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viernes, 1 de junio de 2012

Problemas de Conducta en perros con soledad

La soledad es uno de los principales desencadenantes de los problemas de conducta en los perros.

Si un perro pasa mucho tiempo solo se irrita, angustia y estresa. Demasiada soledad puede provocar falta de apetito, autoagresiones o destrozos del mobiliario. El perro no soporta la soledad porque es un animal social. En muchas ocasiones, la falta de tiempo en nuestra vida cotidiana, se traduce en perros que están demasiado solos e infelices.

Un perro, atado, encerrado, o sólo mucho tiempo, se ve privado de una de sus necesidades más importantes; el derecho a disfrutar de la compañía y el cariño de sus dueños. Y esta situación le provoca estrés e infelicidad, que se traduce, por ejemplo, en conductas destructivas con los objetos de la casa.

Es el animal quien avisa del problema de exceso de soledad: no come, hace sus necesidades por todas partes, está nervioso, celoso e irritable, destroza las cosas, se autolesiona. Todo ello, para llamar la atención de un dueño, que se ha equivocado de animal de compañía y que no entiende las necesidades de su perro.

Las conductas compulsivas

Las conductas compulsivas suelen ser fruto de traumas vividos por el animal y, en ocasiones, para normalizar la situación necesitan tratamiento farmacológico.

Los perros pueden tener este tipo de conductas por varias causas, como por ejemplo las experiencias traumáticas, como el abandono o los malos tratos, pero una de las causas más comunes es el exceso de soledad. Comprensión y paciencia son las mejores armas para ayudar al perro a superar estas conductas compulsivas, que se manifiestan de varias maneras; como los movimientos repetitivos o las autoagresiones. Pero en el caso de la soledad, también hay que solucionar el problema, a base de dedicar más tiempo al perro.

Las conductas compulsivas pueden ser de varios tipos:

-Las que afectan a la movilidad, como dar vueltas sobre sí mismo, perseguirse la cola, los movimientos repetitivos de un lado a otro, perseguir reflejos de luz, quedarse inmóvil, alejarse de manera repentina.

-Otro tipo de conductas compulsivas son las relacionadas con la boca. Es decir, morderse las patas, lamerse o rascarse de manera compulsiva, masticar ropa o comer sustancias inapropiadas e inusuales, como el yeso de las paredes.

-Las autoagresiones también se pueden presentar; puede atacar objetos, personas o mutilarse la cola.
Los ladridos o aullidos continuos. El perro puede ver objetos imaginarios y permanecer con la mirada fija. Algunos expertos consideran estas conductas fruto de problemas neurológicos.

Las conductas compulsivas se consideran una consecuencia del estrés o la frustración. Se cree que hay razas que tienen más disposición a padecerlas, entre las que se encuentran las de gran tamaño.

El tratamiento de la conducta compulsiva pasa por: Detectar la causa que la desencadena. Intentar disminuir el estrés. Evitar castigos por parte de los dueños. Fomentar la actividad física. El tratamiento farmacológico en algunos casos, que prescribirá el veterinario, si lo considere necesario.

Enfermedades físicas y psicológicas

El perro puede sufrir dolencias físicas y también psicológicas. Su conducta y comportamiento requieren una atención especializada. Son los etólogos y adiestradores o psicólogos caninos quienes se encargan de esta disciplina, aunque un veterinario también está capacitado para atender este tipo de temas.

El perro puede estar bien educado y socializado, pero ante determinadas circunstancias, puede reaccionar de manera inadecuada e inusual y los dueños no saben cómo abordar el problema. Se puede comenzar por la consulta del veterinario para que nos aconseje, porque no hay que dejar de dar importancia a un cambio que afecta de manera negativa a la convivencia de la familia con el perro.

Es importante entender que el hacerse cargo de un animal, no sólo consiste en proporcionarle alimento, o atención veterinaria. Para que exista una convivencia satisfactoria, se le debe ofrecer cariño, compañía y hacerle sentir como un miembro más de la familia. Lo contrario no es tener un perro, sino maltratarlo.

Comportamiento social de los perros

Los perros tienen una conducta social muy parecida a la de los lobos. La unidad social típica de los lobos es la manada. El número de individuos que la forma varía según las condiciones ambientales. En el entorno doméstico, los perros se comportan con las personas, como si éstas fueran miembros de su manada.

Debido al proceso de domesticación y a los efectos de la socialización, cuando todavía es un cachorro, el perro es capaz de integrarse en la familia humana que lo acoge. De hecho, el perro considera a sus dueños miembros de la manada, y muestra hacia ellos pautas de conducta parecidas a las que usa con sus congéneres.

La mayoría de los problemas de conducta del perro tienen que ver con el comportamiento social. Por lo tanto, un buen entendimiento en este sentido es importante para conseguir una buena convivencia entre personas y perros.

La importancia del grupo

Los perros necesitan vivir en grupo como forma de sobrevivir ante las adversidades.

Es decir, para ellos el grupo supone poder sumar esfuerzos, por ejemplo, a la hora de cuidar de las crías y así, garantizan la eficacia reproductora del grupo y la supervivencia de sus genes. Los perros establecen una jerarquía social que sirve para regular la distribución de los recursos de la manada. La jerarquía es, de hecho, la base de la conducta social y de las relaciones del perro con otros congéneres, así como ocurre con el ser humano.

Consejos

-Si no se puede dedicar tiempo a un perro para que no se sienta solo, es mejor elegir otro animal que no sea tan social.

-Un perro debe sentirse integrado en la familia con la que convive. Necesita cariño, caricias, pasear, jugar y tener compañía la mayor parte del día.

-Cuando se detecta en el animal cambios de conducta como: más nerviosismo, aumento o descenso notable del apetito, irritabilidad o conductas destructivas con el mobiliario de la casa, es recomendable consultar con el veterinario.

martes, 29 de mayo de 2012

Metodos de Adiestramiento y el aprendizaje Animal

"Es cualquier proceso en el que, durante la ontogenia normal de la especie, la organización de la conducta del animal viene determinada en parte por alguna experiencia específica previa. En ausencia del requisito de la experiencia faltará por completo alguna capacidad conductual o su organización diferirá de la de los individuos similares para los que la experiencia estuviese disponible". (Johnston, 1981)

"El aprendizaje es un cambio inferido en el estado mental del organismo, que procede de la experiencia e influye de forma relativamente permanente en el potencial del organismo para la posterior conducta adaptativa" (Tarpy y Mayer, 1978)

Tanto los conceptos de ontogenia, como los de experiencia y conductas adaptativas nos llevan a la idea de que el animal forzosamente debe tener experiencia durante su vida para adquirir el aprendizaje necesario que le asegure su adaptación individual y su evolución como especie. Pero si observamos a algunos insectos vemos como, en un solo día, nacen se aparean y mueren. ¿Dónde están la experiencia y el aprendizaje que les hace aptos para que su especie no se extinga? ¿Realmente es necesario el aprendizaje para sobrevivir en nuestro planeta? ¿Acaso no hay especies que han sobrevivido millones de años sin adquirir, durante su vida, ningún tipo de aprendizaje?

