Páginas

lunes, 23 de julio de 2012

Las Mascotas al Sol, un verano caluroso

Al igual que para los humanos, el sol es muy saludable para los animales, ya que les ayuda a la producción de la vitamina D que protege la piel, es beneficioso para el metabolismo y ayuda a fijar el calcio; sin embargo, tanto en perros como en gatos, demasiados rayos ultravioleta pueden causar dermatitis y quemaduras de primer grado en la piel.

El sol es bueno para todos, tanto humanos como animales. Pero aún así hay que tomar nota de algunos consejos para que tu mascota no sufra a causa del sol y el calor.

Los perros y gatos:

• ¿Cuántas veces no hemos visto nuestra mascota tumbarse al sol en superficies en la que ni nosotros podríamos aguantar? No tienen ningún problema por ponerse al sol siempre que quieran, ellos se saben regular… pero es imprescindible facilitarles la opción de poder cobijarse a la sombra cuando ellos decidan que ya tienen bastante de la sesión “bronceadora”. Nunca les obligues a tomar el sol, son ellos los que saben hasta donde pueden llegar sin peligro!

• Igualmente la exposición obligada al sol y al excesivo calor les puede llevar a sufrir un golpe de calor incluso de consecuencias fatales! Aunque les guste tomar el sol, no obligues a tu perro o gato a hacerlo cuando él no lo desea.

• El pelo es la protección exterior más importante y evidente en nuestra mascota. Si tu mascota es de color blanco, recuerda no tienen ninguna otra protección en su piel, ya que la melanina es escasa en este color de mascota. Por ello, el sol puede producirles quemaduras en las zonas con poco pelo (puntas de las orejas, el hocico…), o si el corte de pelo les ha dejado prácticamente sin capa de protección entre la piel y el sol. Incluso, si te las llevas de viaje puedes ponerles protección solar o una camiseta ligera en las zonas más sensibles o con peligro de sufrir quemaduras.

 • Detectaremos que nuestro perro o gato sufre quemaduras cuando las áreas más delicadas empiezan a enrojecerse y a perder pelo; incluso, se llegan a ulcerar, lo que deriva en infecciones en la piel, hongos o en exacerbación de problemas pre existentes como la dermatitis. Incluso, en algunos perros, el reflejo del sol sobre la acera puede llevarles a sufrir síntomas de quemaduras en la parte del vientre.

Conejos, hamsters, cobayas… y pequeños mamíferos:

• NO toleran el sol. Con poco que hayas observado a tu mascota habrás visto que está más activa durante la noche.
• No debes dejar nunca las jaulas al sol. Debes ubicarlas en un sitio con luz no extrema y sobretodo fresco y resguardado del fuerte sol.

Tortugas y reptiles:

• El sol es muy importante para ellas. Por ello, es imprescindible que cada día tomen el sol para tener una buena calcificación de sus huesos.

• Aún así, siempre deben disponer de una sombra y agua para evitar temperaturas excesivas.

El mejor sistema: la prevención!

- Las horas más intensas de sol son entre las 10 y las 4 de la tarde, procura que tu mascota tenga un lugar para resguardarse del sol en ese intervalo.

 - Pero si inevitablemente va a estar expuesta al sol, puedes aplicar protección solar SPF 30 en las áreas más sensibles, como son las puntas de las orejas, el puente de la nariz y la panza. También puedes aplicar una capa de protector (muy práctico en spray) sobre el pelo de la cabeza al lomo. Ten en cuenta que el protector que le pongas en la parte inferior, se puede ir eliminando si el animal tiene contacto con el agua o la hierba, con lo cual hay que ir aplicando periódicamente el producto.

- Por lo general, para los felinos sólo el protector es suficiente, pero para algunos perros que pasan mucho tiempo bajo los rayos del sol, es además recomendable protegerlos con una camiseta.

El mejor sistema: la prevención!

- Las horas más intensas de sol son entre las 10 y las 4 de la tarde, procura que tu mascota tenga un lugar para resguardarse del sol en ese intervalo.

Qué hacer en caso de quemadura

Evitar la situación es lo más importante, de todas formas, si pasa que nos encontramos inmersos ya en la situación podemos seguir en el primer momento las siguientes pautas: para aliviar en tu mascota las consecuencias del problema y el dolor que le pueda causar, rocía el área con agua fresca cada 30 minutos o coloca una compresa húmeda y fría sobre la parte afectada, que deberás ir cambiando y mojando de nuevo a medida que se vaya secando.

