MOVIMIENTO




Acción muscular: Según los movimientos que puedan realizar los músculos se clasifican en; Flexores: los que aceptan un punto móvil a otro fijo. Extensores: alejan el punto móvil del fijo. Aductores: acercan lateralmente un punto móvil al plano sagital Abductores: alejan el punto móvil al plano sagital. Rotatorios: efectúan un movimiento de circundición alrededor de un punto fijo.


MOVIMIENTOS ARTICULARES

ARTICULACIóN ESCAPULO-HUMERAL

(paletilla)
      Cinco clases de movimiento
Flexión

Extensión

Aducción

Abducción

Circundicción

ARTICULACIóN

RADIO-CUBITAL

(codo)
  Dos tipos de movimientos
Extensión

Flexión
   
ARTICUALCIóN

COXO-FEMORAL
      Cinco clases de movimientos
Extensión

Flexión

Aducción

Abducción

Circundicción

ARTICULACIóN

TIBIO-FEMORAL
Dos movimientos

Extensión

Flexión

ARTICULACIóN

TIBIO-TARSIANA
Dos movimientos

Extensión

Flexión


Los movimientos de aducción, abducción y circundicción son meramente testimoniales en el perro. En este animal toda la acción muscular importante de los miembros se centra en la marcha hacia el frente. Los músculos aductores y abductores prácticamente no actúan más que como estabilizadores y fijadores de los miembros, pues el perro, cuando el paso y sobre todo el trote, son muy acelerados tiende a juntar las patas hacia el eje longitudinal, tanto de atrás como de delante. Estos dos tipos de movilidad y las circundicciones son indispensables para controlar movimientos inesperados.


Movimiento:


Cuantas más nociones se tengan sobre el funcionamiento del cuerpo del perro más fácil será sacarle partido, entrenarlo o utilizarlo de acuerdo a sus necesidades específicas consiguiendo resultados más satisfactorios. Para comprender mejor el sistema locomotor de un animal hay que analizar totalmente antes su estrategia de supervivencia o funcionalidad. Incluso antes de eso hay que tener cierta comprensión de la estructura de los miembros, tanto anteriores cómo posteriores y de como están ensamblados en el cuerpo.


Conviene que repasemos las nociones básicas:


Como punto de partida y bajo el punto de vista evolutivo podemos considerar al cuerpo de cualquier animal como un ser con la necesidad ineludible de desplazarse por el suelo o en el agua para cubrir sus necesidades vitales. Para moverse en el agua necesita aletas y cola que le impulse; en tierra y, con excepción de las serpientes, necesita patas. Si la única misión de éstas fuera impulsar al cuerpo hacia adelante, habría una considerable fricción con el suelo, con la consiguiente pérdida de energía. Por eso un cuerpo que necesite moverse requiere, no sólo que le impulsen hacia adelante, sino que se le empuje hacia arriba y que se le mantenga alejado de la tierra para evitar rozamientos.





Los reptiles y anfibios cumplen esta misión de manera precaria. Motivo: que las patas sobresalen a los lados del cuerpo. El simple esfuerzo de levantar el cuerpo con unas piernas que exceden a los lados es considerable e incide sobre la facilidad de ir hacia adelante y sobre la resistencia.


En los perros observamos esta manera de desplazarse durante los quince primeros días de vida.


La colocación vertical de las patas directamente debajo del cuerpo significa un gran adelanto para andar y para correr, además, un perro o un gato pueden estar de pie todo el día sin gran fatiga. Un cocodrilo o un lagarto no podrían hacerlo y, además, para trotar necesitan reptar, y sólo galopan por un corto trecho, con gran esfuerzo y a base de dar saltos. Eso no significa que el cocodrilo sea ineficiente, es eficaz y mucho en el agua, su elemento de caza.


Esto demuestra que el aparato locomotor de cada raza perruna en particular o animal en general tiene que contemplarse bajo el punto de vista integral de su estrategia evolutiva. De una estrategia evolutiva forzada por el hombre para que ejerza determinadas funciones y que difiere de la de sus antepasados salvajes, mucho menos especializados.


La diferencia de longitud de las extremidades de los distintos perros, la anchura de su pecho, que incide entre otras cosas en la colocación de las patas, en la aerodinámica y en la estabilidad, la longitud y flexibilidad de su línea dorsal, la del cuello e, incluso la forma de la cabeza y la existencia o no de prognatismo, han de ser contempladas con criterios de planificación funcional, en otras palabras: proceso evolutivo forzado por el hombre.


