Cada criador tiene ideas propias en lo que se refiere al entrenamiento de los perros de trineo. No obstante, se pueden extraer algunos principios fundamentales comunes de los diferentes métodos.
Los Primeros Contactos
Unos consideran que los perros nacidos en invierno son los mejores para tirar de los trineos, ya que son más resistentes al estar habituados al frío desde su más temprana edad. Otros, por el contrario, prefieren los perros nacidos en el verano, ya que creen que la estación cálida es la más propicia para un buen desarrollo del cachorro.
Es importante desarrollar pronto las disposiciones psicológicas del cachorro para poder determinar para qué papel estará mejor dotado (perro de cabeza, etc..)
Es preciso vigilar que el futuro perro de cabeza, que a menudo se elige entre los ejemplares que tienen un carácter más independiente y son menos blandos que los otros, no se vuelva salvaje. Para eso es necesario hablarle a menudo, acariciarle, habituarse al humano, incluso si tiene tendencia a alejarse de los otros cachorros.
Existen diferentes escuelas en cuanto a la edad a la cual se debe empezar el entrenamiento de los perros de trineo. Para unos es preferible iniciarlo a los 4 meses, mientras que para otros es preferiblemente esperar a los 6 meses, o a los 8 meses. En cualquier caso lo más importante es saber dosificar el entrenamiento.
Se puede habituar el cachorro al arnés, sin atarlo, dejándolo correr detrás de los perros enganchados. Es la ocasión para probar su reacción y su dureza. Sin embargo este método no es aceptado unánimemente ya que el cachorro en libertad siente ganas de jugar con los otros perros, corre el riesgo de que las patas se le enreden con las traíllas o de desorganizar el equipo.
La primera vez que un perro sea enganchado, será colocado detrás de un viejo perro de cabeza que conozca bien su cometido. Muchos prefieren para estos inicios un enganche a cinco, lo suficientemente potente, pero también controlable. Algunos criadores no son partidarios de enganchar varios cachorros al mismo tiempo.
EL recién llegado debe comprender de golpe que debe avanzar y correr, con la traílla tensa. Algunos, presas del pánico, se aplastan contra la nieve e intentan dar media vuelta para correr en sentido contrario o se dejan arrastrar; en estos casos hay que parar inmediatamente el tiro, tranquilizar al cachorro, darle ánimo, colocarlo cerca de su madre si es posible y volver a empezar. La paciencia y la psicología son indispensables para triunfar. También es importante no levantar la voz.
El primer contacto del perro con el trineo es crucial, y el miedo puede bastar para romper su carrera de perro de tiro; normalmente el perro sigue el movimiento al cabo de algunos días por instinto de tiro y mimetismo.
El Lugar de los Perros
Cuando los perros están enganchados, se pueden observar sus reacciones al aprender algunas reglas de disciplina; quedarse en su sitio sin que haya que intervenir, trabajar a la derecha y a la izquierda, etc. Se debe tener en cuenta que algunos perros trabajan mejor en un lado que en el otro.
Después de varios meses de observación y una vez que se conoce bien a los perros , se puede determinar el lugar más adecuado para cada uno, según su fuerza y velocidad.
Los “wheelers” son los perros que se colocan inmediatamente delante del trineo. Se les elige entre los más potentes ya que son ellos los que soportan lo esencial de la carga. Los perros mas rápidos se colocan delante. EL perro de cabeza, el que tiene el papel más importante, es el que obedece mejor a la voz.
Las Cualidades del Perro Líder
El perro líder debe tener, obediencia, inteligencia, autoridad y andadura. Debe ser capaz de tomar decisiones en cualquier terreno y en cualquier condición climática. Un perro que tenga cualidades naturales para cumplir esta función, deberá tener, indudablemente, un lugar detrás del perro de cabeza o a su lado, dependiendo del número de perros que están enganchados al trineo.
El perro de cabeza o líder, debe tener fuerza suficiente para entrenar al perro novato. En cualquier caso, es necesario que el cachorro no pierda coraje y esperar un par de sesiones antes de colocarlo en cabeza.
Cada orden debe ser correctamente ejecutada. Una dirección que no sea la indicada por el Musher debe ser corregida. Es inútil indicar que es indispensable durante el período de entrenamiento un buen funcionamiento de los frenos.
Previniendo las carreras, es conveniente enseñar al perro de cabeza a orinar corriendo. Si se para, todos los perros se tendrán que parar con el líder.
Al principio, los entrenamientos serán de corta duración y no deberán producirse más de tres veces por semana. En ningún momento, el cachorro debe considerar su nueva actividad como una carga, aunque no sea un juego. Hay que darle la satisfacción del esfuerzo, asegurándole grandes momentos de libertad.
Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
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