Páginas

lunes, 20 de enero de 2020

El Gusto y el Olfato el Superpoder del perro

 



Este artículo es muy importante para el tema del adiestramiento y la educación en el comportamiento de su perro, desde que nace hasta que es adulto, o simplemente en los perros adultos. Hay que comprender muy bien el sentido del perro y como percibe las cosas y la vida, para no cometer errores a la hora de su educación. Privarles de ciertas respuestas emocionales, instintos o percepciones, puede provocar problemas de conducta en el perro, desequilibrio y trastornos. Hay muchos propietarios, que les priva de esto, cuando es sumamente necesario para el perro.


El Olfato

Al nacer los perros son incapaces de andar, ver y oír, pero encuentran a su madre rápidamente utilizando el sentido del olfato y comienzan a lactar. El olfato es el sentido primario en la vida de un perro, el que le enseñara como es el mundo y ayudarlo en la supervivencia, es por ello que debemos en su educación priorizar y centrarnos en su olfato.

Muchos animales oyen mejor que el perro, la mayoría de los seres humanos tenemos mejor vista, es en el sentido del olfato, en el que los perros afirman su superioridad. El tamaño del cerebro de un perro es diez veces inferior al del humano, pero la parte que controla el olfato es cuarenta veces más grande que el del humano. Tienen mas de doscientos ochenta millones de glándulas olfativas en la nariz, comparada con los cinco millones del humano el sentido del olfato del perro es significativamente mejor y superior al nuestro, a si que no podemos engañar a un perro escondiéndole la comida. Nosotros los humanos exploramos con los ojos, los perros lo hacen con la nariz.

La nariz es el Superpoder del perro, es tan fuerte que pueden oler cosas que pasaron hace mucho tiempo. Cuando un perro entra en un nuevo entorno, puede parecer que lo hacen igual que haríamos los humanos, pero cuando ves el mundo desde su perspectiva, te das cuenta que esta recopilando toda la información que necesita con la nariz. No solo son capaces de oler objetos que estuvieron ahí y fueron retirados, tienen un sentido tan desarrollado que pueden oler acontecimientos como caerse comida, bebida, de hace unos días, semanas e incluso meses después de que hayan sucedido.

La nariz del perro también pueden sentir una débil radiación térmica: el calor corporal de las presas de mamíferos. La mayoría de los mamíferos tienen la piel desnuda y lisa en las puntas de las narices alrededor de las fosas nasales, un área llamada Rinario. Pero los Rinarios de los perros son húmedos, más fríos que la temperatura ambiente y están dotados de nervios, lo que sugiere la capacidad de detectar no solo el olor, sino también el calor.

Como en casi todas las razas de perros los humanos hemos afilado su capacidad de oler eugenesicamente y lo usamos en beneficio propio, por ejemplo, los investigadores médicos descubrieron que los perros pueden oler ciertos cánceres olfateando el aliento o la orina de ciertas personas, en algunos estudios, el indice del éxito del perro para identificar un cáncer  en sus primeros estadios supera a los rayos X o al TAC, estas pruebas están en fase experimental, pero ofrecen muchas esperanzas en la lucha contra el cáncer. 


Cómo funciona

Es el cerebro del perro y su nariz, el que le brinda esta refinada detección de olores. Con unas imágenes podemos visualizar como olfatea un perro, un proceso especial que captura la forma en como se refracta la luz los gases de diferentes temperaturas permitiéndonos visualizar los olores. La humedad en la nariz del perro atrapa las moléculas odoríferas, entonces las fosas nasales se ensanchan para poder atrapar mejor el olor, la nariz del perro puede captar varios olores individuales a la vez. Todos los perros analizan un paisaje con su nariz al mismo modo que nosotros analizamos el paisaje con los ojos. Puede oler lo que estas cocinando en el fuego, pero tampoco se le escapa el olor de un pastel en la mesa, ni el de otro animal que merodea alrededor del jardín.

