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sábado, 29 de enero de 2022

El Vínculo entre el Perro y el Humano


 


Konrad Lorenz y su Perro



Es muy raro que este vínculo entre el perro y el humano sea el patrimonio de un especialista, por el contrario, el gran número de individuos dotados, dan mucho más valor al testimonio del célebre ganador del Premio Nobel en 1973 Konrad Lorenz, zoólogo, etólogo y médico que es considerado uno de los padres fundadores de la etología moderna.



Durante toda su vida, Konrad Lorenz ha experimentado esta afinidad entre el animal y el humano, de la cual nos da múltiples ejemplos, uno de los más chocantes se refiere al comportamiento de su perro Tito.



Tito conocía por telepatía qué individuos poseían el don, de enfurecerlo, y en qué momento preciso. Llegado éste punto, nada podía evitar que su perro Tito mordiera, más o menos superficialmente, pero con decisión, la parte posterior del individuo.





Lo más curioso es que las víctimas de Tito se reclutaban principalmente entre personas de avanzada edad, autoritarias, que siempre exigen conversación y desean imponer su edad y su autoridad.



Konrand Lorenz confiesa su perplejidad ante el olfato de su perro que, echaba bajo la mesa de su despacho, no podía ver el rostro, ni los distintos movimientos de su interlocutor.



Aventuras de esta clase abundan en los libros escritos por sencillos y sinceros amigos de los perros, que no tienen siempre la inestimable garantía de un hombre como Konrand Lorenz, pero que me merecen ser citados.





Allen Boone y su Perro



Por ejemplo, en "Kinship with all life", Allen Boone cuenta cómo su Pastor Alemán Strongheart, ya célebre por sus numerosas películas, logró un día maravillarlo. Allen Boone se hallaba en el campo, sentado ante su mesa de trabajo, frente a un imponente montón de cuartillas para dactilografiar. El día era tan bueno que invitaba a pasear.



Varias veces había resistido a la tentación cuando, súbitamente, dudando todavía, se levantó. Fue entonces cuando la puerta se abrió bajo el violento empuje de su perro quien, lamiendo al pasar la mano de su dueño, entró en el dormitorio, de donde le trajo su ropa, sus zapatos y el bastón.



Allen Boone añade que realizó el paseo bajo un estado de completa confusión mental, incapaz de imaginar cómo su perro Strongheart pudo saber que había cambiado de idea. Más tarde quiso explicarlo, pero aunque sea uno de los privilegiados que nos interesan, Allen Boone no posee ni el sentido de Konrand Lorenz, el cual no se habría contentado, ni mucho menos, con una pretendida transmisión de pensamiento.






Por el contrario, no pudiendo admitir una hipótesis telepática, el sabio Konrand Lorenz, si no ha demostrado, por lo menos, ha supuesto, con muy buen sentido, que esta extraordinaria facultad de percibir los cambios de espíritu que poseen los animales que viven en perfecta armonía con su dueño se basa en numerosos signos, aunque imperceptibles.


Es posible que Allen Boone observase un comportamiento especial cuando vacilaba entre su trabajo y el paseo, comportamiento que su perro Strongheart pudo advertir a través de la puerta.


Sin embargo, a pesar de todo, nos quedan dos enigmas; 


¿Por qué estas aventuras suceden solamente a ciertas personas? 


¿Por qué el perro es, a menudo, más clarividente que el humano?


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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