La Fundación Bocalan entregará a finales de año a diabéticos españoles los primeros perros adiestrados para detectar episodios de hipoglucemia por el aliento o el sudor de las manos de sus dueños, tras los resultados satisfactorios obtenidos en Inglaterra por "Medical Detection Dogs".
Tras un año de desarrollo de los protocolos de actuación, la Fundación Bocalan entregará los tres primeros perros adiestrados a pacientes escogidos entre "centenares de solicitudes", relata a Efe Andrea López, que presentará mañana el proyecto en el XXIII Congreso de la Sociedad Española de Diabetes (SED) que se celebra en Vigo.
Los perros están adiestrados de tal modo que pueden percibir señales olfativas de hipoglucemia a cierta distancia, incluso si se encuentran en otra estancia de una casa, en cuyo caso se acercan al paciente para hacer una comprobación olfativa del sudor de las palmas de sus manos.
Si confirma que hay una bajada de azúcar en sangre, el animal golpea suavemente a su dueño en su pierna u otra parte del cuerpo, se le sube encima o le ladra para advertirle de que se tiene que suministrar insulina, que también puede ir a buscar al compartimento donde esté guardada si la persona de quien cuida no puede moverse.
La portavoz de la Fundación Bocalan indica que los labradores son los perros preferidos para este tipo de funciones, y si además están cruzados con alguna raza de caza, "programadas genéticamente para seguir rastros", son "mucho más eficaces".
Tras un año de desarrollo de los protocolos de actuación, la Fundación Bocalan entregará los tres primeros perros adiestrados a pacientes escogidos entre "centenares de solicitudes", relata a Efe Andrea López, que presentará mañana el proyecto en el XXIII Congreso de la Sociedad Española de Diabetes (SED) que se celebra en Vigo.
Los perros están adiestrados de tal modo que pueden percibir señales olfativas de hipoglucemia a cierta distancia, incluso si se encuentran en otra estancia de una casa, en cuyo caso se acercan al paciente para hacer una comprobación olfativa del sudor de las palmas de sus manos.
Si confirma que hay una bajada de azúcar en sangre, el animal golpea suavemente a su dueño en su pierna u otra parte del cuerpo, se le sube encima o le ladra para advertirle de que se tiene que suministrar insulina, que también puede ir a buscar al compartimento donde esté guardada si la persona de quien cuida no puede moverse.
La portavoz de la Fundación Bocalan indica que los labradores son los perros preferidos para este tipo de funciones, y si además están cruzados con alguna raza de caza, "programadas genéticamente para seguir rastros", son "mucho más eficaces".
Aparte de la detección de hipoglucemias, la entidad promotora de esta iniciativa, "Medical Detection Dogs", adiestra a perros para identificar síntomas de determinados tipos de cáncer y prevenir de inminentes ataques epilépticos.
Más allá de este sistema de detección, en el marco del XXIII Congreso de la SED en Vigo se presentan estos días a profesionales sanitarios y al público en general las últimas novedades de teleasistencia mediante la aplicación de las nuevas tecnologías.
Es el caso del diario interactivo desarrollado por Lifescan con el cual un paciente, a través de un móvil con conexión a internet, puede intercambiar con su médico información sobre los alimentos que ingiere y el ejercicio que practica, en función de lo cual recibe una recomendación de la dosis de insulina que se debe aplicar.
También Orange y Sanofi han presentado en Vigo la plataforma "DiabeTIC", que permite la automatización en el envío y almacenamiento seguro de la información clínica del paciente y ofrece un servicio de comunicación bidireccional entre éste y los profesionales sanitarios.
Otra novedad que muestra el Congreso de la SED es el monitorizador continuo de glucosa de Medtronic, que conjuga mediciones actuales y secuenciales de los niveles de azúcar en sangre a través de un sensor aplicado en la zona abdominal o lumbar, a su vez conectado a una bomba de insulina que regula el suministro de unidades en función de los datos recibidos.
Este aparato tiene alarmas programables por el propio paciente que le avisan de niveles excesivos o deficientes y una que, alcanzado un umbral máximo de glucosa, desconecta el suministro de insulina durante dos horas ante un previsible desfallecimiento.