martes, 25 de diciembre de 2012

La Navidad y las mascotas, los peligros más comunes.



La Navidad puede ser peligrosa para los perros si no se toman las precauciones necesarias. Los riesgos más frecuentes para los perros son las intoxicaciones, los cortes y las electrocuciones. Como parte de nuestra familia, debemos proteger a nuestro perro de los siguientes alimentos, bebidas, plantas y adornos.

Los adornos de Navidad, el Arbol y las Plantas

El hecho de que toda la familia participe en la colocación de llamativos objetos en un árbol puede ser interpretado por un perro joven, activo o juguetón como una actividad divertida, en la que participar. Esto conlleva un riesgo y es que el perro puede ingerir los adornos de Navidad.

Los perros, sobre todo si son cachorros, se caracterizan por ser curiosos con los brillantes y coloridos adornos de Navidad. Sin supervisión, no es extraño que el animal aproveche para olisquear los adornos y mordisquear los cables, el espumillón o las bolas.

Algunos adornos de Navidad pueden tener filos cortantes y, si se rompen, pueden provocar cortes y heridas. Hay que evitar este tipo de decoración navideña, que no solo pondrá en riesgo a los animales, sino también a los niños de la casa.

Otra forma de evitar accidentes es impedir el acceso del perro a la zona donde se encuentra el árbol de Navidad. Para ello, se puede utilizar una malla. Se debe atar el árbol al techo, para evitar que se caiga al suelo y sea peor para su perro, o le caiga a un niño pequeño.


Las luces son uno de los adornos navideños más típicos y presentes en muchos hogares españoles. Sin embargo, son un reclamo peligroso para los perros, ya que precisan electricidad y un mordisco en un cable puede suponer una descarga eléctrica para el perro, que le puede provocar quemaduras.

La desconexión de los adornos lumínicos cuando el perro está solo en casa es la forma de evitar accidentes. También se puede camuflar el cable bajo una alfombra para evitar que el perro lo mordisquee. Se le puede untar a los cables con pimienta, con guindilla o tabasco u otra cosa que haga repeler a su perro.

Algunas plantas como el abeto o la llamada flor de Pascua (Poinsettia) conforman una parte importante de las tradiciones de estas fiestas. Pero hay que tener mucha precaución con los perros cuando estas plantas entran en casa.

Y es que, si la ingieren, "la flor de Pascua resulta venenosa para los perros y los gatos", por lo que esta planta se debe mantener fuera del alcance del animal si no queremos que se intoxique y vomite.

Si el árbol de Navidad es un abeto o contiene acículas afiladas, constituye otro riesgo y debe estar bien sujeto para evitar caídas. Si es natural, habrá que tener precaución para que el perro no beba agua de la maceta. Puede contener productos insecticidas que resulten tóxicos para el can. Las hojas, además, son como agujas. Si el perro las ingiere, le pueden provocar una perforación intestinal. No son las únicas plantas peligrosas: el Lirio y la Adelfa (Nerium oleander) también son perjudiciales.


Ciertos regalos, como los teléfono móviles, suelen llamar la atención de algunos perros, hasta el punto de destrozarlos con sus dientes y tragarse los componentes.

Por este motivo, en Navidad, al igual que durante el resto del año, conviene no dejarlos al alcance de los perros, ya que les llama mucho la atención.

Diciembre es uno de los meses más fríos del año. La calefacción a pleno rendimiento en las casas, junto con los paseos al aire libre, supone contrastes de temperatura que pueden provocar que enferme su perro.

Por otro lado, el hielo puede provocar heridas en las almohadillas del perro, entre sus dedos. Si se va a dar un largo paseo con él, conviene protegerle las patas con unos calcetines, unas botitas o aplicar vaselina entre sus dedos y almohadillas, que forme una barrera frente al hielo.


Los alimentos, los dulces y las sobras.

Las intoxicaciones provocadas por los alimentos perjudiciales para la salud del perro, como el cordero o el chocolate, suponen otro peligro navideño. La ingesta de carne y huesos de cordero provoca en el can problemas gastrointestinales. No digiere con facilidad la grasa de esta carne. Por otro lado, uno de los componentes del chocolate, la teobromina, resulta tóxico para el perro.