Todo desplazamiento, y mucho más la carrera por su velocidad, es un proceso de aplicación de energía y su consumo correspondiente. La energía se aplica cuando las patas traseras impulsan proyectando hacia adelante y hacia arriba y es consumida por las delanteras cuando aterriza. El cuerpo caería al suelo si los miembros delanteros no amortiguaran e impulsaran hacia adelante: energía aplicada para desplazar el cuerpo al frente, absorbiendo y desviando el impulso adquirido para proseguir el movimiento en equilibrio dinámico 2.





Para entender el proceso de absorción de energía por los miembros delanteros podemos considerarlos como amortiguadores que suavizan el impacto del aterrizaje del cuerpo al avanzar. Cuando la articulación del miembro delantero empieza a hundirse entran en acción los músculos de los hombros para impedirlo. Absorbe la energía aplicada hacia adelante por los miembros traseros.


Para que esto pueda ocurrir, que los miembros delanteros actúen como amortiguador, las patas no deben de estar directamente unidas al cuerpo. Si fuera así no se opondrían con suavidad al impacto, la absorción sería brusca y con una sacudida terrible. El perro tiene los miembros delanteros separados del hombro y sujetos por músculos, no en una cavidad ósea como los traseros. De esa manera absorbe la energía con suavidad a cada paso.


Por el contrario, el tren posterior no está hecho para absorber energía: lo está para aplicarla. Por eso las patas traseras están encajadas directamente por su parte superior en la fosa de la pelvis y quedan sujetas a ella por ligamentos y tendones. El acople es muy consistente y sus desventajas como amortiguador son muy grandes. La cabeza del fémur está sujeta a la cadera sólidamente y la rodilla está trabada, de ahí la incapacidad de absorber energía: la energía no puede huir hacia ningún sitio, no puede difuminarse.


Es por eso que los saltos en vertical (con caída sobre las patas traseras), uno de los mejores ejercicios para desarrollar los cuartos traseros, están desaconsejados como ejercicio en series en perros pesados. Al no estar las patas traseras preparadas para amortiguar la caída se pueden producir lesiones en las rodillas.


El movimiento es diferente en cada raza y por lo tanto es un rasgo de tipicidad que define. Cada raza tiene una manera de moverse propia de ella misma y una forma de trasladarse característica. No se puede estudiar la locomoción en función solamente de causa y efecto sino como parte de una estrategia general de utilización. En realidad, el sistema locomotor de un animal forma parte de una adaptación compleja a una ecología específica. Ha de ser una constelación de atributos actuando conjuntamente. Hay que estudiar la estrategia de supervivencia del animal antes de poder entender su sistema locomotor. Así pues al valorar el movimiento de un perro debemos tener claro un concepto básico: su funcionalidad. Entendemos por funcionalidad la capacidad de cumplir el fin para el que ha sido creada cada raza.



Eso hace que no se pueda contemplar con la misma óptica a una raza que ha sido literalmente diseñada para correr al trote que a otra que lo ha sido para perseguir al galope a su presa o seleccionada para cazar reptando dentro de las madrigueras.


En algunos perros el equilibrio estático se ha desarrollado como prioridad cediendo a veces cualidades en su equilibrio dinámico o en su rapidez o resistencia. En otros perros en los que se han contemplado como ideales las facultades para recorrer distancias largas en resistencia, o cortas con mucha rapidez, predomina el equilibrio dinámico sobre el estático.


El perro es capaz de efectuar cuatro tipos principales de andadura y una gran cantidad de variantes: el paso, el trote, el galope y la ambladura, son los primordiales. También podemos definirlos en categorías de apoyados y volados. Los apoyados son aquellos en los que siempre hay por lo menos un pie descansado en el piso; los volados son aquellos en los que hay momentos en los que las patas pierden el contacto con el suelo.


Aunque ya empieza a existir bastante literatura especializada sobre el tema, todavía es indispensable, si queremos comprender bien los tipos de desplazamiento en el perro, que recurramos a estudiar lo mucho que hay publicado sobre el caballo. Lo mismo que en reproducción, el movimiento está mucho más investigado en estos animales, que tienen más importancia económica, o que están ligados a clases sociales más pudientes que el perro. La nomenclatura y la kinesiología del movimiento son prácticamente las mismas en la equitación que en cinología.