También puedes untarle los mismos productos que usarías para tratar cualquier quemadura de sol; los mejores para estos casos es la aplicación varias veces al día de aquellos humectantes que contienen Aloe Vera ya que tiene propiedades regeneradoras e hidratantes.
No obstante, si detectas en tu mascota el síntoma de alguna quemadura o quemadura, debes consultar a un veterinario lo antes posible.

Como consejo general para todas las mascotas, es que tengan siempre agua cerca y algún punto donde guarecerse a la sombra. Es importante pensar que nosotros estamos en constante movimiento, y que contamos con elementos de protección extras a nuestra propia naturaleza, pero que ellos están obligados a llevar una rutina de vida que a veces no implica lo más adecuado a su naturaleza y necesidades.

Siendo consciente de todos estos riesgos y problemas, y buscando una correcta prevención, seguro que nuestra mascota puede disfrutar del verano como uno más.


Copyright © Por: Erik Farina, Psicólogo Canino y Adiestrador Profesional

Adiestramiento del perro de caza

A modo de generalización

Socializar. De cero a tres meses, como periodo ideal; más tarde se puede, pero ya pueden aparecer problemas de conducta. Erradicables, sí, pero de una complejidad desconocida.

Adiestramiento básico. Se puede comenzar después de la socialización del animal, pero aquí hay varios factores que influirán en el resultado en la ecuación. El factor principal es la presión. Si comenzamos a adiestrar a partir de los tres o cuatro meses es muy importante que la presión sea nula.

¿Qué es presión? Presión al animal es obligarlo, castigarlo, reñirlo, de tal forma que el cachorro obedece con miedo o sin alegría. La presión en estas edades debe ser mínima; a veces recomiendo que no se haga nada si no se entiende bien esto, porque es la edad más factible para estropear un perro. 

Lo que hagamos ahora se va a reflejar luego. Si lo hacemos bien, tendremos el camino más que allanado. Además, en perros con carácter dominante, la ausencia de presión ahora va a convertir después a ésta -a la presión- en un factor sorpresa que jugará de nuestra parte. En perros con carácter más sumiso, la presión requerida habrá de ser mínima.

¿Qué quiere decir todo este rollo? Que enseñéis jugando. Que hasta los siete meses, más o menos, el cachorro debe conocer caricias, juegos, premios en forma de comida, salidas continuas. La llamada la haremos muy a menudo, jugamos a escondernos y llamamos al cachorro, pues de este modo aprende a estar pendiente de nuestra posición y a acudir a la llamada porque cuando acude recibe un premio.

 Podemos ir asentando el cobro, pero sin obligar a que entregue. Muy importante en el tema del cobro es no agobiar al perro: si lanzamos el dummy o la pelota veinte veces, es normal que el perro se canse, se aburra. Con un par de veces basta y sobra. 

En este periodo, hasta los siete meses más o menos, repito, acostumbramos al perro al collar y a la correa, a salir atraillado hasta llegar al lugar donde soltamos. Os recomiendo que durante el tiempo que el cachorro esté libre, lo llaméis varias veces y lo atrailléis un par de minutos y lo soltéis de nuevo. 

¿Para qué? Para que no asocie la llamada y la correa al fin de la diversión, de la libertad, pues hay perros que no atienden a la llamada precisamente porque saben que cuando lo llamamos es para atar y para casa o a la perrera.

Podemos ir enseñando el “no”. Con tres o cuatro meses lo aprenden rápido y será una orden que nos servirá toda la vida. Ya traté el método de enseñarlo sin necesidad de presión alguna, simplemente con carencia de premio. Con pocos meses el cachorro de caza suele ser muy nervioso; podemos aprovechar a tranquilizarlo e ir asentando las bases del “sentado” y del “quieto”. ¡Ojo!, he dicho asentando, allanando, iniciando. 

Es sencillo; si aprovechamos que acude a la llamada y cuando lo hace le decimos sienta o sitz, a la vez que lo acariciamos de la cabeza al rabo presionando un poco para que se siente y rápidamente le damos un premio en forma de comida y lo seguimos acariciando, en poco tiempo cuando acuda a la llamada se sentará solo o dándole la orden de sitz, y si vamos espaciando en el tiempo el acto de darle el premio, es decir, no le premiamos enseguida, sino que esperamos unos segundos, le estaremos iniciando en la orden de quieto.