Como verán, la definición de aprendizaje queda coja si no introducimos el concepto que la completa respecto al organismo en cuestión: “animal perteneciente a especie altricial”. Estas especies son aquellas en las que los individuos necesitan de cuidados parentales y en las que su periodo vital es lo suficientemente prolongado para que puedan adquirir experiencia. Las otras, precociales, no llegan a conocer a sus progenitores, su periodo vital es efímero y además, no necesitan ningún tipo de aprendizaje para sobrevivir. Sus capacidades innatas les bastan para afrontar las exigencias que le impone el espacio ecológico en el que habitan y además, responden a mecanismos desencadenantes innatos que son estímulos que provocan la respuesta adaptativa.

El perro, perteneciente a especie altricial posee, igual que nosotros, su propia capacidad de aprendizaje y su conducta obedece a una compleja interacción entre lo innato o filogenético y lo aprendido durante su vida u ontogenia. En este punto se introduce la dicotomía entre lo innato y lo experimentado o aprendido y para juzgar si la conducta que observamos en nuestro amigo es de uno u otro tipo podríamos decir que una conducta será innata cuando el individuo que la ejecuta ha sido aislado desde el nacimiento y es capaz de realizarla aún cuando lo colocamos en un contexto diferente.

Una vez definido el aprendizaje vemos que esta capacidad podemos verla desde dos enfoques distintos: -Como desarrollo de conductas manifiestas adaptativas -Como concerniente al conocimiento adquirido

El primer enfoque de aprendizaje hace referencia a las conductas observables en un animal. El hecho de que observemos a un lobo derribar a una presa y matarla nos indica que ese individuo ha aprendido correctamente la conducta compleja de caza.

La manifestación conductual del aprendizaje es importante para la supervivencia y para la adaptación. Lo que cualquier animal haga es de suma importancia porque es la conducta y no su conocimiento, lo que constituye su estrategia de adaptación.

Desde el segundo enfoque podemos considerar el aprendizaje como la transición desde el estado de ignorancia al de conocimiento. Para el humano es fácil comprender este aspecto porque, desde pequeños, se nos ha inculcado la cultura general pero los animales, con capacidad de aprendizaje, también poseen conocimientos. Los perros conocen su territorio, saben como llegar a las fuentes de recurso utilizando puntos de referencia y por donde les puede llegar el peligro. El problema para nosotros, a la hora de observarlos, es que no siempre se comportan de forma que revelen estos conocimientos y las reglas por las que los han adquirido.

De lo expuesto deducimos que el reto que plantea la investigación del aprendizaje animal es averiguar, con exactitud, que conocimiento ha adquirido un animal y las reglas por las se adquiere este conocimiento.

Desde tiempos antiquísimos ya se formulaban teorías relativas a las fuentes de conocimiento. Así, Platón aseguraba que el conocimiento en los animales era innato, Aristóteles se decantaba por la experiencia como única forma de obtenerlo y posteriormente, Descartes separó, en conceptos mutuamente excluyentes, el instinto animal de la razón humana.

Fueron Paulov y posteriormente Thorndike quiénes basaron sus teorías sobre el aprendizaje en la adquisición del conocimiento por medio de la asociación de ideas.

La teoría en la ciencia del aprendizaje y el adiestramiento.

Para que una teoría o método sea apta o fiable se deberá ajustar a estos criterios:

1. Debe ser susceptible de verificación. Sus conceptos internos, abstractos, han de relacionarse con el mundo exterior mediante principios puente de tal forma que podamos verificar esos conceptos de forma objetiva.

2. Una buena teoría es simple y no entorpecida por constructos que resulten innecesarios para explicar los datos disponibles.

3. Debe poseer generalidad, es decir, proporciona una descripción unificada de un conjunto de hallazgos y fenómenos diversos.

4. Será una teoría productiva. La teoría ayuda a generar nuevas predicciones y orienta a la investigación futura.

Además de lo expuesto, es imprescindible aplicar a la teoría el método científico en el que, a partir de una hipótesis, se emiten una o varias predicciones que, de cumplirse, apoyarán la hipótesis. Luego, y como es de rigor, habrá que contrastar las predicciones para finalmente convertir la hipótesis en tesis.

Demostrar una teoría lleva muchos años de preparación científica del investigador y muchos años de comprobación de nuestro trabajo. Los que nos hemos sometido a un tribunal de suficiencia investigadora tenemos la profunda convicción de que enunciar una nueva teoría o método no es solo fruto de nuestro trabajo sino el de multitud de precursores que hacen avanzar la ciencia a pequeños pasitos y sin “grandes inventos”

Veamos, en un pequeño resumen, las distintas clases de teorías que han desarrollado los psicólogos experimentales y los etólogos aplicados.

Teorías cognitivas

Se denominan teorías teleológicas porque definen y describen el fin u objetivo hacia donde se orienta la conducta. Los sujetos se comportan de acuerdo con un fin aunque aún cuando la forma de la conducta pueda variar. Si observamos a un perro perseguir a un conejo decimos que el perro tiene un objetivo – atrapar al conejo – aunque los detalles de la conducta pueden ser muy complejos como zigzaguear, saltar vallas o simplemente, ladrar.

En esta teoría se especula con que el perro posee una representación interna del acto de atrapar al conejo, es decir, que puede “concebir” hacerlo. Tolman en 1932 fue uno de los que adoptó esta teoría del aprendizaje.

Teorías mecanicistas

Explican la conducta no en función de los objetivos, sino en función de los mecanismos que subyacen a estos procesos. La conducta está mediatizada por varios mecanismos de los que, si conocemos su naturaleza, podemos predecir y comprender la conducta. Estos mecanismos pueden ser estructuras neuronales, sistemas neuroquímicos o circuitos neuronales. Hull en 1943 formuló una hipótesis por la cual la conducta estaría determinada por una gran variedad de mecanismos entre los que destacaban: el impulso y el hábito.

