La Semana de la Prevención de la mordedura nacional del perro se
celebra del 20 al 26 mayo de este año en los Estados Unidos. La prevención de mordeduras de perros es
importante, por supuesto.
Sin embargo, las mordeduras de gato y otras lesiones
relacionadas con el gato también puede ser peligroso y, en muchos casos, al
igual que las mordeduras de perro, las lesiones de los gatos se pueden
prevenir.
Muchos gatos se asustan fácilmente.
Pueden tener miedo de los extraños y, a veces pueden tener miedo por los
movimientos bruscos, incluso de las personas que conocen.
Nunca trate de
agarrar un gato extraño. No lo trate como a una mascota, con un beso o abrazar
aun gato que parece asustado, incluso si se trata de su propio gato. Los gatos
no deben ser perseguidos y acorralados tampoco.
Aprenda a reconocer los signos de
miedo en los gatos. Incluso de su propio gato, no importa que sea tan amigable
y normal, puede morder o arañar si tiene miedo. Los signos fácilmente
reconocibles del miedo son maullidos, gruñidos o ahuyentarse. Los gatos que
tienen miedo pueden ponerse en cuclillas o arquear su espalda. (Piense en el
estereotipo de la representación de Halloween de un gato con el lomo arqueado.)
También ponen las orejas hacia atrás. Las pupilas dilatadas son otra señal de
un gato asustado. En los gatos, las respuestas pupilares están ligadas a las
emociones tan igual o tal vez incluso más de lo que son los niveles de luz.
Evite manipular a un gato que está mostrando signos de miedo. Si el manejo es
absolutamente necesario, proceda con precaución.
Tenga cuidado con acercarse a un
gato que está exhibiendo la agresión hacia otro objeto. Esto incluye los gatos
que están luchando entre sí. Cuando un gato se agita, y se equivoca puede
redirigir su agresión hacia ti y hacerte daño sin querer hacerlo.
Algunos gatos se sienten
sobreestimulados cuando se les acaricia, o que son sensibles a los mimos en
ciertas partes de su cuerpo.
Aprenda a entender el lenguaje corporal de su
gato, y atento a los síntomas de irritación, como por las orejas hacia atrás
maullidos, gruñidos y agite la cola. Dejar de acariciarlo tan pronto como el
gato comienza a mostrar signos de irritación.
Los niños pequeños deben estar
supervisados cuando estén con los gatos, incluso de sus propios gatos. No se
debe permitir que persigan o acosen a otro gato que está buscando privacidad, o
tratando de evitar al niño.
En caso de duda acerca de si un gato
está asustado, se supone que él puede actuar de forma agresiva y puede ser
capaz de infligir daño. Evite el contacto si es posible. Como mínimo, muévase
lentamente y con cuidado al manipular al gato.
La mayoría de las lesiones
infligidas por los gatos son el resultado de que el gato ha actuando a la
defensiva en un intento de protegerse a sí mismo. Muy pocos gatos son
maliciosamente agresivos.
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
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