Según
como haya sido educado el perro así será su comportamiento en el
coche.
La calma del animal depende del control que sobre él
ejerza su dueño en todas las circunstancias.
¿Cuántos
son los perros que viven en compañía del humano y que nunca han
subido a un coche?
Muy
pocos sin duda, pues para muchísimos perros el coche constituye su
marco de vida cotidiano, sea porque acompañan a su dueño en el
coche que le sirve de instrumento de trabajo, o porque guardan el
vehículo. En todo caso, los animales pueden resultar molestos en los
trayectos. Así pues, hay que educarlos sabiendo claramente qué
cosas hacen que se sientan bien y qué elementos les impiden
permanecer tranquilos.
Los
Mareos
Esta
patología, muy frecuente en el humano y el perro, está inducida por
numerosos factores orgánicos (vibraciones, percepción del
desplazamiento, olor de los carburantes) y psíquicos; a ella van
asociadas principalmente manifestaciones periféricas del miedo,
salivación y vómitos.
Ahora
bien, las primeras experiencias marcan, y por tanto, pueden dar lugar
a perturbaciones fisiológicas que engendren una situación
estresante que puede desembocar rápidamente en fobia al coche.
De
modo que los primeros viajes conviene administrar al perro un
medicamento para prevenir la aparición de esas indisposiciones.
El
Lugar del Perro
El
código de la circulación dispone que el perro viaje en la parte
posterior del coche y esté quieto y sujeto, para no molestar al
conductor. Sin embargo, el cachorro que mete las patas por primera
vez en un coche, no se quedará espontáneamente en un lugar
determinado. Así pues resulta necesario fijar ese lugar
materializado con un objeto familiar, y al menos en los primeros
viajes, procurar que alguien vigile al perro y lo haga estar quieto.
Lo
mejor siempre es poder tener habituado al perro desde cachorro a
viajar en el transportín; En ningún caso se dejará que el perro se
instale en el asiento delantero aunque no lo ocupe ningún pasajero.
En efecto, para el perro el coche no es sólo un objeto en movimiento
sino también una versión reducida del territorio de la familia con
la que vive.
Y
en función de la jerarquía y organización de los grupos
humano-perro, el animal identificará entre las zonas del espacio
frecuentado por el grupo las que tienen un valor social importante.
Así, la plaza del pasajero de delante será un lugar que el perro
quiera poseer porque suele estar reservado a un miembro de la
familia. Y cedérsela una vez podría plantear problemas jerárquicos
que dieran lugar a mordeduras.
Dejar
Solo al Perro
También
se plantea el problema de los destrozos cuando se deja al perro solo
en el coche. En todo caso, como esta situación es parecida a la que
se crea cuando se le deja solo en casa, lo que procede es
acostumbrarlo a la soledad, y ello conviene hacerlo dentro de la
vivienda por evidentes razones prácticas.
Reglas
para los Primeros Viajes
-No
permitir que el cachorro se ponga enfermo. Para ello, y de acuerdo
con su veterinario, administrarle un tratamiento previo (entre una
hora y media antes de la salida) de homeopatía.
-Decidir
el lugar del cachorro y no cambiarlo por más que se queje. El
transportín es el mejor lugar y seguro para el perro.
-Los
perros de talla grande o gigante, deben ir en un coche adecuado y en
la parte de atrás con una barrera de hierro.
Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto: psicolmascot@gmail.com
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