lunes, 23 de septiembre de 2013

Psicología Canina – El Perro El Sueño y Sus Trastornos

Como todos los mamíferos, el perro duerme y sin que se pueda precisar la razón, su sueño es indispensable para el mantenimiento de su salud física y psíquica.


Hay que tener en cuenta dos aspectos complementarios del sueño. Uno cuantitativo, que corresponde a la duración total de los ciclos del sueño, y otro cualitativo, que el humano puede percibir en su caso por su estado al despertar, pero que es difícilmente estimable en el perro, más que observando las reacciones emocionales que siguen al despertar del animal.


El Tiempo del Sueño


Con respecto a otros carnívoros, y al gato en particular, el perro parece tener una menor necesidad de sueño o ser capaz de recuperarse mas rápidamente.


Las necesidades de sueño del perro, igual que en los demás animales, disminuyen con la edad. Los recién nacidos pasan durmiendo entre el 85% y el 98% de su tiempo. Hacia las 4 o 5 semanas, este porcentaje no llega ya al 65%, que es casi comparable al de un adulto.


Para todo perro joven, los ciclos de sueño están repartidos a lo largo de las 24 horas del día. Para el adulto el período más propicio para dormir es el comprendido entre las 13 y las 15 horas. Por otra parte, los perros adultos duermen prácticamente sin interrupción entre las 21 y las 4 horas.

El Ciclo del Sueño


Cada ciclo de sueño (período durante el cual un animal duerme sin volver al estado de vigilia) puede dividirse en fases que corresponden a actividades cerebrales diferentes.

Sueño Paradoxal y Sueño Profundo


Para simplificar, se puede decir que para todo animal el sueño tiene dos fases: la fase de sueño paradoxal y la fase de sueño profundo.


La fase de sueño paradoxal comprende los períodos de sueño durante los cuales tienen lugar los sueños. Los registros de los encefalogramas dan entonces unos trazos similares al estado de vigilia. Bajo su influencia, los tonos musculares del conjunto de los músculos estriados, con la excepción de los músculos respiratorios, de los párpados, de la cara y de la laringe, disminuyen considerablemente y el cuerpo se queda en un estado de ligereza.


Teniendo en cuenta la frecuencia de las ondas cerebrales, esta fase corresponde a lo que también se llama “sueño rápido”; se habla igualmente de sueño REM, del inglés “Rapid Eye Movement” (movimiento rápido de los ojos), en alusión a los movimientos de los globos oculares durante esta fase.


La fase de sueño profundo, también llamado “sueño lento” o sueño LEM, del inglés “Low Eye Movement” (movimiento lento de los ojos), corresponde a una actividad cerebral ralentizada, caracterizada por un trazo electroencefalográfico compuesto por ondas lentas de gran amplitud. Durante esta fase los tonos musculares se conservan.

Se distinguen diferentes grados en este sueño profundo. El alcance de los últimos grados en este sueño profundo. El alcance de los últimos grados de este sueño profundo, parece coincidir con la secreción de ciertas hormonas (entre otras, la hormona del crecimiento GH, que en los animales adultos, podría permitir la corrección de los desgastes sufridos por el organismo durante el período de actividad).


Normalmente, la sucesión de las diferentes fases de un ciclo de sueño comienza por una fase de sueño profundo.


En el cachorro, el sueño rápido es preponderante, puesto que el recién nacido sueña durante el 90% de su tiempo de sueño. Para el perro adulto, por el contrario el sueño rápido no representa más del 36% de su ciclo, cada fase de sueño rápido dura unos 6 minutos y se producen cada 20 minutos.


La especie canina presenta una interesante particularidad para las clínicas dedicadas al estudio de los trastornos del sueño: la escasa inhibición de los tonos musculares durante el sueño ligero. Por tanto, como habíamos señalado, esta fase del sueño, se acompaña de la supresión casi total de los tonos musculares, en el perro, el Locus Coeruleus no parece tener el control total de estos tonos, dejando al perro la posibilidad de agitarse durante el sueño.

Los Trastornos del Sueño


Como todas las funciones del organismo, el sueño puede ser modificado por un proceso patológico. De este modo, la duración del sueño puede estar afectada. En casos de aumento se hablará de “hipersomnio” y en caso de disminución de “insomnio”.


Los Hipersomnios


Se observa sobre todo en los perros que padecen narcolepsia-catapléxia, una enfermedad hereditaria que afecta principalmente a los Labradores, los Caniches, los Basset-Hounds y los Pinschers. Esta enfermedad se manifiesta por un acceso de sueño rápidosobrevenido brutalmente por una emoción agradable tal como la comida o el juego.


El perro se derrumba por consiguiente, sin vigor (al menos al principio de la enfermedad, las fases de sueño así producidas son cortas, y se puede ver “pedalear” a los perros durante esta fase del sueño), y se despierta un momento después como si nada hubiera pasado. Los primeros síntomas de la enfermedad aparecen muy pronto (alrededor de la 6ª semana) y en algunos perros, se atenúa durante la adolescencia.


Esta enfermedad es actualmente incurable, los medicamentos disponibles no permiten mas que limitar el número de crisis. La observación de estos síntomas en un cachorro hace necesaria una consulta al veterinario, que hará el diagnostico diferencial con otras enfermedades (miastenia, epilepsia, ansiedad paroxística, hipoglicemia...) mediante tests clínicos particulares. Se hace totalmente desaconsejable la reproducción de estos perros que sufran esta enfermedad.

Los Insomnios


Pueden ser debidos a diferentes patologías, particularmente se acompañan todas ellas de reumatismo o de alguna molestia respiratoria.


Las ansiedades, por ejemplo, provocan insomnios ligeros debidos a los despertares bruscos durante las fases de sueño rápido; estos despertares bruscos son a veces acompañados de pequeñas micciones correspondientes a las reacciones de temor y más raramente, de verdadero pánico con gemidos o con ataques de agresividad que le pueden llevar a la destrucción de objetos.


Más graves son los insomnios depresivos, pues a ellos corresponde no solamente una disminución de la duración del ciclo, sino también una modificación estructural del mismo: se asiste en este caso, a un aumento relativo de la duración del sueño rápido, con despertares frecuentes durante esta fase como en el caso de las ansiedades, pero con una inversión del orden de las fases en el orden del adormecimiento.


Los perros que sufren de depresión grave se adormecen en efecto con sueño rápido y se despiertan sobresaltados casi inmediatamente. Bastante pronto, estos perros manifiestan la inquietud que la necesidad de sueño les hace sentir; se acuestan, se quejan y no se adormecen hasta que ya no pueden luchar. Las terapéuticas actualmente utilizadas permiten corregir rápidamente estos desórdenes y la restitución de los ciclos de sueño normales permiten mejorar el pronóstico de la enfermedad.


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Copyright © Psicolmascot. Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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