Teorías del análisis de la conducta

La conducta se selecciona por los resultados que obtiene. Esta teoría entronca con la selección natural y en ella, la característica de la especie varía de un individuo a otro. Las conductas son variables y el ambiente selecciona la adecuada y más adaptativa. Por tanto, estas son seleccionadas de entre todas las demás. Uno de los seguidores más importante de estas teorías fue Skinner.

Las teorías de los seguidores de Skinner se ajustan al concepto de la capacidad que tienen los individuos aptos para modificar su conducta a tenor de la influencia de los agentes externos.

La pregunta obligada ahora es: ¿Cuál de las aproximaciones teóricas es la correcta? Ninguna de ellas es necesariamente incorrecta sino que cada una aporta un lenguaje y una perspectiva distinta para la comprensión de los fenómenos del aprendizaje.

Procesamiento cognitivo complejo

En el adiestramiento del perro utilizamos los procesos del aprendizaje implicados en el condicionamiento pavloviano e instrumental además de procesos de orden superior como: -Discriminación -Memoria  -Generalización

Fernández y Churc (1982) demostraron que las ratas y palomas pueden contar e incluso, medir el tiempo. Por una inferencia lógica, el perro como mamífero evolucionado también lo hace con los relojes internos implicados en el tiempo y en la cuenta.

Según Lea (1984) para demostrar que un animal tiene un concepto de nivel superior hemos de mostrar que no está procesando solo los rasgos físicos de los estímulos. Aunque todavía no se ha obtenido la evidencia necesaria para su comprobación, otros estudios posteriores hacen prometedora la teoría de Lea.

 Los estudios de Wright y Delius (1994) llevan a la conclusión de la capacidad del animal para la igualación y la singularidad.

Un largo etcétera de investigadores han llevado a cabo estudios sobre la capacidad de los animales como el perro, la rata, la paloma o el primate no hominoideo, para realizar procesos como la inferencia, analogías o regla lógica de transitividad.

Verán ustedes que, como decíamos antes, una teoría novedosa es muy compleja de cuadrar y conlleva muchos años de trabajo y la aplicación de un método científico lo más aséptico y minucioso posible.

La realidad es que, para formarse como adiestrador, deberíamos ser conscientes de las capacidades que, aunque suponemos en el perro, no sabemos encuadrar en su potencial de especie. Entiendo, por otro lado, que tampoco es necesario pasar largos años de nuestra vida formándonos en Psicología, Etología, Biología o Veterinaria. Para eso están los científicos investigadores de los que debemos extraer la ciencia necesaria para conseguir el mejor adiestramiento, en el menor tiempo posible y con la mejor relación educador-educado.

Lo que no es necesario en absoluto, es la tendencia a la cada vez más frecuente aparición de métodos prodigiosos diseñados por supuestos expertos en Psicología canina, Etología o vaya usted a saber que disciplina que, aunque se imparta en las universidades, parecen haber sido diseñadas en la barra de un bar por señores que evidentemente no han pisado un claustro universitario. Demos al César lo que es del César y al perro, lo que necesita: un adiestrador formado, con ética, paciencia y cariño por esta impresionante especie.


 

viernes, 25 de mayo de 2012

El Pitbull no es una raza peligrosa con la nueva ley en Ohio.

La Nueva ley de Ohio elimina la categoría de perro peligroso al Pit Bull.
Todos los Pit Bulls ya no son considerados perros feroces (peligrosos) en Ohio. Los cambios en las leyes estatales de perros entran en vigor hoy. La nueva ley elimina las categorías de razas específicas. Los Pit Bulls ya no son todos considerados "Feroces" se ponen en Ohio, de acuerdo con el resto del país. En cambio, hay tres categorías utilizadas para definir los perros con problemas de conducta: perros feroces, peligrosos y molestos. Cada categoría tendrá ahora su propio conjunto de normas.

La nueva ley también restringe las personas condenadas por delitos violentos de la propiedad de un perro no castrado de 3 años después de su salida de la cárcel. Los criminales también deben tener a su perro con un microchip.

Todo esto es parte del Proyecto de Ley 14, un proyecto de ley presentado por la representante estatal Barbara Sears.

El fin de semana, los amantes del Pit bull celebró el cambio tan esperada que eliminan el estereotipo de sus mascotas. La ley no levantan las prohibiciones individuales que las comunidades pueden tener sobre los Pit bulls.

Los propietarios de pit bull en Ohio ya no se sienten como parias simplemente por la elección de su raza de perro. Una nueva ley entró en vigor el 22 de mayo declarando que los pit bulls ya no son consideradas automáticamente como perros "Feroces".(Peligrosos)

"Cuando los pit bulls fueron etiquetados peligrosos, los residentes que aman a sus perros tenían miedo de llevar a sus perros en público", dijo Marlo Slusarski, Directora de Alcance Comunitario For the Love of Pit, un grupo de rescate sin ánimo de lucro con sede en el noreste de Ohio.

Desde el 2003, los pit bulls han sido legalmente considerados perros peligrosos y prohibidos dentro de los límites de la ciudad de Cincinnati. El ayuntamiento aprobó una moción la semana pasada la eliminación de los Pit bulls de la ordenanza que define a un perro peligroso.

Esta semana, los legisladores estatales se han unido al empuje, volcando a la ley estatal que define los Pit bulls como raza "peligrosa y perversa" en los perros. El senado de Ohio votó27-5 a favor de la medida HB 14, la eliminación de los Pit bulls de la definición de 20 años de edad, que ahora se definen perro "Feroz", "Peligroso" y "molesta" sin tener en cuenta la raza. La nueva ley, sin embargo, no dejará sin efecto la prohibición de Pit bull en las comunidades de Ohio que han aprobado leyes locales.

El cambio en el idioma seleccionado, permitirá a los propietarios del Pitbull para tener derecho a las primas de seguros estándar, y los refugios será capaz de abogar por la adopción de los Pit bulls. For the LOve of Pit están celebrando la nueva ley, ofreciendo vacunas gratuitas para los dueños de Pit bulls residentes de bajos ingresos en Cleveland.



jueves, 24 de mayo de 2012

Los Investigadores tratan de entrar en la mente canina

 El Estudio de la mente CANINA

Evan MacLean sabe que nunca se va a entrar en la mente de un perro, pero sigue intentándolo.