La buena movilidad tendría que estar implícita en cualquier perro, tenga éste cualquier peso, altura, proporción, función o raza. Por desgracia no sucede así, la moda, o la selección para tareas demasiado especializadas, llevan a que a veces se usen criterios teratológicos que significan la elección de determinadas cualidades a costa de sacrificar otras de tipo general para fomentar las especiales de la raza.


Algunas observaciones:

 
Cuando el cuerpo del perro tiende a ser cuadrado se impone el galope de suspensión simple y la facilidad para saltar, pero no el galope de doble suspensión ni el trote volado. En cambio, en el trote y al aproximarse la pata delantera y la traseras, ambas pueden interferirse y tropezar, por eso algunas razas de línea dorsal corta tienden como recurso a un trote diagonal.


Los perros de cuerpo largo tienen generalmente un trote fácil a condición de ir acompañado de angulaciones más bien amplias. Son necesarios para cubrir un trabajo diario de resistencia al trote. En cambio su galope, aunque puede ser rápido, es muy fatigoso.


El paso, el trote y el galope son las maneras de marchar más conocidas.
El amblaje es paso normal en algunas pocas razas y también lo emplean todas en determinados momentos para descansar, ahorrar energía o en momentos de conflicto emocional.


La fuerza, conjuntada con la resistencia, es indispensables para los perros de trineo, que tienen que trabajar jornadas extensas recorriendo largas distancias y, encima, arrastrando peso.

 
Los perros de granja y de ganado vacuno no necesitan un paso rápido. Se emplean propuestas diversas: o perros muy pequeños que conducen a los animales por entre las patas o soluciones más grandes y robustas de tipo molosoide.


Una delantera fuerte, bien musculada y compacta ayuda a reducir el shock de impactos repentinos y a los cambios bruscos de dirección.


Cuartos traseros muy fuertes y espalda flexible, con facilidad para arquearse y extenderse al máximo, son indispensables para conseguir la máxima rapidez en el galope.



Función y forma corporal están íntimamente relacionadas.


La estructura no es la única responsable de las diversas facultades: resistencia, velocidad, fuerza... El sistema nervioso y la proporción de fibras lentas, rápidas e intermedias en los músculos son factores que hay que tener en cuenta.
Excesivas angulaciones favorecen el trote y el galope en determinados casos, pero siempre disminuyen la estabilidad en parado y van ligados a menos fuerza.

 
Las angulaciones pobres producen un pobre movimiento, con pasos cortos y rígidos.

Las angulaciones tienen que estar proporcionadas con la longitud del cuello, de la línea dorsal y de las patas, aunque hay excepciones cuando un mismo perro tiene que estar adaptado a trabajos muy opuestos.

 
Bajo el punto de vista del expositor, angulaciones más pronunciadas producen un movimiento más bonito. No obstante el movimiento tiene que estar subordinado a la funcionalidad específica de cada raza.


Cuando las angulaciones delanteras y traseras no están proporcionadas se producen defectos de ritmo.

 
No existe un solo tipo de resistencia. Hay perros que son resistentes al trote, otros tienen un galope que aguanta más que la media, algunos resisten todo el día al paso, los perros de trineo recorren distancias increíbles arrastrando peso y con pasos cambiantes, los perros de pelea pueden aguantar hasta una hora trabados... La resistencia, lo mismo que la velocidad, dependen de las proporciones entre la estructura ósea, el sistema nervioso, la musculatura, con sus fibras blancas y rojas en la conveniencia debida y las fijaciones y motivaciones mentales apropiadas.

 

En pocos estándares se menciona a la espalda como lo que realmente es: una porción de la línea dorsal que comprende cuatro vértebras. Casi todos se refieren a la línea dorsal íntegra cuando se refieren a la espalda.

 
La estabilidad estática requiere una base amplia.

 

Conforme se aumenta la velocidad las patas convergen hacia la línea sagital, pues la estabilidad dinámica necesita menos base cuanto más rápido se va.
El pie largo es indispensable para andar más rápido en terreno blando.
En terreno duro se desenvuelve mejor el pie recogido, además tiene menos riesgo de lesiones y excoriaciones y rozaduras.

