No sólo logran aferrarse con la boca a un pezón, sino que también presionan al mismo tiempo, con las patas delanteras, las mamas de la perra para que salga más leche. También están capacitados para chillar, de forma que la madre pueda acudir en su ayuda si por algún motivo se perdiesen.
Aparte de esto, dependen por completo de la madre, incluso para orinar y defecar, ya que la madre es quien se encarga de estimular estas funciones naturales a fuerza de lametones. Aunque a nosotros nos parezca repugnante, las madres ingieren todo lo que excretan sus crías, dejando la zona impecablemente limpia. Esta costumbre se originó en los tiempos en que los cachorros eran presas jugosas para otros predadores, y la madre debía eliminar cualquier rastro olfativo que pudiera revelar su paradero.
Es muy importante manipular correctamente a los cachorros correctamente desde el primer momento. Aunque nunca hay que sacar de su paridera a un recién nacido si no es absolutamente imprescindible, ya que esto alarmaría a la perra, sí hay que tocarlos, colocarlos con suavidad en las mamas y examinarlos uno a uno, porque de este modo ellos empiezan a acostumbrarse al olor y al tacto de los humanos, y su madre a tolerar que la gente rodee a sus cachorros sin ponerse nerviosa.
Cachorros Con Problemas
A veces, uno de los cachorros chilla desconsolado y no parece integrarse entre la camada. Puede ser que no mame lo suficiente, y en ese caso hay que actuar con rapidez, porque es muy fácil que los recién nacidos se deshidraten. Para saber si se está deshidratado, puede tirar suavemente de su holgada piel de la nuca y observa si la piel vuelve de inmediato a su posición normal o desciende lentamente. En el primer caso, el perro estará bien, pero en el segundo puede estarse deshidratando. De todos modos, si tiene alguna duda lo mejor es que lo consulte con un veterinario.
Iniciar La Socialización
Durante las cuatro semanas que siguen al parto, los cachorritos crecen y se desarrollan a increíble velocidad. Abren los ojos, empiezan a oír cada vez mejor, y al cumplir cuatro semanas son criaturas ágiles e inquietas que no dejan de jugar entre sí ni de interesarse absolutamente por todo lo que les rodea. Llegado este punto adquiere especial protagonismo el desarrollo psicológico.
Ahora necesitan todo tipo de estímulos. Exponiéndolos a diferentes sonidos, como el ruido de la lavadora o la aspiradora por ejemplo, y colocándolos sobre superficies muy diversas, se va aumentando su mente, se les va introduciendo en el mundo real y van aprendiendo a enfrentarse a lo desconocido, una habilidad de la que tendrán que echar mano en el futuro.
Aunque algunos expertos aconsejan exponerlos ya al mundo exterior, es muy importante evitar el contacto con cualquier posible foco de infección. Déjese asesorar por un veterinario.
El Destete: Una Dura Lección
Pasadas unas cuatro semanas, más o menos, el celo materno de la perra normalmente se relaja y la madre empieza a desear de vez en cuando descansar un rato de sus crías. Entonces se inicia un proceso biológico de enorme valor educativo; el destete.
El destete es inevitable. Ninguna perra podría amamantar a sus crías durante toda la vida a expensas de su propia salud. Además, los cachorros se vuelven cada vez más exigentes y cada vez que la madre vuelve al nido la acosan entre todos, decididos a alimentarse eternamente a su costa.
Las perras normalmente comienzan el destete permitiéndoles mamar sólo un rato mientras la madre permanece en pie, y echando a andar cuando se cansan. Los cachorros se enfrentan por primera vez en su vida a una negativa, a un rechazo. Es una dura lección, pero también una lección muy importante.
Esta negativa va siendo cada vez más frecuente y las crías acumulan frustración y tratan desesperadamente de alcanzar las mamas. La perra se ve entonces obligada a ofrecerles una alternativa, que en el entorno natural consistiría en alimentos semidigeridos que la madre regurgitaría para sus cachorros y y en el hogar es el cuenco de papilla especial colocado oportunamente en el nido por el propietario.
Las
buenas madres rechazan a los cachorros con dulzura, pero también con
firmeza. La primera advertencia es una simple mirada. La segunda, un
gruñido. Y si algún cachorro se atreviese todavía a insistir, lo
apartaría a topetadas con el hocico, o incluso dando dentelladas al
aire. La disciplina materna es esencial, ya que enseña a los
cachorros que no siempre pueden salirse con la suya y los obliga a
buscar una solución adaptándose a las nuevas situaciones, en este
caso a un alimento alternativo.
Es tal
vez la lección más importante de la vida y, como tal, los cachorros
criados con biberón y los separados demasiado pronto de la madre con
frecuencia no consiguen jamás afrontar con éxito los cambios
incesantes que les depara la vida.
Biberón O Nodriza
A veces, por diversos motivos, no es posible que la madre amamante a sus propios cachorros y hay que alimentarlos con biberón o buscarles una nodriza. Lo ideal, tanto por motivos de salud psicológicos, sería encontrar una perra con leche que los criase. Si la encuentra, puede convencerla de que amamante y cuide a sus cachorros frotando con las dos manos su cuerpo e inmediatamente después frotando el cuerpo de los cachorros para crear un vínculo olfativo entre ambos.
Alimentar a los cachorros con biberón no es sencillo y requiere mucho tiempo. Hay que utilizar un preparado lácteo especial y administrar la dosis adecuada cada dos o tres horas, incluidas las de la noche. La nodriza también debe ocuparse de estimular la micción y la deposición inmediatamente después de cada toma. Además, deberá también asesorarse para interpretar correctamente el papel de la madre en al destete, ya que los cachorros privados de la disciplina materna pueden convertirse en adultos demasiados excitables, indisciplinados, difíciles de adiestrar y con escasa habilidad en el trato con otros perros.
Cómo Destetarlos
-Aunque no hay una regla fija, lo más frecuente es iniciar el destete entre la tercera y la cuarta semana.
-Un buen pienso completo para los cachorros no es difícil de encontrar, y se digiere muy fácilmente. Es bastante concentrado y calórico para satisfacer las necesidades del crecimiento , contiene todos los nutrientes necesarios y no requiere suplemento alguno.
-Para servirlo, vierta agua tibia sobre el pienso, déjelo remojar y revuélvalo hasta que adquiera la consistencia de una papilla que se puedan ingerir a lametadas. Para animarlos a probar, puede mojar un dedo en esta papilla y dejarles que se lo laman o succionen, cada vez más cerca del plato. Retírelo 15 minutos después de servirlo, aunque queden restos.
-Cuando se hayan acostumbrado al nuevo alimento, vaya reduciendo gradualmente la cantidad de agua.
-Poco después deje siempre a mano un platito con pienso sin mezclar, a modo de tentempié entre las raciones normales.
-La ingesta diaria dependerá del tamaño y la raza. Déjele guiar por las indicaciones del envase, pero no las interprete al pié de la letra.
-Los cachorros ya no necesitan leche. De hecho, su ingestión podría causarles problemas digestivos como la diarrea, ya que poco después del destete el organismo del perro se vuelve incapaz de asimilar la lactosa.
Copyright © Psicolmascot. Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
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