El estudiante de la Universidad de Duke es parte del Centro de Cognición Duque canina, cuyo objetivo es comprender mejor, al mejor amigo hombre.

"Me encantaría entrar en la mente de un perro por un día, y averiguar lo que es", dijo."Eso es algo que sólo podemos hacer inferencias acerca de."

Sin embargo, los experimentos del centro llevados a cabo en el sótano del edificio de Ciencias Biológicas en el West Campus pueden proporcionar información que ayudará al mundo a entender mejor a los perros, y tal vez ayudar a las personas a criar razas caninas con mayores habilidades para ayudar a los seres humanos.

El centro ha estudiado tradicionalmente a los perros como mascotas, pero ahora están empezando a centrarse más en el área de los perros de servicio. Su objetivo es comprender la psicología del perro cómo los perros entienden  el mundo, resuelven problemas y ven a los seres humanos.


Un estudio de la Duke está diseñado para determinar si los perros tratan de ver el mundo a través de los ojos humanos.

"¿El perro piensa en su mente cuando está interactuando con usted?", Preguntó MacLean.

Parte del experimento utiliza los alimentos para establecer cómo los perros responden a las señales sociales.

"Si se oculta la comida en uno de dos lugares, y señalan con el dedo y se lo muestra a un perro que está en este lugar o en otro lugar, naturalmente, los perros son excelentes en el uso de los gestos de una manera sorprendente", dijo.

Pero otros animales carecen de esa habilidad.

"Cuando probamos a los otros animales, incluso los primates, que son parientes cercanos de los seres humanos, parecen tener dificultades para utilizar esa información", dijo MacLean.

Los investigadores están tratando de averiguar si los perros encajan el pensamiento humano.

En una prueba, se ponen los alimentos en uno de los dos cubos, pero en lugar de señalar a uno con la comida, un probador señala entre los dos. El ser humano y el perro se encuentran en diferentes partes de la habitación: El perro puede ver los dos cubos, pero el probador no puede. La pregunta es: ¿el perro se percata de que la única persona que puede ver un cubo y suponer que es el que tiene la comida? ¿O pensara el perro sólo desde su punto de vista?

El jurado aún está deliberando sobre esta cuestión.

En los estudios anteriores, sin embargo, han demostrado que los perros "tienen una tendencia a interpretar la conducta humana y ser de cooperación con ella", dijo MacLean. Hasta ocho semanas de edad los cachorros que apenas pueden abrir sus ojos tienen esta capacidad, dijo.

Por otro lado, el lobo gris - el antepasado del perro - está muy lejos de ser capaz de interpretar la conducta humana.

"Creemos que hay algo en el proceso de la domesticación que permitió a los perros tener algunas de estas habilidades cognitivas", dijo.

Como los investigadores aprenden más sobre los perros, el número de servicios que prestan a los seres humanos es probable que aumente.

Mientras que los perros fueron utilizados una vez, principalmente para la caza y para los pastores, ha ampliado su curriculum vitae.

Hoy en día, ayudan a la policía y al ejército para encontrar explosivos y la pista de los criminales. En la medicina, los perros se utilizan para detectar la enfermedad.

"Un perro puede oler el aliento y le dirá con exactitud del 90 por ciento si usted tiene cáncer de pulmón o de próstata", dijo MacLean.

Los perros también se emplean para ayudar a las personas con autismo.

"Un perro ayudará a un niño autista a través del sueño en la noche de una manera que él o ella no lo haría por su cuenta", dijo. Las pruebas muestran que las hormonas de estrés del niño caen dramáticamente.

Los perros también están siendo utilizados con los diabéticos para detectar cambios en el azúcar en la sangre, y para hacer las llamadas del teléfono de emergencia. Un día, él cree, que los perros pueden reemplazar algunas máquinas costosas.

Los perros han desarrollado la capacidad de comprender y ayudar a los seres humanos porque se trataba de una clave de su supervivencia después de que fueron domesticados y dependía de la gente por los alimentos, dijo MacLean. Eso no es cierto para los lobos.

Un estudio mostró que cuando a los lobos se les dio un rompecabezas sin solución, se pasaba todo el día tratando de resolverlo. Pero los perros rápidamente miraban a los seres humanos en busca de ayuda.

"Creemos que los perros miran a la gente como si fuéramos gigantes navajas suizas -que resuelven cualquier tipo de problema, y lo único que tienen que sacar la hoja de la derecha", dijo MacLean.

A través de la cría selectiva, los perros se han convertido más cerca de los seres humanos que cualquier otro animal.

"Hemos producido tanto en los perros, que cuando nos fijamos en ellos, su corazón se derrite y esa es la forma en que queremos que sean", dijo.

Con otros 30.000 años de crianza, dijo MacLean, los seres humanos puede producir un animal con fuertes vínculos iguales a la gente. Pero por ahora, están en la parte superior.

A pesar de MacLean es un científico, que cree que las emociones juegan un papel en la comprensión de los perros, incluyendo la emoción del amor.

"Creo que los perros pueden amar, absolutamente", dijo. "Yo no me siento maldiciendo, como científico, porque creo que tenemos una tendencia a separar las emociones humanas de las emociones de los animales. Pero estamos aprendiendo que las emociones son un componente primitivo de la mayoría de los animales. "

La oxitocina, una sustancia química para sentirse bien que ayuda a una madre a su hijo al nacer y está presente entre los enamorados, se ha encontrado en niveles elevados en los perros y los dueños, cuando los dos interactúan.

"Ambos están experimentando lo mismo", dijo MacLean, "y si quieres llamarlo amor, eso está bien conmigo."

miércoles, 23 de mayo de 2012

Mi Perro tira de la Correa con fuerza

Para que no tire, la correa no debe tensarse nunca más.
La simplicidad muchas veces es la clave de las cosas.
Cuando sintamos tensión de la correa, por siempre, automáticamente, en cualquier momento, acercaremos el perro a nosotros lo suficiente para que la correa se destense de nuevo. No daremos un tirón al perro. Lo acercaremos a nosotros, lo que importa es que no se vuelva a repetir la sensación para el perro de que tira de nosotros, y la correa se mantiene tensada.
La tensión de la correa apoyándose en el collar lesiona la tráquea y provoca instintivamente mayor tensión muscular general en la dirección opuesta (es decir, hacia delante). Debemos poner en nuestras cabezas la imagen de que cuando se tensa la correa, lo acercamos a nosotros para destensar (siempre, en todo momento), y esto con el tiempo acaba sucediéndonos automáticamente. Quiero poner especial énfasis en este punto: Dejo claro que no es un tirón, es hacer contrastar la diferencia de sensación corporal en el perro, entre estar tirando de la correa, y estar parado con la correa destensada (no hay sensibilidad en ningún lugar de su cuerpo).