El chocolate es un dulce muy presente en los turrones y otros dulces navideños. Sin embargo, no es nada recomendable para los perros. Contiene una sustancia llamada teobromina, que resulta tóxica para los perros. Tanto es así, que la ingestión de 100 gramos de chocolate negro tendría graves consecuencias para la salud de un perro de 15 kilos.

El chocolate puede ser un ingrediente de muchos dulces, como el mazapán o los polvorones, camuflado en pequeñas cantidades, por lo que no es recomendable ofrecer al perro este tipo de productos.

Las uvas y las pasas, resultan tóxicas para el perro. Afectan al funcionamiento de los riñones del animal. Por este motivo, no hay que ofrecer ninguna uva al perro.

Las cáscaras del marisco contienen una sustancia denominada quitina que el perro no digiere bien. Le puede provocar vómitos, diarrea y estreñimiento.

Por otro lado, el marisco es un alimento rico en ácido úrico. La mayoría de los perros no tienen problemas con esta sustancia, excepto una raza: el dálmata, que puede padecer gota.

La cebolla contiene un componente (tiosulfato) que destruye los glóbulos rojos del perro. Las consecuencias para la salud del perro, sobre todo si está enfermo o es muy mayor, son anemia, debilidad y problemas respiratorios.


Los piensos y alimentos comerciales para el perro no contienen cebolla, pero hay que tener precaución con los desperdicios de las comidas y cena de Navidad, en los que el perro pueda hurgar. Para evitarlo, se puede colocar el cubo de la basura en un lugar donde el animal no tenga acceso, como dentro de un armario o bien en un cubo que tenga tapa.

El ajo, presente en muchos platos festivos, también resulta perjudicial para el perro. Los canes no tienen un sistema digestivo preparado para metabolizar de manera adecuada el ajo. Así que, en caso de ingerirlo, será como si tomaran un compuesto tóxico.


La leche y otros productos que contienen lactosa, como yogures, queso o incluso algunos postres, no son recomendables para la salud del perro. El perro no asimila esta molécula cuando la ingiere en grandes cantidades porque su estómago carece de la enzima encargada de destruirla y metabolizarla.

Las consecuencias para un perro que toma lactosa son problemas digestivos, como vómitos o diarrea.

El champán y el vino son algunas de las bebidas alcohólicas habituales en las mesas durante las cenas y comidas de Navidad. Por ello, hay que extremar la precaución si en casa hay perros y otros animales.

Cualquier bebida alcohólica es perjudicial y tóxica para el perro, incluso en pequeñas cantidades. Además, no le aporta ningún beneficio para su alimentación.

Además de los alimentos que resultan tóxicos para el perro, hay otros que son perjudiciales para su salud por diversas razones. Entre ellas, porque fomentan algunas enfermedades del corazón de los perros o porque el animal tiene dificultades para digerirlas.


Los frutos secos. Este alimento resulta difícil de digerir para el perro. No son recomendables ni enteros ni triturados porque el perro no los digiere bien.

La sal. Este mineral debe ser escaso en la dieta canina. Un exceso de sal en un perro con problemas cardiovasculares e hipertensos puede agravar su patología. Si en Navidad se ofrecen al perro frutos secos, jamón serrano u otro tipo de alimentos con alto contenido en sal, se caerá en el error de administrar un exceso de este mineral.

Los huesos. "Excepto el de rodilla de vaca cocido, pueden provocar perforaciones intestinales, diarrea y estreñimiento. Por ello, lo más adecuado es ofrecerles los huesos específicos de la vaca que venden para ellos.

El café y el té. Estas bebidas no son recomendables para el perro por su contenido en sustancias excitantes (cafeína y teína).

No debe variar de forma sustancial la dieta del perro durante la Navidad es una de las claves. Por otro lado, hay que informar al respecto a las visitas. Los niños y el resto de familiares y amigos deben evitar ofrecer al perro dulces u otros alimentos que pongan en riesgo la salud de su perro. Tenga a mano el número de teléfono de urgencias de su veterinario o el veterinario que esté de urgencias en las Navidades.

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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