Con el
frÍo, los coches necesitan anticongelante, y no es de extrañar que
se encuentren pequeños restos en el suelo o debajo del coche justo
al lado de su casa o en los alrededores. Sobre todo hay que tener
cuidado en los charcos que se forman con la lluvia reuniendo los
restos.
Esta
sustancia es dulce al paladar y será fácil de lamber por los perros
confiados. Una vez dentro del cuerpo, en términos simples, hay una
reacción química, lo que provoca la formación de cristales en los
riñones.
Si han
ingerido suficiente anticongelante, esta formación de cristales
cerrará los riñones conduciendo a la muerte. Si un perro que
ingiere etilenglicol es llevado a un veterinario dentro de seis a
ocho horas de la ingestión, pueden, con el tratamiento, por lo
general se salvarán. Más allá de que la duración de tiempo, es
poco probable que puedan recuperarse.
Estos
casos pueden ser un desafío en el diagnóstico para los veterinarios si nadie realmente vio al perro ingerir el
anticongelante. Hay análisis de sangre que puede ayudar a
diagnosticar la toxicidad del etilenglicol, pero no hay manera de
saber con precisión cuánto tiempo hace que se ingirió haciéndolo
un pronóstico difícil.
Es
debido a esta toxicidad potencial que es imprescindible que todos
nosotros que ponemos la puesta apunto en nuestros propios coches con
exactitud, nos deshagamos de estos productos químicos correctamente
y limpiarlos cuando se derramen.
Afortunadamente,
ya ha estado disponible en los últimos años como alternativa del
anticongelante con base de etilenglicol. Se pasa por diferentes
nombres de marca pero contienen una sustancia activa llamada
propilenglicol.
El
propilenglicol es mucho menos tóxico que el etilenglicol, de
hecho, se encuentra en muchas preparaciones orales tomadas por
personas y animales. Ha sido ampliamente demostrado igualmente
eficaces en los sistemas de refrigeración de automóviles en todos
los sentidos de etilenglicol y os animo a todos a utilizarlo para
este propósito.