sábado, 28 de septiembre de 2013

Adiestramiento Canino – La Llamada

Erik Farina año 1994
Un importante elemento en el adiestramiento del perro para la guarda, la defensa, la caza o para el particular, es la llamada a los pies de su dueño. En efecto, por evidentes razones de seguridad, resulta esencial que el animal aprenda a volver con su dueño cuando éste lo llame cualesquiera que sea las circunstancias.


Una vez que el perro realice sin que se le obligue los primeros ejercicios de obediencia, en cuanto reaccione favorablemente a las órdenes “sentado”, “tumbado” y se acostumbre a andar con la correa, se le podrá adiestrar para la llamada. Este aprendizaje no comenzará hasta que el perro tenga 4 meses, lo que no quiere decir evidentemente que no haya que acostumbrarlo desde muy pequeño a que responda cuando de le llama por su nombre.


¿Por Qué la Llamada?


El objetivo del adiestramiento a la llamada, es que cuando se le llame por su nombre seguido de la orden “ven aquí”, el perro acuda sin vacilar y se ponga a la derecha de su amo en posición sentado.


Cuando el perro haya comprendido la llamada se le podrá entrenar para responder a la orden “a jugar” empujándolo hacia adelante para que se vaya.


También se le enseñará a permanecer a distancia sin moverse. Y sólo cuando el perro haya asimilado perfectamente estas nociones se podrá pensar en adiestrarlo para que recoja y traiga objetos, o para la búsqueda o el ataque, por ejemplo.


Cómo Actuar en el Adiestramiento


A la Hora de la Comida


Primero se puede ejercitar al perro en la hora de la comida provocándole las ganas de comer para hacerlo volver. Sin embargo, conviene evitar las golosinas pues ello perturbaría después el aprendizaje de la negativa a coger el cebo.


Para empezar se llama al perro por su nombre seguido de la orden “ven aquí” presentándole el comedero ( se puede dar la orden de “ven” o “aquí” a elección del dueño). El perro deberá colocarse a su derecha en posición sentado. Si es necesario, ayúdele colocándolo y obligándolo a sentarse. Espere a que haya realizado bien este ejercicio y después déle la comida y hágale muchas caricias.

Ni que decir tiene que no se le debe dar comida al perro hasta que no haya hecho correctamente el ejercicio pues hay que evitar que asocie recompensa con fracaso. En caso de fracaso, usted dará algunos pasos para alejarse del perro y lo llamará hasta que comprenda.


En Cualquier Circunstancia


Una vez que el perro haya aprendido la llamada a la hora de la comida intente que haga ejercicios en horas diferentes.


Para ello, proceda como en el caso anterior, llamándolo por su nombre seguido de “ven aquí” y si no viene espontáneamente tire de la correa hasta que comprenda y obedezca la orden, de que tiene que ir junto de usted de inmediato. De manera general y sobre todo si el perro no obedece sin la correa, aléjese de él, lo que le hará volver por miedo a perder a su amo.


Es importante darle siempre la misma orden al perro con la misma palabra, y a ser posible, con la misma entonación, sin agresividad ni nerviosismo. Si usted cambiara de vocabulario o de entonación, al perro le llevaría más tiempo asimilar las diferentes órdenes.


Más tarde le hará falta volver a empezar el ejercicio en diferentes momentos, pero sin abusar, cuando el perro esté comiendo o jugando, para que responda en cualquier momento.


Al Silbato


También es útil para el caso de que el perro esté muy lejos o se encuentre en un ambiente ruidoso que se acostumbre a responder a sonidos diferentes del de la voz del dueño (un silbato normal como de arbitro)


Para ello, acompañe progresivamente la orden “nombre seguido de la orden” del toque de silbato y después utilice alternativamente uno y otro método. El perro deberá venir a sentarse a su derecha en todos los casos de figuras.


También podrá acompañar la orden o el toque de silbato con un gesto dirigiendo el índice hacia su pie de usted o dándose un golpe en el muslo, por ejemplo.