Por tanto, empezamos suprimiendo un importante elemento condicionante: la sensación corporal general.
Esta deberá ser una premisa seguir por siempre, si queremos hacer de nuestro perro un animal que no tira de la correa.

Habitualmente, lo que ocurre es que esto no se puede empezar a intentar en muchos casos de buenas a primeras, sin antes conseguir enseñarle a que empiece a retenerse caminando con la correa destensada. Si mantuviésemos siempre esta idea en la cabeza, el perro no tiraría nunca, en ninguna situación. Simplemente se acostumbraría a mantener en el lugar más largo de la correa, sin tirar, porque sabe que a partir de ese punto le vuelven a acercar. Ahora bien, igual deseamos que camine junto a nosotros.

Concepto “Giro en U”.
La idea es bien sencilla. Si tú tiras de la correa, yo giro, volviendo sobre mis pasos. Tantas veces como haga falta.
Con este movimiento simple adquirimos una gran serie de recursos que nos facilitan el trabajo enormemente: Aumentamos motivación, interés por la recompensa, evitamos la distracción enormemente, “creamos” situaciones que permiten reforzar, y es ideal para los perros que tiran de la correa fuertemente, incluso para potenciar la atención hacia nosotros. Existen varias premisas básicas e importantes de cumplir “a rajatabla”.
- No importa el collar, porque no se manipula la correa (nunca tira, siempre destensada). Sirve cualquier elemento: halti o ronzal, fijo, dinámico, cualquiera… pero si es un petral, que sea un Gentle Leader, con movimiento dinámico de “abrir-cerrar” (el giro del perro se inicia en la cabeza, y el petral fija al perro por el cuerpo, aunque se podría utilizar si es un perro que atiende perfectamente a la voz y nos sigue mediante esas señales).

- La correa debe ser medianamente larga. Yo utilizo siempre que puedo las de “adiestramiento” (correa de 1,80 o 2 mtrs., con mosquetones en las dos puntas, y diferentes anillas en el centro), creo que todos las conocemos. Un buen largo de correa nos proporciona más espacio para parar y esperarlo cuando giramos. Más espacio para movernos sin tener que manipular la correa.

- El escenario, con las menores distracciones posibles, hora tranquila, lugar tranquilo. Tiempo de la actividad, unos 10 minutos (la regla es: dejarlo cuando empiece a bajar la motivación, después de unos ejercicios conocidos y profusamente reforzados).

- La tensión de la correa, siempre nula (excepto en algunos poquísimos momentos, que explicaremos).

-No podemos parar cuando vamos en línea recta (el perro no puede decidir pararse a oler, rascarse, o lo que sea). Únicamente podemos parar brevemente (unos pocos segundos) en el momento de efectuar el giro sobre nuestros pasos, mientras intentamos convencer al perro, con la voz y mostrándole el refuerzo (señales gestuales y auditivas), de que nos siga. Si aún así no lo hace, empezaremos a andar llevándonos con nosotros al perro, ofreciéndole la recompensa (fijando la posición retrasada), para que ande más deprisa y así se destense sola la correa nuevamente. -Nunca damos refuerzo si el perro no está por detrás de nosotros.

Explicación de la técnica: Si tú tiras, vas delante. Si yo giro 180 grados, te quedas detrás.
Esta simplicidad me permite reforzar esta posición mientras camino después de girar en U (el perro está atrasado) proporcionando pequeños pedacitos de comida continuamente mientras se mantenga detrás. La “meta mental” no debe ser “caminar paralelo a mi pierna”, al menos no por el momento, ha de ser “camina atrás de mí” (ese comportamiento es el que reforzaremos). Cuando no tire de la correa ya moldearemos una posición más exacta (con las patas delanteras en paralelo a nuestras piernas). Eso es muy sencillo modificando el lugar en el cual recibe el refuerzo, más adelante.

¿Por qué extingue el comportamiento de tirar de nosotros? ¿Por qué funciona?

1.- Supresión del condicionante: Sensación corporal totalmente diferenciada al no poder ejercer presión hacia delante, tirando de la correa. Se suprime la sensación (elemento condicionante) de tirar, por tanto la situación es nueva (está abierto a comprenderla y a adaptarse a ella).

2.- Aversivo sutil: La frustración de no poder ir donde quiere. El control de decidir nosotros el camino (aumento del valor jerárquico del guía, explicar profundamente esta expresión acerca de la jerarquía podría ser motivo de otro artículo).

Otra explicación más operante, igualmente válida: Sobrepasar nuestra pierna al caminar hacia adelante tiene el resultado final de un giro, por tanto, de no poder ir en la dirección que el perro escoge (ayuda a la extinción, no se auto-refuerza con un resultado beneficioso para el perro, llevarnos donde él decide). Escoged la que queráis, pero para mí las cosas no pasan por un único motivo, las dos me parecen ciertas en la misma medida.

3.- Refuerzo positivo: Asociar el refuerzo a la posición correcta (mantenerse atrás). No hacen falta mayores explicaciones. Sólo hay que repasar el condicionamiento operante. Es lógico entender que la recompensa permite y potencia que se repita esa situación.
Muchas veces, la imposibilidad de entregar refuerzos en perros que estiran continuamente no nos permite iniciar la actividad con éxito.
Girar en U nos permite cuándo decidir nosotros el instante en que el perro quedará en una posición de poder ser reforzado.

El detalle de la actividad.

Empezamos a caminar con el perro en la izquierda. Si queremos, le damos una orden verbal en el momento de empezar a caminar, pero esto es optativo. Funciona igual aunque no digamos absolutamente nada. El tira inmediatamente, giramos y esperamos brevemente a que nos siga. Este es el único momento en que la correa se tensa, para pararlo… debemos aguantarla para que pare y nos mire. Cuando sintamos en la mano que ha parado y no sigue tirando, dejamos ir un poco de correa para buscar la destensión de la misma manteniendo al
perro sin moverse), llamándolo y enseñando la recompensa. Cuando empieza a andar hacia nosotros empezamos a andar también y le ofrecemos la recompensa antes de que nos rebase. La cogerá, y volverá a estirar, la primera vez.  Tal vez la segunda también. Repetimos el proceso tantas veces como haga falta. O reforzamos o giramos, una vez tras otra.