¿Cuándo lo pongo en contacto con caza?, ¿y la mariposa? La mariposa hemos dicho en infinidad de ocasiones que se puede utilizar un par de veces y después guardarla en lo más profundo del armario. Es algo que no enseña nada y sólo sirve para ver el instinto de muestra, pero no quiere decir nada.

Para poner al perro en contacto con caza no hay un tiempo mínimo marcado, solamente hay que ser coherente. Ya dediqué el artículo del mes pasado a este tema; nunca hay que tener prisa y es preciso ser conscientes de que un cachorro se está formando. No conviene darle paseos excesivamente largos ni sacarlo de caza al menos hasta los siete u ocho meses, y siempre sabiendo que no debemos exigir nada de nada; pretenderemos el contacto con emanaciones, con piezas de caza, nada más. 

¿Y la caza de granja, cuando ponerle alguna codorniz? También hemos tratado este tema varias veces. Resulta ridículo ponerle a un cachorro de cuatro meses una codorniz de granja; no es lo que más necesita ahora precisamente y seguramente perjudique más que ayude a ese futuro cazador y a su muestra, de modo que hasta los siete u ocho meses desechar esa idea.

A partir de los siete meses

Aquí la cosa comienza a cambiar, aunque depende de cada cachorro, claro. Recordad lo de la observación, su carácter. Precisamente el carácter de un perro es el indicativo primordial que nos va a marcar la presión, el premio y el castigo. Normalmente no acepto perros para adiestrar que tengan menos de diez meses; suele ser una edad que nos marcamos para evitar riesgos y siempre basándonos en el carácter del perro, pero esto no quiere decir que el adiestramiento básico entendido ya como tal, con sus presiones normales, sus premios y sus castigos, no se pueda comenzar un par de meses antes. 

 Aquí también entra el factor del gusto, la forma de cazar de cada persona, cómo quiere que cace un perro, que sea más dependiente del cazador o menos, que prime la iniciativa o la obediencia. 

Efectivamente, todo esto puede influir dependiendo de a qué edad comencemos y cómo lo hagamos, claro, pero sobre todo la edad, porque si empezamos muy pronto, seguramente y sin querer vamos a someter demasiado. El que quiera esto, adelante, su perro es suyo y sus gustos también; lo digo sobre todo para el que no lo quiera, que sepa a lo que se expone.

Ya estamos en edad de comenzar el adiestramiento básico puramente entendido o de saltárnoslo y comenzar el adiestramiento de caza. Sí, se puede hacer, pero siempre nos va a ser más sencillo tener una base, porque la misma, lo hemos dicho cientos de veces, ayuda a jerarquizar y a que el perro se una más al que lleva la escopeta, a entender que él por sí solo no es nadie; en definitiva, que forma un equipo. 

Es época de comenzar con el ejercicio del cobro, presionando con la cuerda para que traiga, metiéndole el dummy en la boca si no coge o no porta. Si hemos trabajado la llamada correctamente, nos va a facilitar mucho las cosas con el cobro, y si no, aprovechamos ahora para presionar en la llamada utilizando también la cuerda, aunque no nos podemos olvidar de los premios. Es tiempo también de comenzar con el ordenamiento en la búsqueda, la búsqueda cruzada.

Trabajar la muestra, bien para asentarla o para ir corrigiendo si nos surgen problemas; la granja será una aliada ahora, pero no la uséis nunca como diversión o para darle al gatillo. 

La caza de granja es buena sabiéndola utilizar y estropea mucho si nuestro fin no es la educación; dejad eso para perros adultos.

Ejercicios como el cobro forzado no se deben aplicar antes del año y no a todos los perros por aquello del carácter. Si se quiere utilizar para erradicar conductas es otro tema, pero no cojáis el chorizo por la punta. 

Que un perro se alargue no es una conducta a erradicar, sino a moldear, por eso recordad siempre que el adiestramiento es pulir defectos y potenciar virtudes, y si por pulir un defecto me cargo alguna virtud es que no hemos hecho bien las cosas.

Espero que algunas dudas hayan quedado disipadas, y digo algunas porque todas sería imposible. 

Solo un consejo para terminar, no os agobiéis; el adiestramiento no es fácil pero tampoco complicado, sólo hay que tener como aliada a la paciencia y jamás ponernos un tiempo de “entrega”. El perro y sólo el perro será el que marque la duración del periodo de adiestramiento.

Texto: Jesús Barroso de la Iglesia.