Instituto de Recurso Cinegéticos de Ciudad Real, para la determinación del veneno.
«Terrorista medioambiental»
Y es que el envenenador ha comenzado un efecto multiplicador, una cadena de muerte: sembró la zona de bolas de carne de potro envenenada -la primera se encontró el 23 de diciembre pasado-, que son comidas por un animal que muere (el primero fue encontrado el día de Navidad) pero éste, a su vez, es devorado por un carroñero que también se envenena... y así hasta donde la cadena alcance. «El envenenador es como un pirómano, un terrorista del medio natural que tiene una consideración penal grave, igual que si hubiera matado a un oso pardo, ya que ha provocado la muerte de al menos nueve ejemplares de milano real, una especie que está catalogada como en extinción». El autor de estas acciones se enfrenta a dos penas. Según el Código Penal, en el artículo 327, puede ser castigado con entre dos meses y cuatro años de prisión. Por la Ley de Cantabria de Conservación de la Naturaleza, decreto 120/2008, con una multa de entre 60.101 y 300.500 euros.
Laika e Iza no dejaron de olisquear bardales, arroyuelos congelados y cunetas. A las siete y media de la tarde, la Guardia Civil decidió retirar el operativo, cuando cayó el día. No encontraron nada más. Hoy repetirán la operación en Cervatos.
Nueve y media de la mañana. Inmediaciones de Las Quintanillas, en el Valle de Valdeolea (Campoo). Las perras Laika e Iza, pastoras alemana y belga, se revuelven inquietas nada más salir del furgón, ansiosas por comenzar el trabajo para el que han sido adiestradas: el rastreo. Pertenecen al Servicio Cinológico de la Guardia Civil, que ha desplazado un equipo desde Madrid, al mando del cabo Jiménez, para prestar apoyo a los agentes del Seprona en la búsqueda de pruebas que puedan conducir a la identificación del envenenador de al menos 24 animales, nueve de ellos milanos reales, una especie en vías de extinción.
Al envenenador de Valdeolea, cuyo campo de actuación son fincas y oteros que rodean el pueblo de Las Quintanillas, se le podría poner nombre y apellidos en breve. Y cuando así sea, puede que además de toparse con una multa millonaria se enfrente a una pena de cárcel.
Mimetizado con el hielo
No han pasado más de quince minutos desde el inicio del rastreo y llega el primer aviso: han localizado un zorro muerto en una cuneta al pie del pueblo de Bercedo, a poco más de un kilómetro de Las Quintanillas. Posiblemente llevaría un tiempo allí y su presencia habría pasado desapercibida ya que estaba cubierto por una capa de más dos centímetros de hielo que le mimetizaba con los campos helados de la gélida mañana, a cinco grados bajo cero.
El zorro encontrado en la cuneta se une a la lista de animales que han corrido la misma suerte por un motivo idéntico: la ingesta de veneno. Hasta ahora se han hallado nueve milanos reales, seis zorros, seis perros, un cuervo, un águila ratonera y un gato, aunque «puede haber muchísimos más, esqueletizados, que nunca sabremos cómo han muerto», como explica el ingeniero Javier Espinosa, jefe de la sección de especies protegidas de las Consejería de Ganadería.
Con la última víctima del envenenador a los pies, el personal auxiliar de Montes, los guardas forestales, se aprestan a hacer su trabajo bajo la atenta mirada de Espinosa. Son cinco personas que llevan tres semanas recogiendo cebos contaminados y animales muertos. Lo hacen siguiendo un protocolo. Enfundado en un mono especial, cubiertas la cabeza, las manos, la boca y los ojos -casi como un CSI-, fotografía el escenario donde ha sido encontrado el zorro. El trabajo se hace en medio de un inhabitual silencio ante el raposo, que hasta sin vida sigue imponiendo respeto. Le mide, toma datos y le introduce en una bolsa que queda sellada. ¿Tanta precaución, para qué? Fácil y peligroso: está recogiendo un animal que probablemente haya sido envenenado por aldicarb, un potente tóxico cuya utilización está prohibida, que puede llegar a contaminarle y su efecto ser mortal. El animal es entregado al Centro de Recuperación de Fauna de Cabárceno, donde la veterinaria Manena Fayós hace la necropsia y envía las vísceras y muestras al laboratorio toxicológico del Instituto de Recurso Cinegéticos de Ciudad Real, para la determinación del veneno.