Recordemos que el momento de girar en U nos lo marca el perro al rebasarnos (lo que sucede, lo decide él al rebasarnos, es una consecuencia de su comportamiento).
Si una persona externa fuera capaz de ir contando los pasos que andamos en línea recta antes de girar en 180 grados, veríamos los rápidos avances, repetición tras repetición. Observaríamos que cada vez podemos andar más metros en línea recta sin tener que girar en U.

Evidentemente, hemos de ir reforzando continuamente mientras el perro esté detrás nuestro, mientras caminamos, y dejaremos de reforzar justo antes que nos empiece a rebasar. Al principio, para el guía resulta ciertamente mareante, porque no puede mirar demasiado hacia delante. Debemos controlar todos los movimientos del perro y reaccionar ágilmente girando en U o reforzando, dependiendo de la situación. Podría ser que nos sintiésemos mareados en algún momento. Por tanto, elegid un lugar amplio y sin obstáculos. Os lo dice alguien que algunas veces ha estado a punto de golpearse en alguna farola mientras hace esto.

La práctica contínua.

Repetición a repetición, empezaremos a notar avances rápidamente. Enseguida notaremos que el perro asocia que si se mantiene por detrás de nosotros, recibe recompensas continuamente. Es una idea similar cuando trabajamos la inmovilidad. “Mientras no me mueva, me recompensan, por tanto, mejor no me muevo”. Es el momento de intentar alargar un poco el espacio entre recompensas.
Y entonces podemos incluir otro concepto:
Generar atención. En todo este proceso, veremos que cuando el perro empieza a entender la actividad, nos mira más a menudo. Debemos de entender esta señal, como si nos estuviera pidiendo el refuerzo. Reforzar cuando nos mira, tantas veces como lo haga, y conseguiremos atención en la actividad. Retrasaremos la dispersión, evitaremos la distracción, y generaremos interés en el refuerzo. Por tanto, debemos tener continua atención para reforzar cuando nos mira y está caminando atrasado, especialmente. Moldearemos su interés en la orden.

Moldeando y Generalizando.

Mantenemos esta práctica unos 5-10 minutos diarios (antes de la dispersión por distracción) y repetimos la actividad al día siguiente, a la misma hora, en el mismo sitio. El tiempo de duración de la sesión, realmente lo marca la madurez del animal, entre otros aspectos. Hemos de ser especialmente sensibles para valorar su motivación constantemente, y acabar la sesión con un ejercicio fácil y muy recompensado.
Con el tiempo y las repeticiones, podremos alargar el tiempo en que podemos hacer esta práctica.
Cuando ya camine habitualmente sin tirar, junto a nosotros, alargaremos los espacios de recompensa sólo para elementos que deseemos moldear especialmente, como caminar exactamente en una posición, si lo deseamos, su atención constante, lo que deseemos.

Cuando ya lleve un tiempo ejerciendo la actividad a la perfección (en lo posible, y dependiendo de nuestro grado de exigencia en ello), podemos empezar a generalizar lugares y situaciones. Para ello, deberemos volver atrás en el tiempo de duración de la sesión, y conseguir el mismo resultado, repetición tras repetición, en otros sitios en los que aumentará su posibilidad de distracción de forma gradual.

Variaremos horarios, variaremos duración, variaremos distracción, e incluso variaremos la persona que lo guía. Todo esto hará más sólido el aprendizaje. Evidentemente, reduciendo drásticamente el tiempo de la sesión (por la incapacidad de concentrarse por un largo espacio) y aumentando el tiempo de generalización, este sistema es especialmente adecuado para los cachorros. Se puede aplicar perfectamente en animales de tres meses, cuando ya tienen las vacunas en regla, y esto se convertirá en su comportamiento habitual con la correa. Muchas veces, mucho más fácilmente que con perros adultos.

domingo, 20 de mayo de 2012

La Agresividad Entre Perros

Me he decidido a escribir este artículo a causa de que últimamente vengo observando que en los foros de perros en Internet, en la zona de Etología, cuando ponen algún post sobre agresividad entre perros cuando los propietarios están paseándolo, algunas personas que contestan los post manifiestan que es recomendable “la utilización técnicas aversivas”- castigo- y así como que “la castración es efectiva en el macho” para eliminar dicha agresividad. Quiero recalcar que la castración del animal no sirve absolutamente de nada si estamos ante una agresividad por miedo, por protección de recurso o territorial e incluso
intrasexual-ya que no la elimina del todo, como se verá más adelante- y la utilización del castigo menos aún para la modificación de la conducta agresiva.

Por todo lo anterior paso a explicar desde el punto de vista de la Etología Clínica lo que es la agresividad entre perros que no viven juntos, su diagnóstico, diagnóstico diferencial, pronóstico y tratamiento.

Hay cuatro diagnósticos y son los siguientes: la intrasexual, por miedo, territorial y por protección de recurso -ver punto 4-.

1) Aprendizaje de la agresividad.

Sabemos que la agresividad en el perro doméstico no es hereditaria, a  excepción dada del carácter miedo. Este es el responsable de una agresividad muy peligrosa cuando nuestro perro “cree o entiende” que su supervivencia está en peligro. 
La agresividad es una respuesta que cualquier ser vivo ofrece en situaciones que suponen una amenaza-o que son percibidas como tal- o ataque como consecuencia de un estímulo que lo desencadena-en este caso, otro perro o perra-. 
La conducta agresiva es una conducta de adaptación que, directa o indirectamente, beneficia al individuo. El acto agresivo en el perro doméstico es un comportamiento que la selección natural ha premiado y por lo tanto que ha evolucionando en pro de su supervivencia y reproducción. La agresividad no solo se basa en morder, sino también cuando el perro gruñe o enseña los dientes -desnudamiento de belfos-.