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viernes, 27 de septiembre de 2013

Adiestramiento Canino – El Rastro

Adiestrar un perro para el rastro puede resultar útil en muchos casos. Pues el perro será capaz de contribuir eficazmente en la búsqueda de una persona que se haya perdido o de un malhechor, o encontrar un objeto perdido por su amo..


El Cuándo del Aprendizaje


Seguir el rastro es un excelente ejercicio que se puede practicar desde que el perro es muy pequeño y a lo largo de toda su vida. Por lo general, a los perros jóvenes les gusta rastrear, para lo cual no sólo hace falta olfato sino también dedicación e inteligencia sin que ello suponga un gran esfuerzo físico.


La mejor edad para empezar el aprendizaje del rastreo es entre los 3 y los 6 meses. La práctica del rastreo se podrá iniciar muy pronto, al mismo tiempo que se le educa para que acuda cuando se le llame y se le acostumbra a andar cogido de la correa. Por el contrario, el adiestramiento para morder habrá que empezarlo más tarde ya que el perro podría confundir la búsqueda de una persona con la persecución de un agresor y mordería o atacaría sin distinguir entre uno y otro.


Al comienzo, habrá que tener un ayudante que cogerá el perro cuando éste busque al amo y después hará el papel de trazador. Claro está que habrá que hacerle repetir al perro los diversos ejercicios hasta que ejecute perfectamente cada uno de ellos y así no habrá fracasos.

El Cómo del Aprendizaje


Primeros Pasos


Cuando el cachorro tiene 3 meses, se empieza por hacerle buscar libremente en un radio de cincuenta metros. El dueño le coge una delantera de 5 metros y se esconde detrás de un matorral llamando al perro que entonces intentará liberarse de la persona que lo tiene atado (persona que el perro no debe conocer porque entonces se sentirá demasiado seguro).


Después, el dueño se aleja unos 45 metros arrastrando los pies para señalar el rastro y se esconde detrás de cualquier obstáculo. Entonces, el ayudante dejará moverse al perro, sin soltar la correa: el perro le dará la vuelta al primer matorral y buscará al dueño olfateando; en cuanto ponga la nariz en el suelo y empiece a seguir el rastro, habrá que soltarlo para permitirle que encuentre al dueño. Y éste lo felicitará efusivamente con caricias y palabras de aliento.


A continuación se repetirá el ejercicio en lugares diferentes aumentando progresivamente la longitud de la pista y el tiempo de espera antes de soltar el perro. Cuando éste haya comprendido bien el ejercicio, “trabajará” con un pequeño arnés y una correa delgada que no lo frene.


A los 6 meses, el perro podrá dedicarse a buscar un objeto que el dueño haya dejado (que así habrá quedado impregnado su olor) con regreso por la misma pista, que por eso se llama pista recta doble. Antes habrá aprendido a coger y entregar los objetos lanzados.

El dueño hará que el perro se tumbe y le presentará el objeto que tenga que ir a buscar, después de lo cual lo llevará detrás de un obstáculo ordenándole “túmbate”, “quieto”. Entonces cogerá el objeto y, trazando bien la pista con los pies, irá más lejos a dejarlo y esconderlo.


El perro estará al principio de la pista en posición tumbado. Deberá partir a la orden “busca”. Una vez que haya traído el objeto deberá entregarlo a la orden “da”. Entonces se le felicitará como se merece.


A continuación se hará el mismo ejercicio con un regreso que haga un gran rodeo, pista recta simple, y después con una pista compleja que incluya varias vueltas (en la que el perro buscará siempre el objeto que el dueño haya depositado).


Estos diferentes ejercicios se podrán repetir hasta que el perro tenga un año, y a partir de entonces se complicará el adiestramiento.

Cada Vez Más Dificil


Desde ese momento, el perro podrá dedicarse a buscar personas que no sean el dueño, primero en pistas rectas simples, y después, buscar objetos depositados por un extraño, en cuyo caso el perro trabajará con el dueño.