Justo mas al interior de las fosas nasales, el aire se limpia y humidifica, viaja a través de un laberinto de pliegues nudosos en la que las moléculas odoríferas son absorbidas por una capa mucosa, justo bajo la superficie se unen con un filio olfativo, el encuentro entre los dos genera impulsos nerviosos que son transportados a través de las neuronas receptoras al enorme bulbo olfativo en el cerebro del perro, dándole el mensaje de lo que estas cocinando, el pastel en la mesa y el animal alrededor del jardín se procesan de forma simultanea.

Como detecta el calor, los perros, como los murciélagos, pueden sentir puntos calientes débiles y que una región específica de sus cerebros se activa por esta radiación infrarroja, dicen los científicos. Sospechan que los perros heredaron la habilidad de su antepasado, el lobo gris, que puede usarlo para olfatear cuerpos calientes durante una cacería. La combinación de la nariz y el cerebro del perro como una plataforma sofisticada para procesar una amplia gama de señales.

En el mundo entero la gente está criando perros rastreadores para buscar y encontrar de todo, desde personas atrapadas, a drogas ilegales y a explosivos. Otros como perros de asistencia médica, como a las personas que tienen diabetes para avisarle cuando se tiene que poner su dosis de insulina. 


Las Formas del Hocico

La enorme cantidad de células receptoras presentes en la membrana olfatoria del perro necesita un espacio donde alojarse, y para ello las diferentes razas caninas han desarrollado hocicos de distintos tamaños y formas. Para acomodar un aparato olfativo tan extenso, los primeros perros contaban con un hocico alargado como el del lobo. No obstante, en algunas razas modernas, mucho más artificiales, es evidente que este espacio se ha reducido enormemente debido al acortamiento del hocico canino. Se calcula que el hocico de un perro de algunas razas que lo tienen mas largo que otras varia en millones las células receptoras, por eso unas razas son mucho mejores y superiores en el rastro.

El Gusto

Obviamente, no podemos preguntar a los perros a qué les saben las cosas que comen. Sin embargo, y aunque no cabe duda de que todos los perros son capaces de percibir el sabor amargo, el dulce, el ácido y el salado, tal vez lo más importante para ellos no sean estas distinciones, sino sólo el hecho de que lo que están saboreando les agrade.


La experiencia durante la primera época de su vida influye enormemente en esto. Parece que los perros que han probado diferentes sabores y texturas de muy jóvenes tienden a aceptar mucho mejor la variedad al llegar a la edad adulta. A algunos perros les encanta los sabores muy fuertes, como la cebolla, y el ajo crudos, por ejemplo, mientras que otros sólo aceptan un sabor determinado y se niegan con insistencia a probar cualquier otro alimento.

Cómo Funciona

Los perros poseen un número de papilas gustativas seis veces inferior al del humano. En su mayor parte, éstas se hayan agrupadas cerca de la punta de la lengua. No obstante, el sentido del gusto y el del olfato están tan vinculados en los perros que tal vez éstos reciban más información sobre lo que comen del olfato que del gusto.

Cuando un cachorro llega a la fase del destete, la leche de la madre queda sustituida en el perro por un cierto poco interés por el agua, en la punta de la lengua del perro tiene papilas gustativas exclusivamente para el agua. Estas les crea un deseo de beber, ya que es muy importante para su vida. La comida pasara de la papilla a algo mas sólido después.

Como su sentido del gusto está relativamente poco desarrollado, no es tan necesario introducir variaciones en el menú como lo sería para el humano. Si un perro rechaza un alimento, probablemente se deba a que no le atrae lo suficiente, más que a que su sabor le resulte realmente desagradable. Los perros que obligan a sus propietarios a servirles una nueva marca de pienso cada noche, no pierden realmente el apetito a causa de la monotonía del menú, sino que más bien utilizan la comida como excusa para manipular a sus amos.


Lo que si comparten con los humanos, es la capacidad de asociar los sabores con los problemas de salud. Si un perro enferma después de ingerir un determinado alimento, es muy probable que rechace este alimento durante algún tiempo. Se trata de un mecanismo de defensa instintivo, destinado a impedir que el perro ingiera sustancias tóxicas de forma continuada.


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


Copyright © Por: Erik Farina - Psicolmascot 
















Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

Copyright © Por: Erik Farina - Psicolmascot