Hay que tener presente que los perros-y todas las especies- cuando toman decisiones lo hacen a tenor de una relación de costes/beneficios. Si los costes son mayores que los beneficios, ese comportamiento no se llevará a cabo, si por el contrario, los beneficios son mayores que los costes, esa conducta si se llevará  a cabo-los perros siempre están aprendiendo-

La agresión o conductas agresivas permiten al perro conseguir el control de la situación, reforzando la conducta y aumentando la probabilidad de que el perro escoja este modelo de conducta en situaciones comparables en el futuro y si es reforzada en muchas ocasiones-por condicionamiento instrumental u operante- será muy  difícil de modificar ese comportamiento. 
En los cuatro tipos de agresividad en los que nos encontramos, los perros  están aprendiendo en esas ocasiones mediante el condicionamiento de evitación y escape, ya que en todas las situaciones en que se acerca otro perro son tomadas como aversivas-condicionamiento de escape con la aplicación de refuerzo negativo-. Mediante la evitación, el animal aprende que puede interrumpir el estímulo aversivo y comienza a responder antes de que se presente el mismo, aprendiendo que las conductas agresivas son conductas de evitación muy efectivas.

En este caso, aparte de establecerse  rápidamente el condicionamiento de evitación también el mismo se hace  muy resistente a la extinción. 
Por lo anterior, no es de extrañar, que de ahí aparezca la posterior apariencia de la llamada agresión “impredecible” y “no provocada”.

2) Castigo de la agresividad.

El castigo está contraindicado en el tratamiento de estos problemas, ya que por muy aversivo que fuese el mismo, siempre lo será más el estímulo que desencadena la conducta agresiva en el animal. El propietario debe abstenerse de las reprimendas verbales, la fuerza físicapegarle tirones o someter al perro- y así como realizarle al perro comunicaciones agonísticas de intención-gesticular -. “No hay que castigar porque  se corre el riesgo de lesión”. Quiero recordar la Ley del Efecto de Thorndike: toda conducta premiada tenderá a repetirse y toda conducta castigada tenderá a “eliminarse y/o a derivarse hacia otra”.
Hay que tener presente que las conductas tensas o impredecibles-como son el castigo- pueden exacerbar el problema actual intensificando los comportamientos agresivos. Es más, castigar al animal  en presencia de otro perro puede reforzar la conducta agresiva –no suprimiéndola, sino intensificándola- por la asociación del animal con la experiencia aversiva condicionamiento de escape y evitación-. 

3) Diagnóstico Diferencial.

Según Manteca (2.003): “como en cualquier otro problema de comportamiento, resulta necesario, en primer lugar, descartar posibles problemas orgánicos y realizar, por lo tanto, una exploración general y un examen neurológico de  los animales. Además, es recomendable determinar los niveles plasmáticos de T4 y TSH para confirmar o descartar un posible problema de hipotiroidismo-pudiendo éste actuar como factor agravante de la agresividad-”. 
También la agresividad por miedo se puede confundir con la agresividad territorial y viceversa. Para poder llegar a un buen diagnóstico  hay que ver los contextos en los que aparece, los perros a los que va dirigida y la postura del animal. En cuanto a la postura del animal sobre todo en la ofensiva, a veces esto no se suele cumplir ya que perfectamente podemos estar ante un perro que defienda el territorio con una postura corporal defensiva.

4) Diagnóstico.

* La agresividad intrasexual se da frecuentemente en machos adultos- que ya han  alcanzado la madurez sexual- y hacia otros machos adultos, ya que es una conducta sexualmente dimórfica, siendo la postura de agresividad ofensiva la que adopta el animal. Generalmente suele pasar cuando los perros van atados con la correa ya que los mismos se ven incapacitados para tener una interacción más libre. También es más visible en razas pequeñas sobre todo hacia las grandes y esto es debido a las comunicaciones de intención. Este tipo de
comunicación es deshonesta-el perro puede ir de farol, te voy a atacar y voy a resistir mucho, cuando en realidad el perro no piensa resistir tanto-. La señales deshonestas suelen utilizarlas normalmente los individuos menos fuertes e inseguros y las mismas como han sido exitosas han evolucionado en el Canis familiaris-solo lo que está en los genes produce adaptación-.

* La agresividad por miedo se da indistintamente en machos y hembras de cualquier edad a causa de que el carácter miedo tiene una heredabilidad del 40-50%. También puede  venir por una mala socialización o experiencia traumática que haya tenido el animal. La postura es de agresividad defensiva, aunque a veces no está tan clara, y puede dirigirse hacia algunos perros en concreto-de un tamaño, de un color- o hacia todos y la agresividad   puede ir acompañada de ladridos intensos. 
También estos perros suelen evitar el contacto-retrocediendo- y pueden atacar  en última instancia-aunque no estén acorralados-.

Un factor determinante de la intensidad de la respuesta de miedo sería el rango de percepción sensorial del individuo-por  ejemplo, un grado de sensibilidad corporal muy alto-. 
* La agresividad territorial puede ser más frecuente en machos, aunque se da en  los dos sexos y es normalmente cuando otro perro intenta entrar o se acerca a su territorio. También se puede dar el caso en que un perro intente acercarse en la calle-ya que hay perros que llevan consigo su territorio y el mismo sería una zona específica vigilada por el animal-. La postura del animal es ofensiva. Un agravante de esta agresividad se puede comprobar en perros que viven permanentemente confinados en un lugar  o si están siempre atados. Hay que tener presente que el territorio es muy valioso para el animal ya que en el mismo se lleva a cabo el acceso a fuentes de recurso, se evita la depredación y se extienden sus genes.

* La agresividad por protección de recurso se suele dar cuando nuestro perro protege a toda costa algún recurso, como la comida, juguetes e incluso a la persona que es considerada como su propietario. La agresividad normalmente va dirigida  hacia animales de ambos sexos y así como de diferentes edades-cachorros, jóvenes, adultos o veteranos-. 

En cuanto al tema del propietario, dicha agresividad suele suceder cuando el mismo saluda o acaricia a otro perro delante del suyo-los mal llamados “celos”-. Esto algunos perros no se lo suelen tomar muy bien a causa de que ven al perro-saludado o acariciado- como a un rival que en ese momento le está quitando la atención y cercanía de su propietario-siendo este un recurso muy valioso por el que vale la pena competir-, por lo que hay que tener un poco de vista e intentar evitar estas situaciones de riesgo.
También este tipo de agresividad la podemos ver en  madres que la dirigen hacia sus cachorros-una vez destetados- bien protegiendo la comida o juguetes, pero esto ya entraría dentro de la educación de los mismos. 
Personalmente dejaría hacer a la madre su cometido de educadora excepto en el caso en que la misma sea demasiado agresiva y pueda lesionar a sus cachorros.

