miércoles, 15 de enero de 2020

Como enseñar a nuestro perro a no comer del suelo, la calle, basura,

Erik Farina 2012
Como enseñar a nuestro perro a no comer comida en la calle, en el suelo, en el parque, terrazas, basura, de extraños, etc...

Enseñar a tu perro a comer con tu aprobación.

Muchos propietarios de perros, tienen problemas de que le comen todo por la calle, en el campo, en las terrazas, o por donde lo pasean. Lo peor son los comentarios de los perros que han enfermado a causa de haber ingerido comida envenenada o peor aun han muerto. Muchas veces comen cualquier porquería, animales muertos o sobras de comida, ingieren todo lo que se encuentran en su camino, sin que su amo se lo impida.

Para evitar estos accidentes, es necesario enseñar al perro a no comer sin nuestra autorización. Este adiestramiento debe empezarse aproximadamente a partir de los 3 meses de edad. Sin embargo, para ello nos será de mucha ayuda que antes, durante la edad comprendida entre los dos y los tres meses hayamos educado al cachorro a no comer porquerías.

¿De qué nos serviría tener y preparar un buen perro que no coma del suelo si en un momento dado llega un extraño ofreciéndole una recompensa envenenada y se la come? A partir pues de la temprana edad de tres meses, enseñaremos al cachorro a no coger ningún tipo de comida y lo haremos de la siguiente forma.

En primer lugar, el perro ha de aprender que sólo debe comer lo que está en su plato; para ello, le pondremos las comidas siempre a las mismas horas y con el mismo recipiente, diciéndole simultáneamente la orden “come”. Fuera de esas horas le tendremos completamente prohibido que coma nada.

Si el perro convive con nosotros en casa y nos pide algo de comida mientras estamos comiendo, haremos como que no nos enteramos, y si sigue insistiendo, le pondremos en su plato su comida coincidiendo con una de las tomas y seguido de la orden come. Sobre todo, no hay que caer nunca en la tentación de darle ni un solo bocado de nuestra comida. Durante nuestras horas de comida, debemos acostumbrarlo a estar en su sitio, y hacer coincidir con su toma de comida, o haberlo enseñado a estar con un juguete interactivo con premios.

Por otra parte, para que el perro no robe nada de comida, empezaremos por inculcarle que la cocina es una zona de la casa en la que el perro tendrá prohibida la entrada si no estamos presentes, o hacer de la cocina una zona segura de que no puede obtener nada de ahí. Además deberíamos provocar situaciones en las que facilitemos al perro la tentación de coger comida que no debe, que es cuando podremos corregirlo justo en el acto. En el preciso momento en que el perro vaya a tocar la comida que está a su alcance, lo corregiremos, esa comida no puede pero de mi mano si.


Erik Farina 1994
Continuaremos haciendo la misma rutina durante varios días (a poder ser dos o tres veces al día), aunque a medida que el perro lo vaya aprendiendo nos iremos alejando; pasaremos de estar a su lado a separarnos un metro, dos, tres..etc.. Después nos escondemos, pero pudiendo controlarlo visualmente, y seguiremos así hasta tener la seguridad de que el perro no toca la comida, incluso sin nuestra presencia.

En caso de una actuación correcta, acabaremos siempre la prueba elogiándolo efusívamente. Si por el contrario, en alguna ocasión el perro se nos adelanta en la acción y llega a robar el bocado, lo llamamos y se lo corregimos cambiando lo que tiene por algo mas sabroso de nuestra mano, no lo castigaremos nunca, ni reñirle y nunca gritarle, hay que hacerlo de modo positivo siempre.

Podemos utilizar también un método de dejar la comida a su alcance en un objeto que al caer haga ruido, como los objetos metálicos. Colocaremos la comida de tal manera que al querer cogerlo, caiga al suelo haciendo un ruido aparatoso, como los cazos, o cualquier cubo metálico. En ese momento entraremos rápidamente y observaremos la reacción del perro, si se retira por el mismo lo dejaremos tranquilo, y nunca reñirle. Repetiremos la acción durante unos días aumentando el ruido.