Una vez que estos ejercicios hayan sido bien comprendidos y se ejecuten de forma casi automática, es decir, sin tener que ordenarlos, se podrán trazar pistas con vueltas, pistas en ángulo recto y pistas que combinen esos distintos trazados.

También se podrá adiestrar al perro para que recoja varios objetos colocados en medio de una pista recta o en un ángulo. A cada orden “da” el dueño meterá el objeto en el bolsillo y hará que el perro se lance a las órdenes “busca” y “trae”.


Más adelante, se podrá incluir el descubrimiento del trazador al final de la pista, es decir, que después de haber encontrado el objeto depositado por un extraño y haberlo entregado (eventualmente a los pies del dueño, sentado o de pie), el perro deberá seguir de nuevo la pista y descubrir al que ha depositado el objeto poniéndose delante de él y ladrándole una vez, pero sin morderle.


A continuación se aumentará la longitud de la pista y el tiempo de espera antes de la salida, con los mismos ejercicios que hasta ahora.

¿Persona Extraviada o Individuo Sospechoso?


Después, el perro aprenderá a actuar en función de que la persona por encontrar sea amiga o indeseable. En todo caso, habrá que tener en cuenta que el indeseable puede adoptar una actitud amistosa para engañar al perro y que un paseante que se haya extraviado puede sentir miedo y reaccionar huyendo o defendiéndose.


Por tanto, habrá que adiestrar al perro para que tome alternativamente tal o cual actitud de acuerdo con el comportamiento de su amo; en un caso, éste estrechará la mano de la persona extraviada y le hablará amistosamente, y en el otro, cacheará al indeseable y le hablará en un tono más seco.

En el rastreo a distancia y en razón de la ausencia del dueño cuando se produce el descubrimiento de la persona, habrá que adiestrar al perro para que inmovilice al individuo sin atacarlo ni morderlo y ladre para indicar su presencia hasta que el dueño decida qué actitud habrá de adoptar el perro.


Para los perros que no tengan acometividad o les inspire miedo el bastón, habrá que limitarse a la búsqueda de objetos, incluso en concursos. En todo caso, el perro habrá de estar acostumbrado al ruido de los disparos ya que el comienzo de cada prueba se señala con un tiro.


A continuación vendrá la introducción de pistas falsas, es decir, de pistas que el trazador interrumpe volviendo sobre sus pasos: también el perro habrá de retroceder al final de la pista falsa para seguir por la pista principal y continuar su trabajo.

El Rastreador de Élite


Si el perro presenta una aptitud especial para el rastro o si quiere presentarlo en competiciones y concursos, se podrán ir complicando cada vez más los ejercicios.


Éstos podrán consistir en que el animal descubra al trazador en un grupo de personas, hacer el ejercicio de noche o recorrer una pista fría, es decir, que lleve una hora por lo menos remontarla, ejercicios todos ellos que reproducen las condiciones especiales del rastreo de policía o las que se encuentran en los concursos de rastreo.


El dueño podrá también, tanto por razones profesionales como por mera afición (suya y del perro) adiestrar al animal para rastreo en terrenos accidentados, campos, pastos de ganado o de venados, lugares públicos o ruidosos, etc.


La vida del perro está centrada en el olfato (relaciones con otros perros, comida, caza, juegos, etc.), y resulta muy agradable potenciar la aptitud natural que tiene el perro para el rastreo, aunque no se tenga intención de dedicarlo a la competición. En cualquier caso, quien quiera convenir su perro en un verdadero rastreador habrá de dedicarle mucho tiempo y paciencia.


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jueves, 26 de septiembre de 2013

El Adiestramiento del Perro Pastor – 3

El aprendizaje del oficio de pastor exige que el perro preste mucha atención. Después del esfuerzo llegará la recompensa y el descanso merecidos.


Manipulaciones


En las manipulaciones en el redil de selección hay dos ejercicios que el perro debe hacer para ser útil.


