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martes, 12 de febrero de 2013

Los Genes responsables de los rasgos faciales del Perro

Gracias a los criadores humanos, los perros presentan una variedad impresionante de formas del cráneo. El estudio de los genes que determinan estas formas podrían proporcionar información sobre el desarrollo del cráneo humano y trastornos craneofaciales, dicen los científicos.

En un nuevo estudio, los científicos detallan los orígenes biológicos e históricos de formas de los cráneos de los perros, destacando algunos de los avances genéticos que dieron origen a las diferentes razas.

"En algún momento durante el Paleolítico", escribieron los investigadores, una notable transformación ocurrió en un pequeño número de lobos grises adoptó un nuevo líder de la manada..los seres humanos" Con los años, los aficionados y criadores de perros han jugado tanto con los caninos, que más de 400 razas de perros en todo el mundo existen hoy en día.

Gran parte de la variación están en las características craneales. "Los perros pueden servir de modelo para el crecimiento del cráneo y la determinación de la forma, ya que la conservación genética entre los perros y los humanos hacen que sea muy probable que el desarrollo craneofacial se regula de manera similar entre las dos especies".

 Desde la cara chata de un Bulldog al hocico alargado de los cráneos de los perros Afganos, cubren toda la gama. La forma genética del cráneo es compleja, y múltiples genes están involucrados con frecuencia. Los investigadores han comenzado a recoger aparte de los genes que son responsables de las formas que se asemejan a las condiciones humanas como la braquicefalia (una cabeza achatada) y dolicocefalia (una cabeza alargada).

Los investigadores también han estudiado los rasgos que no encajan en ninguna descripción, como el cráneo redondeado del Chihuahua o el hocico angulado hacia abajo del Bullterrier. Mediante la comparación de las variaciones genéticas entre estas formas de los cráneos, el equipo puede ir sacando el que los genes pueden ser responsables de una cabeza achatada, por ejemplo.

Mientras que los investigadores observan con ironía, "que el modelo del perro es joven en años humanos", dicen que la comprensión de estos genes y sus interacciones podrían ayudar a explicar los defectos craneofaciales en los seres humanos.


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

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