 
El paso:

 
Es la marcha más lenta y descansada. El centro de gravedad realiza desplazamientos muy limitados. Se efectúa por la elevación simultánea de un miembro delantero y su opuesto posterior y así consecutivamente. Es la manera de andar que emplean casi todas las razas, sobre todo las que tienen que recorrer grandes distancias guardando ganado o tienen como misión largas rondas de vigilancia.


La ambladura:


Es una marcha muy particular que, sin embargo, es propia de algunas razas o que está determinada por algunos momentos o situaciones muy específicos. El centro de gravedad se desplaza lateralmente y está sujeto a amplias oscilaciones y no de arriba abajo como en los otros pasos o como sería lo ideal: paralelo al suelo, sino culebreando. Excepto algunos perros de pastor que lo efectúan espontáneamente y en pocas razas más, en casi todas las razas es un paso no deseado. Se considera qué es un paso de relajación que el perro emplea cuando quiere hacer descansar algún grupo muscular y también cuando el paso del guía lo lleva a él. En la naturaleza se da espontáneamente. Los lobos lo emplean de manera intermitente para descansar durante los recorridos largos, intercalándolo con el paso normal, el trote, el galope y muchas variaciones intermedias de todos ellos.En algunas circunstancias el perro lo utiliza a efectos de paso ceremonial y, en perros muy jóvenes, suele ser una muestra de inseguridad.


El trote:

 
Es un movimiento bastante inestable, pero fácil. Es la marcha ideal para recorrer grandes distancias a una velocidad sostenida. En la naturaleza y en casi todas las razas caninas solamente se da espontáneamente el trote corto y suele ser un paso de transición o de alternancia con los otros. En el perro doméstico suele ser un tipo de desplazamiento, si no aprendido, si muy mejorable por el entrenamiento. Es el modo de trasladarse por el que se juzga el movimiento en las exposiciones. Es un paso de voladura que se realiza mediante el movimiento simultáneo de la pata delantera derecha y de la posterior izquierda, a esto sigue una fase casi imperceptible de suspensión y luego se repite el movimiento con la pata delantera izquierda y simultáneamente la trasera derecha. El período de suspensión se produce justo en el momento del cambio de diagonal. Según el AKC es un movimiento en dos tiempos.


El pastor alemán es un especialista en el "trote volado", para el que tiene un tipo de estructura única. Sus angulaciones, muy amplias, y la línea dorsal larga, así como la coordinación y el buen ritmo son también indispensables. El momento de suspensión es más pronunciado en este tipo de trote que en el trote normal.


Es necesario especificar tres puntos para comprender y "ver" correctamente este movimiento:

Dos patas opuestas en diagonal dejan de soportar el cuerpo al mismo tiempo.
Existe un brevísimo espacio de tiempo en el que el cuerpo permanece suspendido en el aire mientras se produce el cambio de diagonal.


Los pies opuestos de cada diagonal tocan el suelo al mismo tiempo.


El trote cortado (hackney-ride) es un ejemplo de lo que es un trote de corte totalmente distinto. Se da en algunas razas pequeñas y se distingue por un levantamiento muy aparatoso de una pata delantera y su correspondiente opuesta posterior. La articulación se flexiona y levanta ostentosamente, tanto la anterior como la posterior. Es un momento en que se prolonga una situación de equilibrio transversal, la otro pata de apoyo delantera con su correspondiente enfrentada anterior. Este trote deja de ser un movimiento a dos tiempos para convertirse en otro de cuatro tiempos.



Sabemos que el trote en los animales no domesticados es casi un paso de transición hacia el galope, y que su perfeccionamiento es, si no artificial, si fruto del adiestramiento. El cambio del trote al galope se puede retrasar y mejorar mediante el tratamiento apropiado, se trata de llevar al animal más allá de donde él hubiera ido de manera espontánea, aguantarlo al máximo alargando el tranco y pasar lo más tarde posible al galope.


Como en los show no hay más remedio que enjuiciar a todas las razas por igual por el paso al trote, debemos saber claramente que es lo que podemos exigirle a cada una en particular.