Saltar Barreras


Para enseñarle a saltar, se lleva al perro con la correa cerca de la cerca de una barrera de 0,50 a 0,60 cm de altura; cuando estén a unos 2 metros de la barrera, se paran y a la orden de “Roc, salta”, los dos franquean el obstáculo en un sentido y después en el otro. En cuanto el perro haya conseguido saltar sin valerse de las patas delanteras, se aumente la altura progresivamente hasta 1 metro.


Cuando el perro haya comprendido, se hace que se tumbe a unos 2 metros y que se quede así. Se le pone con la correa alargada y se le lleva cerca de la barrera y se le hace saltar a la orden “Roc, salta”. En cuanto ejecute bien el ejercicio en los dos sentidos, se le hace repetirlo sin correa.

Subirse a la espalda de las Ovejas agrupadas


Esta maniobra permite tanto el paso del rebaño por un lugar estrecho actuado sobre los animales en cabeza como frenar el impulso demasiado fuerte tomado en una dirección no deseada.


Para enseñar este delicado ejercicio, se entra en un pasillo de selección situado, a ser posible, contra una pared y se agrupan las ovejas. Se lleva el perro por la correa y sin forzarlo se le pone encima de la espalda de las ovejas apretadas unas contra otras procurando que no se caiga entre las ovejas.


Se le ayuda a que se sienta seguro y se le anima a que ande por encima de ese substrato extraño procurando que no toque el suelo, pues se expondría a que lo pisaran. No debe descender más que para subir sobre otro grupo o colocarse al final del pasillo, detrás, de manera que el conjunto del rebaño pase por el postigo controlado por el pastor.


Fin del Trabajo


Una vez ejecutada la orden, y si ya no es necesaria la presencia del perro cerca de las ovejas, conviene decirle que el trabajo se ha terminado. Utilizar siempre la misma palabra para que no la confunda con las órdenes que se dan en los ejercicios. Decirle, por ejemplo, “Roc, se acabó”, hacer que se acerque y halagarle. Comprenderá, se relajará y se tomará un bien merecido descanso.

El Ladrido


Con el rebaño, el perro debe trabajar en silencio para no espantar las ovejas. Pero hay circunstancias en las que es útil que ladre, como cuando hay ciertas ovejas que le plantan cara, o se niegan a pasar por un paso estrecho, o cuando se descubre alguna oveja enferma, etc. 

Algunos ejemplares no ladran instintivamente cuando están impacientes o descubren algo; a éstos hay que enseñarles a ladrar a la orden.


Para ello conviene aprovechar ciertas ocasiones. Así, al llevarle la comida, se imita el ladrido de un perro diciéndole: ”ladra” y se le da la comida en recompensa cuando haya ladrado. También se puede escoger el momento del paseo para hacer una falsa salida (ponerle el collar por ejemplo). En cuanto se ponga a ladrar de impaciencia se le ordena: “ladra”. Se le hace una caricia y se le lleva de paseo. Si no ladra se le excita imitando el ladrido de un perro. En todo caso se ha de ser muy paciente y hacerle ladrar hasta que lo haga a la orden sea cual sea el lugar.


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miércoles, 25 de septiembre de 2013

El Adiestramiento del Perro Pastor – 2

Después de los primeros ejercicios vienen las maniobras esenciales que el perro de pastor debe ejecutar a la perfección.


Reunir: Esta maniobra es sin duda la que más se pide, he aquí cómo se ha de ejecutar. Se lleva al perro con la correa de 5 a 15 metros cerca de las ovejas. Se le ordena varias veces: “Roc, derecha, trae” y después se le acompaña repitiendo la orden. Si el animal se muestra demasiado fogoso, se le frena con la correa diciéndole a menudo “Roc, despacio”.


En cuanto el rebaño se haya reagrupado lo suficiente, desde el sitio en que se esté, se para el perro con un enérgico: “Roc, quieto” y se le lleva al punto de partida: “Roc, aquí”. Después se hace que el perro ejecute el ejercicio sin correa, aprovechando el momento en que las ovejas estén bien agrupadas.


