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sábado, 14 de enero de 2012

¿Cómo los perros pueden caminar sobre el hielo sin la congelación de sus patas ?


Los científicos en Japón han resuelto un misterio veterinario existente desde hace mucho tiempo: ¿cómo los perros pueden pararse y caminar durante mucho tiempo en la nieve y el hielo sin molestias aparentes, y sin la congelación de sus patas?

Los científicos de la Universidad de Tokio Yamazaki Gakuen se preguntaron por qué los perros no parecen sentir el frío en sus patas, a pesar de que las patas tienen menos aislante de piel que de su tronco. Las patas tienen almohadillas con un alto contenido de grasa, que se congela con menos facilidad que otros tejidos, pero también tienen una superficie de gran área de volumen, lo que significa que debe perder calor fácilmente.

En seres humanos expuestos a temperaturas frías, se produce una estrangulación en los vasos sanguíneos en las extremidades para reducir el flujo sanguíneo y la pérdida de calor resultante, y asegurar que la sangre que vuelve al resto del cuerpo no se enfría demasiado.
El equipo de investigación, dirigido por el Dr. Hiroyoshi Ninomiya, utilizó un microscopio de electrones para estudiar las patas de cuatro perros adultos, y descubrió que las arterias que suministran la sangre a las almohadillas tenían redes de numerosas venas pequeñas, estrechamente asociados con ellos, y que el sistema actúa esencialmente como un intercambiador de calor contra corriente.

Cuando la sangre caliente llega a las patas a través de las arterias, el calor se transfiere a las venillas estrechamente relacionado con las arterias, lo que garantiza que la sangre se ha calentado antes de que vuelva con el resto del cuerpo.

El sistema de calor contra corriente de cambio evita el enfriamiento del cuerpo y se asegura de que la temperatura de las patas se mantiene dentro de límites razonables. El mismo sistema también se ha identificado en otros animales como pingüinos de la Antártida, donde se encuentra en sus patas y alas, y los delfines, que utilizan un sistema de intercambio de calor en sus aletas.

El zorro ártico (Vulpes lagopus) ya era conocido por tener un sistema de calor contra corriente de cambio en sus patas, junto con numerosas otras adaptaciones al frío, pero la existencia de tal sistema en los perros domésticos no había sido sospechada o identificada. Los resultados sugieren que en los perros domésticos podrían haberse originado con un clima frío, en el que tal sistema habría tenido beneficios de supervivencia.



Los perros domésticos no son capaces de soportar condiciones de hielo en sus patas en la misma medida, en función de su entorno (por ejemplo, residiendo habitualmente en el interior), y el tipo de raza. A menudo se sugiere consejos comunes para ayudar a los perros domésticos ha evitar los pies fríos en invierno es asegurar sus almohadillas no estén agrietadas, o dañadas de cualquier modo, y la fumigación de sus patas con aceite en spray antes de sacarlos en la nieve. La congelación es muy poco frecuente en los perros, pero puede ocurrir.

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)