5) Tratamiento.

En la agresividad intrasexual el tratamiento consiste en la castración del animal y en unas sesiones de adiestramiento para ejercer un mayor control del perro durante el paseo. Según Mertens (2.002): “castrar a los machos, se dice que reduce o resuelve la agresión hacia otros perros fuera del hogar en un 50-60% de los animales (Neilson et al, 1.997)”, pero si hay un aprendizaje de la conducta puede seguir continuando las agresiones. 

El tratamiento de estos cuatro tipos de agresividad se basa en reducir el estímulo que induce las conductas agresivas hasta tal punto que el animal no reaccione. Esto se consigue con el contracondicionamiento y  buscamos que el perro efectúe una conducta durante el acercamiento de otro perro que sea incompatible con una respuesta de agresividad-gruñidos, desnudamiento de colmillos o mordedura-, disminuyendo por tanto esta. 

Esto se consigue mediante un programa de adiestramiento consistente en la desensibilización sistemática. La misma consiste en exponer al perro  a estímulos a un nivel muy bajo de exposición, controlando la distancia, duración y distracción para que el animal no experimente una respuesta sensibilizada, y de este modo se le permite al mismo habituarse a la intensidad de la exposición.

En el tratamiento es imprescindible el adiestramiento del perro a Obediencia Básica para poder tener un control absoluto del animal, de lo contrario fracasaremos. Aconsejo que se le realice las siguientes órdenes: sentado, echado, junto, llamada, quieto y “NO”-que utilizaremos como orden de bloqueo-. También se le  enseñará la orden de suelta-por si llegara a morder a algún animal-, aunque al perro no se le puede dar ninguna oportunidad de que intente atacar o morder. Para ello el perro deberá ir atado y llevará un  bozal-también se puede utilizar un Halty- durante los ejercicios de modificación de conducta. 

Una vez tengamos al perro adiestrado en Obediencia,  debe exponerse al animal a las situaciones que desencadenan la agresividad. El propietario debe interrumpir los primeros síntomas de agresividad mediante una orden de bloqueo-comando NO- o respuesta incompatible -por ejemplo, la orden de sentado- y una vez se haya interrumpido el comportamiento, inmediatamente hay que recompensar  con comida, caricias o juego las respuestas no agresivas. 

En el caso de la agresividad territorial, hay que empezar desde las zonas periféricas-la agresividad en el perro es menos intensa- hasta llegar al núcleo del territorio-la agresividad en el perro es más intensa-.

También es muy importante, que no se recompense jamás al animal intentando
tranquilizarlo-ni verbalmente, ni con caricias, ni miradas- cuando se muestra agresivo ya que esto  reforzaría la conducta, con lo que la misma tenderá a repetirse. 

Personalmente prefiero no utilizar una distracción  cuando el animal se muestra agresivoenseñarle una pelota-, a causa de que estaremos reforzando esa conducta. Por ejemplo, un perro está enseñándole los dientes a otro y el propietario le enseña la pelota-¡mira lo que tengo!-. El perro en ese momento aprende que el desnudamiento de colmillos va unido a la pelota-que es un refuerzo-. Es preferible cortar la agresividad-orden de bloqueo- y premiar seguidamente con la pelota.

En el caso de que nos encontremos ante una pelea entre dos perros, los propietarios deben abstenerse de disolver personalmente  la misma por  el riesgo de sufrir una mordeduraagresión redirigida- ya que agravaría el problema ya existente, es decir, tendríamos una agresividad entre perros y otra hacia el propietario, dificultando el tratamiento de modificación de conducta-ya que habría que aplicar  dos terapias-.
Las mismas deben interrumpirse mediante orden de bloqueo o respuesta incompatible pero para eso es imprescindible tener un buen control del animal.
Sería bueno estimular al perro tanto física como mentalmente. La estimulación física del animal mediante la realización de ejercicio físico  aumenta los niveles de serotonina en sangre y lo relaja, a la vez que le permite desarrollar su conducta exploratoria, lo que le equilibra física y mentalmente. Para la estimulación mental del animal se pueden utilizar juguetes interactivos para que el animal esté entretenido, los kongs u otros específicos-como los puzles de Nina Ottosson-. 
También sería muy importante realizarle al perro la inhibición de la mordida para que así desarrolle una “boca blanda” y evitar lesiones graves. 

Sin inhibición del mordisco, socialización o habituación  MORDISCO NO INHIBIDO+DIENTES+AMENAZA PERCIBIDA = MORDISCO DAÑINO  -  Con inhibición del mordisco, sin socialización o habituación MORDISCO INHIBIDO+DIENTES+AMENAZA PERCIBIDA = MORDISCO NO DAÑINO  -  Con inhibición del mordisco, socialización y habituación
MORDISCO INHIBIDO+DIENTES+NO AMENAZA PERCIBIDA = NO MORDISCO

6) Pronóstico. 

El pronóstico depende de varios factores, siendo los generales para todos los tipos de agresividad los siguientes:
- la edad que tenga el animal. No es lo mismo que le pase a un cachorro o perro joven que aun perro que ya es adulto-ya ha llegado a la fase de madurez sexual-, es decir, ya ha fijado los patrones de comportamiento. 
- la experiencia y aprendizaje que ha tenido el animal en este tipo de agresividad. Cuanto más aprendizaje y experiencia, peor pronóstico.
- la duración del problema. Cuanto más tiempo, peor pronóstico.
- la actitud del propietario en lo referente a la habilidad y la predisposición para  trabajar con el perro.
- Si el perro tiene una Obediencia Básica, tiene mejor pronóstico

Aparte de lo anterior, también tendríamos:

En la agresividad por miedo el pronóstico es variable y también depende de estos tres factores:
- si es por la falta de contacto con otros perros durante el periodo sensible de socialización, tiene peor pronóstico. 
- si es por una causa traumática, tiene mejor pronóstico.
- la respuesta de animal al miedo. Hay que tener presente que tanto el miedo como el estrés dificultan el aprendizaje. Cuanto más intensa sea la respuesta peor pronóstico. 
En la agresividad por protección de recurso, también el mismo es variable y depende de este factor: 
- el valor que tenga para el animal el recurso. Por ejemplo, si es la comida puede que sea difícil de corregir.

Miguel Ángel Signes Llopis.