Retroceder: En cuanto el perro haya partido, se le frena con varios “Roc, despacio”. Si tiene tendencia a meterse en medio de las ovejas o a empujarlas demasiado, se le ordena: “Roc, atrás” y se interpone uno con los brazos y el bastón levantados entre el perro y las ovejas. Se le hace retroceder unos 15 metros. Se hace que se tumbe y después, alternativamente, se le hace avanzar 2 o 3 metros y tumbarse varias veces y se le para definitivamente a unos 5 metros del rebaño.


Después se vuelve a repetir el ejercicio según las circustancias. La orden “Roc, atrás” debe ser enérgica, pues, por lo general, el perro que empuja las ovejas es vigoroso y pone todo su empeño en el trabajo; y esta actitud puede originar atropellos y molestias para el ganado que pace y, en todo caso, un desplazamiento demasiado rápido del rebaño.

Mantener Agrupado: Este ejercicio le permite al pastor vigilar de cerca un grupo de animales, y llegado el caso, coger una oveja para curarla. Cuando el perro haya agrupado el rebaño, no se le hace venir donde está uno. Se le ordena: “Roc, quieto ahí o tumbado”. Debe mantenerse a distancia del rebaño, atento para que no se muevan las ovejas.


En cuanto las ovejas están tranquilas, se le hace tumbarse; y después se le pone al trabajo de nuevo. En caso necesario, alternar varias veces el ejercicio de agrupamiento y el tumbarse. Para facilitar la inmovilización del rebaño, conviene utilizar al principio un ángulo del redil, el borde de un vallado o la orilla de un talud para que las ovejas no intenten escaparse. Así, el perro sólo tendrá que cuidar un semicírculo. Si no hay obstáculos, el perro estará en el lado opuesto al pastor.


Detener: Cuando el ganado vaya a cruzar la carretera, el perro debe poder pararlas, hacer que se queden quietas o que retrocedan. En el desplazamiento por un camino bordeado de vallas o cercas, haga que se paren las ovejas ordenando al perro: “Roc, quieto”; después se le incita a que detenga e inmovilice el rebaño durante unos instantes.


Se repite el ejercicio varias veces y después se hace que el perro lo haga solo mientras los dos van al mismo paso a uno de los lados del rebaño en marcha. En un momento dado se le ordena “Roc, quieto” al mismo tiempo que uno se va hacia adelante rápidamente. Incluso se le puede incitar al perro a que se muestre agresivo procurando en todo caso que no muerda. Con las ovejas paradas se le ordena: “Roc, quieto”.

Liberar el Paso: Para eso basta con un “Roc, aquí” para hacer que venga el perro y mantenerlo al lado de uno, o dejarle que se adelante unos pasos poniéndose a la altura de las primeras ovejas, sin adelantarlas.


Hacer Retroceder las Ovejas: Esperar a que las ovejas están tranquilas y no se empujen unas a otras. Quedarse detrás del rebaño, y después llamar a las ovejas al mismo tiempo que se le ordena al perro: “Roc, empuja”. 

Se repite la orden incitando al perro a echar hacia atrás al grupo de cabeza (enpujando con el hocico y ladrando) y a quedarse después delante del rebaño hasta que éste se vuelva atrás. Entonces, el perro se pondrá a un lado o de nuevo en cabeza del rebaño con el pastor.


Separación de un Rebaño: Se trata de un ejercicio de final de adiestramiento pues esta maniobra es contraria al instinto del perro, y por lo demás, le está prohibida normalmente. Sin embargo, tal maniobra es necesaria cuando se quiere atrapar un animal en medio de un gran rebaño.


Para empezar, se despliega el rebaño, tras lo cual uno lo bordea por un lado y el perro por el otro, procurando que siempre vaya “de frente” con respecto a uno. Cuando las ovejas se separan un poco dejando espacio, se llama al asistente: “Roc, aquí”. Su paso terminará la separación.