«Terrorista medioambiental»
Y es que el envenenador ha comenzado un efecto multiplicador, una cadena de muerte: sembró la zona de bolas de carne de potro envenenada -la primera se encontró el 23 de diciembre pasado-, que son comidas por un animal que muere (el primero fue encontrado el día de Navidad) pero éste, a su vez, es devorado por un carroñero que también se envenena... y así hasta donde la cadena alcance. «El envenenador es como un pirómano, un terrorista del medio natural que tiene una consideración penal grave, igual que si hubiera matado a un oso pardo, ya que ha provocado la muerte de al menos nueve ejemplares de milano real, una especie que está catalogada como en extinción». El autor de estas acciones se enfrenta a dos penas. Según el Código Penal, en el artículo 327, puede ser castigado con entre dos meses y cuatro años de prisión. Por la Ley de Cantabria de Conservación de la Naturaleza, decreto 120/2008, con una multa de entre 60.101 y 300.500 euros.
Laika e Iza no dejaron de olisquear bardales, arroyuelos congelados y cunetas. A las siete y media de la tarde, la Guardia Civil decidió retirar el operativo, cuando cayó el día. No encontraron nada más. Hoy repetirán la operación en Cervatos.
Foraminotomía de descompresión de un nervio caudal en un perro
El problema era secundario a una patología del disco intervertebral Cd1-Cd2
Un equipo del Colegio Universitario de Dublín afirma haber llevado a cabo la primera intervención de descompresión de un nervio caudal por foraminotomía en un perro que sufría una patología del disco intervertebral entre la primera y la segunda vértebra de la cola.
Un equipo del Departamento de Cirugía de Pequeños Animales del Colegio Universitario de Dublín (Irlanda) ha publicado un artículo* en el que documentan por primera vez una foraminotomía para descomprimir un nervio en la cola de un perro, que estaba presionado por un problema del disco intervertebral situado entre las dos primeras vértebras caudales.
El animal en cuestión era una Cocker Spaniel esterilizada de nueve años de edad, que llevaba ya ocho semanas lamiéndose y frotándose la base de la cola insistentemente, estaba apática y mostraba signos de dolor cuando se le manipulaba la cola. El estudio diagnóstico reveló que el disco intervertebral situado entre las dos primeras vértebras caudales presionaba dentro del foramen del primer nervio vertebral caudal izquierdo.
Al no observarse respuesta a la terapia se decidió intervenir quirúrgicamente al aninal. Se llevó a cabo una foraminotomía descompresiva del foramen izquierdo entre las vértebras caudales 1 y 2. El éxito de la operación se confirmó con una tomografía.
Pasado un mes la Cocker ya no mostraba ningún signo de dolor y en el control realizado al año de la intervención no se observó recidiva del problema. Los autores señalan en sus conclusiones que es la primera vez que se documenta esta intervención en un perro.
Un equipo del Colegio Universitario de Dublín afirma haber llevado a cabo la primera intervención de descompresión de un nervio caudal por foraminotomía en un perro que sufría una patología del disco intervertebral entre la primera y la segunda vértebra de la cola.
Un equipo del Departamento de Cirugía de Pequeños Animales del Colegio Universitario de Dublín (Irlanda) ha publicado un artículo* en el que documentan por primera vez una foraminotomía para descomprimir un nervio en la cola de un perro, que estaba presionado por un problema del disco intervertebral situado entre las dos primeras vértebras caudales.
El animal en cuestión era una Cocker Spaniel esterilizada de nueve años de edad, que llevaba ya ocho semanas lamiéndose y frotándose la base de la cola insistentemente, estaba apática y mostraba signos de dolor cuando se le manipulaba la cola. El estudio diagnóstico reveló que el disco intervertebral situado entre las dos primeras vértebras caudales presionaba dentro del foramen del primer nervio vertebral caudal izquierdo.
Al no observarse respuesta a la terapia se decidió intervenir quirúrgicamente al aninal. Se llevó a cabo una foraminotomía descompresiva del foramen izquierdo entre las vértebras caudales 1 y 2. El éxito de la operación se confirmó con una tomografía.
Pasado un mes la Cocker ya no mostraba ningún signo de dolor y en el control realizado al año de la intervención no se observó recidiva del problema. Los autores señalan en sus conclusiones que es la primera vez que se documenta esta intervención en un perro.