Erik Farina 2012 |
Por
fortuna, se ha avanzado mucho en los últimos 15 años. Si
antiguamente se esperaba a que cumpliera seis meses de edad para
empezar a educarlos pensando que antes no estaban preparados para
afrontar algo tan duro como el adiestramiento, hoy, gracias a los
nuevos métodos de adiestramiento y a la mejor comprensión de la
psicología canina, es posible indicar la educación de un cachorro
desde el día que sigue al de su llegada.
La mayoría de los propietarios creen que el adiestrarlos consiste en enseñarles a sentarse o echarse, pero en realidad un perro puede realizar estas acciones por sí mismo y no necesita que le enseñemos a hacerlo. El adiestramiento consiste en enseñar al perro un idioma extranjero (nuestro idioma) para que pueda entender qué le pedimos que haga y cuándo queremos que lo haga y en consecuencia obedecernos.
Educar a un cachorro consiste también en dejarle claro qué cosas le está permitido y cuáles no. Desde muy pronto, los cachorros poseen dientecillos punzantes como alfileres que cumplen antes de las 18 o 20 semanas, un papel muy importante en la educación. En efecto, jugar a morder es no sólo normal en los cachorros, sino también educativo. Los perros, igual que los niños pequeños, exploran el mundo que los rodea introduciendo objetos en su boca. Cualquier objeto que no reaccione cuando le clavan sus afilados dientecillos, debe ser inanimado; y cualquier objeto que dé muestras de dolor será, por fuerza, una persona o animal vivo.
Jugar a Morder
Jugar a morder enseña a los cachorros a moderar la intensidad de su mordedura cuando están jugando con seres vivos. Si ve cachorros muy jóvenes jugando,notará enseguida que ninguno se enfada al ser mordido.. salvo si el que muerde se ha excedido apretando. Si esto ocurre, el mordido chilla de dolor y se niega a continuar jugando durante unos segundos. Y esto mismo debemos hacer nosotros si nuestro cachorro nos muerde demasiado fuerte, para que sepa que nos ha hecho daño y no estamos dispuesto a jugar a sí.
Cuando nuestro cachorro nos haga daño con los dientes no debemos mostrarnos enfadados, sino sólo doloridos (la ira por nuestra parte sería interpretada por ellos como una incomprensible agresión.) Si su cachorro le clava los dientecillos, grite fuerte, déle la espalda y finja que el dolor no le permite seguir jugando. Esta actitud impactará un poco al perro la primera vez, pero no espere resultados inmediatos. Poco a poco, en los próximos días, los mordiscos irán perdiendo intensidad hasta que usted tenga que fingirse dolorido incluso la más leve presión.
Por último, empiece a expresar dolor con el solo roce de los dientes, y el cachorro dejará pronto de morderle. El perro debe aprender que a un humano no se le puede morder nunca, ni siquiera jugando.
Erik Farina 2012 |
Algunos
cachorros muerden precisamente para provocarnos. Esta conducta suele
estar asociada al deseo de llamar la atención y producirse en
hogares donde hay niños pequeños que chillan y agitan los brazos
histéricamente cuando el perro le agarra la ropa. Esto hace, por
supuesto, que la mamá venga corriendo a ver que es lo que está
pasando y se provoque un gran revuelo alrededor.
El
cachorro probablemente se siente muy satisfecho, recuerde que es
mejor una regañina a que le ignoren a uno por completo. En estos
casos conviene distraer al perro con juguetes y evitar la
sobreexcitación del niño y del perro. Tambien funciona encerrar al
cachorro en su jaulita o en una habitación adaptada y acondicionada
al perro, durante un rato de vez en cuando, para que tanto el
cachorro como el niño se calmen.
Una de
las formas más rápidas de lograr que un cachorro de menos de 18
semanas aprenda a controlar sus mordiscos es haciéndoles jugar con
sus congéneres. Si lo lleva a una clase de socialización bien
dirigida puede acelerar el proceso al tiempo que recibe ayuda en los
demás aspectos del adiestramiento básico.
Encontrar
una buena clase de socialización para el cachorro puede ser tan
difícil como encontrar un buen colegio para su hijo. Más vale no
precipitarse en la elección. Lo más importante es no perder la
calma ni la paciencia mientras educa al cachorro; el perro aprenderá
pronto si las circunstancias, y el método utilizado son correctos, y
tanto el cachorro como usted se beneficiarán.
Lo
mejor es ponerse en contacto con un buen psicólogo canino con una
experiencia de más de 20 años , puede escribir y solicitar
asesoramiento escribiendo a; psicolmascot@gmail.com
-Si lo
es, todos los asistentes, humanos o perros, parecerán relajados y
felices. Estarn disfrutando de la clase.
-En
ninguna clase buena se utiliza el castigo, pegar, dar golpecitos con
la mano, pataditas o el collar eléctrico, para adiestrar. Lo único
que habria es un trauma para el perro y el humano.
-Las
clases deben ser poco ruidosas. Gritar es innecesario. Si los perros
ladran mucho puede ser síntoma de estar estresados.
-Los
métodos utilizados deben ser válidos para su perro y para usted. La
comida y los juguetes motivan poderosamente a los cachorros. Para
mucho perros no es suficiente una felicitación, una acaricia.
-Deben
combinarse de forma armoniosa el adiestramiento (que no sea duro) y
el juego controlado entre los perros.
-Si se
permite a los cachorros jugar sueltos de la correa, ninguno debe
tener menos de 18 semanas cuando comience el curso.
Contacto: psicolmascot@gmail.com
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