Hacer Presa Sin Morder


Un perro de pastor que muerde sin necesidad es perjudicial pero el que es tímido y nunca acosa al ganado resulta ineficaz en muchas circunstancias; por ejemplo, cuando se trata de canalizar el rebaño por un paso estrecho entre cultivos que se pueden estropear, o de pasar al lado de un rebaño de moruecos, etc.. Lo indicado entonces es un golpe con la boca sin apretar ni morder, sólo cuando sea necesario o se le ordena al perro.


¿Donde se debe hacer la presa?


-En el cuello: este ejercicio se puede practicar con ovejas adultas si el perro aprieta demasiado; esa presa puede dejar marcas en las ovejas equilibradas.


-En los corvejones: ésta es la presa que se recomienda, y debe hacerse rozando con el hocico para que no se dañe la ubre de la oveja ni la cola cuando sea larga.


Zonas del cuerpo que el perro no debe pellizcar ni morder: -La parte inferior del hombro pues se podría desprender, la cabeza, las orejas y la pierna.


Cómo enseñar al perro esa práctica:


-Este ejercicio, que se ha de realizar sólo con perros que se dominan bien, no debe hacerse a diario ni con las mismas ovejas cada vez.


-Se utiliza una oveja, sujeta por un ayudante que protege las zonas que no se pueden tocar. Al perro sujeto por la correa se le excita literalmente para que agarre la oveja, se le deja que haga una presa suave en el lugar permitido, y se le detiene con un enérgico “quieto ya”. Repetir el ejercicio con el perro sujeto por la correa en un redil de unos 15 m2 en el que se habrán metido 5 o 6 ovejas grandes que se muevan. Entonces se trata de dominar al perro autorizándole a hacer presa sólo en el lugar que se le indique. Y enseguida se le hace soltarla. Hay que recompensarlo cuando lo hace bien.


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martes, 24 de septiembre de 2013

El Adiestramiento del Perro Pastor

Resulta muy interesante observar cómo el perro se ocupa de sus ovejas. Esa aptitud posiblemente sea natural, pero lo cierto es que el perro de pasto no se adiestra solo.


En la actualidad, el auxiliar del pastor ya no se ocupa de proteger el rebaño contra los lobos ni mucho menos es un perro de caza ocasional. Actualmente se ha convertido en un vigilante adaptado a los diferentes métodos de la ganadería.


El adiestramiento del perro es una tarea delicada que exige por parte del ganadero un perfecto dominio técnico y un buen conocimiento de la progresión que se ha de realizar. También se necesita una gran afinidad y una confianza total entre perro y su amo. Todo este adiestramiento esta indicado para la ganadería ovina y caprina.


Primera Educación


Los ejercicios de obediencia conciernen a todos los perros, ya estén destinados a la guarda, la caza, el rebaño o la compañía; el trabajo futuro dependerá de esos ejercicios. Recordaremos aquí diferentes fases del adiestramiento, que se inicia a la edad de tres meses: la llamada, el porte del collar y la costumbre del ronzal, la conducción al lado, sentado, tumbado, en pie, quieto, quieto aquí.

Aunque el adiestramiento con rebaño no se iniciará hasta los ocho o nueve meses, será conveniente que el futuro perro de pastor tome contacto con las ovejas o las cabras lo más pronto posible. Así, se llevará a hacer paseos cotidianos cogido de un ronzal de 5 a 10 metros. Habrá que evitar por encima de todo que le ataque a una oveja para proteger su cordero. Según sea su carácter, se le animará a que se acerque a las bestias o, por el contrario, se le frenará haciéndole rodear los animales sin que intente perseguirlos.


Más adelante, se le dejará suelto para que le dé la vuelta al prado, primero con el adiestrador y después solo a la orden “Roc, da la vuelta”. Si se produce algún incidente o si las ovejas se espantan, se ordenará inmediatamente al perro, tumbarse y quieto.


