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lunes, 14 de mayo de 2012

Prevención de las Lesiones de los gatos


La Semana de la Prevención de la mordedura nacional del perro se celebra del 20 al 26 mayo de este año en los Estados Unidos. La prevención de mordeduras de perros es importante, por supuesto. 

Sin embargo, las mordeduras de gato y otras lesiones relacionadas con el gato también puede ser peligroso y, en muchos casos, al igual que las mordeduras de perro, las lesiones de los gatos se pueden prevenir.


Muchos gatos se asustan fácilmente. Pueden tener miedo de los extraños y, a veces pueden tener miedo por los movimientos bruscos, incluso de las personas que conocen. 

Nunca trate de agarrar un gato extraño. No lo trate como a una mascota, con un beso o abrazar aun gato que parece asustado, incluso si se trata de su propio gato. Los gatos no deben ser perseguidos y acorralados tampoco.


Aprenda a reconocer los signos de miedo en los gatos. Incluso de su propio gato, no importa que sea tan amigable y normal, puede morder o arañar si tiene miedo. Los signos fácilmente reconocibles del miedo son maullidos, gruñidos o ahuyentarse. Los gatos que tienen miedo pueden ponerse en cuclillas o arquear su espalda. (Piense en el estereotipo de la representación de Halloween de un gato con el lomo arqueado.) 

También ponen las orejas hacia atrás. Las pupilas dilatadas son otra señal de un gato asustado. En los gatos, las respuestas pupilares están ligadas a las emociones tan igual o tal vez incluso más de lo que son los niveles de luz. Evite manipular a un gato que está mostrando signos de miedo. Si el manejo es absolutamente necesario, proceda con precaución.

Tenga cuidado con acercarse a un gato que está exhibiendo la agresión hacia otro objeto. Esto incluye los gatos que están luchando entre sí. Cuando un gato se agita, y se equivoca puede redirigir su agresión hacia ti y hacerte daño sin querer hacerlo.

Algunos gatos se sienten sobreestimulados cuando se les acaricia, o que son sensibles a los mimos en ciertas partes de su cuerpo. 

Aprenda a entender el lenguaje corporal de su gato, y atento a los síntomas de irritación, como por las orejas hacia atrás maullidos, gruñidos y agite la cola. Dejar de acariciarlo tan pronto como el gato comienza a mostrar signos de irritación.

Los niños pequeños deben estar supervisados cuando estén con los gatos, incluso de sus propios gatos. No se debe permitir que persigan o acosen a otro gato que está buscando privacidad, o tratando de evitar al niño.

En caso de duda acerca de si un gato está asustado, se supone que él puede actuar de forma agresiva y puede ser capaz de infligir daño. Evite el contacto si es posible. Como mínimo, muévase lentamente y con cuidado al manipular al gato.

La mayoría de las lesiones infligidas por los gatos son el resultado de que el gato ha actuando a la defensiva en un intento de protegerse a sí mismo. Muy pocos gatos son maliciosamente agresivos.


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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