Si el perro tiene el vicio de coger todas las porquerías en la calle, actuaremos de la siguiente manera; lo llevaremos, atado con la correa, lo acercaremos a la basura, a un trozo de comida, o otra cosa comestible, despertando el interés por eso. Cuando el perro vaya a cogerlo le diremos el “No” y le premiaremos enseguida la acción de no cogerlo con algo que le guste a el, sea comida o un juguete. De esta manera iremos repitiendo el ejercicio, alargando paulatinamente la correa hasta hacerlo con una de 10 metros. Si aún así el perro se adelanta a nuestra acción y coge el objeto no deseado sin querer soltarlo, simultáneamente le diremos el “No” y se lo quitaremos de la boca y se lo cambiamos por algo que le guste mucho a el, nunca le reñiremos, ni gritaremos, siempre hacerlo en positivo.

Como mencioné antes, si el perro ha asimilado de muy cachorro el aleccionamiento de no comer porquerías y de no pedirnos nada mientras comemos, esto nos será de gran ayuda para adiestrarlo a continuación a que no coja comida que no sea de su plato y que no le ofrezcan con la mano otras personas, sin nuestra aprobación.


Aquí reflejaré el método más natural, que nos servirá también para fomentar la relación guía perro, aprendiendo a su vez éste último que es lo que queremos de el. A la edad aproximada de seis meses, habrá aprendido el adoctrinamiento de que sólo debe comer tras nuestra explícita orden.


Erik Farina 2014
Tentaremos al perro, poniéndole un trozo de carne, pescado, etc.. en el suelo delante de él, mejor si empezamos haciéndolo en casa o en el jardín. La reacción del animal será la de ir a cogerlo; entonces nosotros se lo impediremos diciéndole “No” y si es necesario, cubriendo la comida con nuestro propio pie, y le premiaremos rápidamente la acción de no comer del suelo, pero si de nuestra mano.

Tras repetir la acción varias veces y cuando el perro ya resista la tentación de cogerlo, nos iremos separando poco a poco de él, reaccionando como al principio si él vuelve a mostrar interés por el trozo de comida. Este procedimiento lo iremos repitiendo durante unos días y siempre acabaremos la lección retirando nosotros el trozo de comida.

Tan pronto como el perro se autocontrole unos instantes sin intención de coger la comida y sin nuestra presencia, nos acercaremos a él y le premiaremos con lo que más le guste a nuestro perro y que sea de nuestra mano a la vez que le damos la orden de “come”. Cuando lo haya ingerido le alabaremos efusivamente.


Repetiremos este ejercicio hasta que veamos que nuestro perro ha asimilado perfectamente que sólo comerá después de nuestra orden, cambiando el lugar de los ejercicios y el tipo de comida. Incluso con su recipiente de comida, le enseñaremos que sólo comerá al darle la orden.

Para el siguiente paso necesitaremos la ayuda de algún amigo al que le diremos que ponga unos bocados en ciertos puntos del campo o de un camino, determinados anteriormente por nosotros. A continuación, iremos paseando por allí con nuestro perro atado. Cada vez que pasemos por el lugar donde esté la comida, si el perro tiene la intención de cogerla, le diremos el “No” dándole simultáneamente un premio que le guste mucho y de nuestra mano con la orden come y muy bien.

En el caso de que llegue a cogerla, se la haremos soltar de la boca. Siempre procuraremos que no llegue a comérsela. La prueba se repetirá hasta que el perro haga caso omiso de los bocados.

En el siguiente paso, dejaremos al perro en posición de “tumbado”. Se le acercará un desconocido dejando caer delante de el perro un trozo de comida y nosotros reaccionaremos inmediatamente premiando al perro si nos mira y no la coge, y lo felicitaremos efusívamente. Una vez superado este ejercicio, procederemos a la misma operación, sólo que ahora el desconocido invitará al perro a que coma el trozo de comida. Inmediatamente, si nos mira y no lo coge, le premiaremos. Podemos darle la aprobación también de comer de la mano si es un amigo, o si queremos que otras personas lo hagan siempre con nuestra aprobación.

Si bien al principio nos mantendremos cerca de nuestro perro, igual que en las anteriores ocasiones, iremos separándonos hasta llegar a escondernos del perro, aunque nosotros sí debemos observarlo por si fuera necesaria la corrección.

De lograr todo lo descrito en diferentes lugares, con distintos tipos de comida y con ayudantes diversos, podemos tener la certeza de que nuestro perro no comerá nunca ni de extraños ni porquerías que le puedan salir al paso. Entonces habremos conseguido nuestra meta deseada.

Puede ponerse en contacto con nosotros, si necesita asesoramiento o ayuda en el adiestramiento de su cachorro o perro adulto a no comer cosas en la calle, en el parque o de extraños. Les atenderemos inmediatamente de recibir el correo si nos escriben a: psicolmascot@gmail.com


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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