El Adiestramiento al Rebaño


Ya sean los rebaños grandes o pequeños, trashumen en la montaña, pasten en zonas de cultivo o vivan en recintos cerrados, siempre hay ocasiones en que el perro resulta se un auxiliar no sólo valioso sino hasta indispensable: vigilancia en pastos extensos de relieve accidentado o que presentan una densa vegetación, salidas y entradas del redil, desplazamientos por caminos y carreteras, búsqueda de ovejas aisladas o enfermas, de corderos atontados, agrupamiento para escoger, capturar o tratar animales.


En llano, es corriente utilizar dos perro: uno llamado perro rodeo o perro de orilla o de lado, que debido a su carácter más independiente y al adiestramiento recibido, trabaja sólo guardando uno o dos lados del terreno de pasto, en el lado opuesto al pastor; el otro perro llamado, perro de pie o de mano, más joven y menos resistente, y sobre todo de carácter más flexible, se queda junto al amo para guardar los otros lados.

Adelante y a la Derecha, A la Izquierda


Éstos son los dos primeros ejercicios que habrá de ejecutar el futuro perro de pastor con vistas a su trabajo con el rebaño.


A la orden “Roc, Adelante”, se dan algunos pasos hacia delante mostrando al perro la dirección con el brazo. Si hace falta, lleve un ayudante que se colocará a cierta distancia y llamará al perro en el momento de la orden. Cuando el perro haya llegado junto al ayudante, no le deje jugar y llámelo enseguida con las siguientes palabras “Roc, aquí”.


Así se le ordenará al perro que vuelva a empezar el mismo ejercicio, y después se le recompensará. A continuación se le hará actuar solo y cada vez más lejos, de manera que se le pueda utilizar en búsquedas y exploraciones.


Sea cual sea la posición del perro con relación al amo y al rebaño, la izquierda corresponderá siempre al sentido de la rotación del sol o de las agujas de un reloj y la derecha al sentido contrario.


El perro “de Pie” o “Sentado” va cogido de un ronzal largo. Cuando se le ordene “Roc, a la Izquierda” o “Roc, a la Derecha”, desplácese ligeramente en la dirección escogida ejerciendo una pequeña tracción sobre el ronzal. Aprovéchese de un desplazamiento instintivo para dar la orden correspondiente: “Roc, a la Derecha” o “Roc, a la Izquierda”.


Cuando el perro ya sepa ejecutar “Adelante”, “A la Derecha”, “A la Izquierda”, “Quieto”, se le pondrá enseñar a darle la vuelta al rebaño, a cambiar de lado en carreteras y en caminos, a explorar los pastos, etc..

Principios Básicos del Adiestramiento


-Antes de empezar la educación y adiestramiento del perro, estudie cuidadosamente su carácter con objeto de saber si habrá que tratarlo con la mayor suavidad posible o si habrá que hablarle con tono firme sin ser brusco en ningún caso.


-Ocúpese del perro cada mañana pero no más de quince minutos seguidos.


-No pase a la lección siguiente antes de que el perro haya comprometido perfectamente la anterior.


-Las órdenes de viva voz o con silbato, que se deberán asociar con movimientos del brazo, deberán ser siempre las mismas. Serán breves, pronunciadas claramente y siempre precedidas por el nombre del perro.


-Evite cualquier gesto inútil y brusco. El aprendizaje con silbato siempre va después de que el perro haya aprendido las órdenes con la voz.


Las Razas de Pastor


Es indispensable que el perro de pastor pertenezca a una raza “pastora”, pero también debe ser de una cepa “de trabajo”, es decir, que la mayoría de sus ascendientes hayan sido utilizados efectivamente con rebaños y que hayan dado pruebas de cualidades de trabajo.


El perro pastor habrá de poseer la aptitud pastora en su grado más alto y en particular una propensión natural a buscar el contacto con el rebaño, a rodearlo intentando agruparlo y a meter dentro de él a cualquier animal que se aleje, no mostrarse agresivo e intentar aislar un elemento del rebaño para morderlo. En el cuadro de la cinofilia, los perros de pastor se clasifican en el primer grupo.


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