El galope:

 
Es la marcha más rápida, pero también la más fatigosa. Es una marcha a saltos. Se ejecuta en cuatro ritmos, uno de ellos de suspensión. En el galope volado, propio de las razas que cazan a la carrera y de los dobermann, el tiempo de suspensión es pronunciado. Al pasar a apoyar las patas delanteras, una lo hace y desliza antes que la otra. Las traseras también fluyen y empujan sucesivamente. Esto es más marcado cuanto más largo sea el tiempo de suspensión. Es propio de las razas esprintadoras y de las medio fondistas.


Las angulaciones amplias son indispensables junto a una espalda fuerte y flexible, la velocidad desarrollada en línea recta, en pista, tiene un análisis distinto a la carrera en campo. En la primera: la salida y el incremento de la velocidad, hasta alcanzar la velocidad de crucero, se efectúan con una aceleración constante. En las segundas: los cambios de ritmo hacen que tengamos que contemplarlas con una óptica diferente, por otro lado los cambios constantes de trayectoria necesitan de unos hombros fuertes para soportar los shock que se producen constantemente.


La impulsión es realizada por la contracción y posterior extensión del tercio posterior del cuerpo, región lumbar, grupa y patas posteriores. Se realiza de abajo hacia arriba en diagonal con el suelo en un ángulo de, aproximadamente 25-30º, en lucha constante contra la fuerza de la gravedad que empuja el cuerpo hacia abajo, el resultado final es el avance. Al ir a efectuarse el apoyo, las patas de delante avanzan de una manera cuanto más pronunciada mejor, con la colocación que tendrían los brazos (en el hombre) al tirarse a la piscina, es decir: cuanto más metida esté la cabeza entre las patas... mejor y, pasando por la vertical se retraen lo más exageradamente posible, permitiendo el ideal de que durante su apoyo las patas de atrás se crucen avanzando por delante de ellas. Es ideal que los perros galopadores tengan ligeramente más alta la grupa que la cruz y más aún si tienen que preverse cambios de dirección a plena velocidad. Un ejemplo típico son los galgos de campo y los dogos argentinos.


En todos los casos tiene que buscarse el más fuerte empuje hacia adelante y la máxima estabilidad que permitan las características raciales; el galope no está hecho para ahorrar energía, sino para conseguir la máxima rapidez.


Una manera de galope más relajada es el "medio galope", que realmente es el normal en las razas no especialistas. Una manera de desplazarse más lenta que el galope volado, pero menos cansado. La suspensión es menor y es más raso con relación al suelo. El apoyo de las patas, tanto delanteras como traseras en casi simultáneo, prácticamente sin deslizamientos sucesivos. Las piernas delanteras se mueven casi al tiempo y la pareja trasera les sigue después del salto. El cruce de las patas delanteras y traseras es menor y en algunos casos inexistentes.


El cantering, canter o galope recogido, es un tipo de paso que emplean los perros de trineo muy habitualmente. Es un paso más lento que los otros tipos de galope y más descansado, con tres ritmos por zancada. Dos patas se mueven por separado y las otras dos en un par diagonal.


Una buena definición del galope con suspensión pertenece a "Stonehenge", famosa autoridad canina inglesa del siglo XIX, y data de 1872:


"La perfección del galope depende sobre todo de que el poder de extensión de los hombros y patas delanteras sea máximo, así como llevar las piernas posteriores avanzando mucho para conseguir el empuje de propulsión. Aunque los cuartos posteriores sean buenos y bien centrados en la acción, mientras los hombros no empujen a las patas delanteras, la acción será fatigosa y lenta. Por el contrario, si los hombros son flexibles, pero las piernas posteriores no llegan bien llevadas hacia delante, o no empujan con fuerza el cuerpo delante de las patas delanteras, la acción puede ser elegante pero no poderosa y rápida. A este propósito, por lo tanto, nosotros pedimos buenos hombros, buenos muslos, una buena espalda, y buenas piernas, y, por último, pulmones y corazón, todas estas circunstancias son esenciales para mantener la rapidez, dentro de un bien formado y amplio pecho". Es indudablemente que este señor no era tonto: lo quería todo.


No podemos pensar que un galope es más perfecto que otro, depende de la especialización de la raza, por ejemplo: un lebrel de cualquiera de las numerosas razas que engloba este término no podría capturar a una liebre a un galope medio, en cambio un perro de trineo no podría trabajar con el trote volado de un galgo. Para poder hacer fuerza cuando tira del trineo emplea el galope recogido y otros numerosos pasos, alguno de ellos intermedios.



Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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