Erik Farina año 2000 |
Hay un dicho muy
común “La familia que juega unida permanece unida” esta frase
muy bien pudo inspirarse en las relaciones que unen a un perro con su
propietario. El juego está en la base de una relación sana entre
ambos. Jugar juntos puede incrementar el entendimiento y el respeto
entre ambos, y ayuda a mantener a los perros bajo control.
A pesar de ello,
pocos propietarios sacan verdadero partido el juego. De hecho, ni
siquiera enseñan a sus perros a jugar como es debido: divirtiéndose
mucho, pero siempre bajo control. Algunos piensan que jugar
con el perro significa ponerse a
cuatro patas y revolcarse con él; seguramente ambos disfrutarán
mucho, pero para el perro tal vez no sea precisamente educativa esta
actitud.
Los perros utilizan
el juego para practicar las normas sociales que rigen en la vida
real. Revolcarse con ellos puede ser sumamente divertido, pero les
enseña a saltar sobre la gente que está tendida en el suelo.
Imagine qué pasaría si un niño se cayese de un columpio y su perro
se lanzase al instante sobre él. No hay que permitir que aprendan
jugando conductas que serían malinterpretadas en otro contexto o
cuando usted no esté presente para controlar al perro.
Los Problemas con
los Juguetes
Utilizar juguetes es
una excelente forma de divertirse jugando, pero manteniendo al perro
al mismo tiempo bajo control. No obstante, algunos propietarios tiene
problemas para utilizarlos por dos motivos muy diferentes entre
sí:que su perro no se interesa en absoluto por ellos o que se
interesa tanto que, sencillamente no se lo devuelve.
Los juguetes pueden
no interesar a un perro debido a su raza o debido a experiencias del
pasado. Los Chiguaguas, por ejemplo, carecen del instinto que hace a
otros perros perseguir los objetos lanzados por su propietario y
traérselos de vuelta.
Erik Farina Año 1994 |
Por otra parte, hasta
un cobrador nato como el Labrador Retriever puede rechazarlos si las
malas experiencias le han enseñado a asociarlos con dolor físico o
reprimendas.
La obsesión por los
juguetes es un problema mucho más frecuente. Ocurre a menudo cuando
un perro ha descubierto que su buena forma física le permite vencer
a su propietario: hacerse con el juguete lanzado puede ser divertido,
pero quedarse con él y no devolverlo por mucho que se lo
pida..bueno, eso sí es una experiencia formidable.
No caiga en la
tentación de aceptar este comportamiento, porque corregirlo mejorará
sus relaciones con el perro. Conviene insistir para poder disfrutar
de largas horas de juego sano, con distintos juguetes.
Enseñarle a Jugar
Es relativamente
fácil enseñar a un perro a jugar con juguetes.
-Elija un juguete
especialmente atractivo para un perro, como un muñeco de trapo o de
tela de saco.
-Déjelo en el suelo
o agítalo en el aire en frente del perro. Normalmente éste se
acercará de inmediato a olfatearlo.
-En cuanto el perro
toque el objeto, emita el signo de aprobación elegido o haga sonar
un clicker y ofrézcale una golosina.
-Repita este
ejercicio hasta que el perro toque el juguete con el morro para
obtener el signo de aprobación y el premio.
-Ahora, espere.
Cuando el perro descubra que tocarlo no sirve ya para obtener la
aprobación y la recompensa, probablemente pruebe a hacer algo más
explícito, como agarrarlo con la boca. Tenga paciencia. En cuanto lo
agarre con la boca, signo de aprobación y premio.
Erik Farina año 1994 |
El Cobrar los
Juguetes para usted.
Tal vez su perro sepa
ya lo divertido que es perseguir y dar caza a los juguetes, pero
prefiere quedárselos para él solo en vez de traérselos a usted.
En
ese caso puede recurrir a un truco de magia infalible: el del juguete
doble.En primer lugar debe comprar dos juguetes idénticos que
atraigan mucho a su perro.
-Lleve los dos al
jardín o al parque. Arroje uno y deje al perro jugar con él durante
un par de minutos. A continuación, llámalo. Si no vuelve con el
juguete, tome el otro y lánzalo hacia arriba en el aire repetidas
veces haciendo mucho ruido pero sin prestar atención al perro.
-Normalmente los
perros acuden de inmediato a ver qué pasa, dejando caer el otro
juguete. En cuanto llegue a donde usted está, emita su señal de
aprobación, y a continuación lance el segundo juguete. Recoja
entonces el primero y repita el ejercicio. Así siempre estará usted
en posesión de uno de los dos juguetes.
-Sea cada vez más
exigente con el perro antes de emitir la señal de aprobación y
lanzar el juguete que tiene usted en su poder. Puede empezar por
pedirle que deje caer el juguete en sus pies, o que lo acerque a su
mano sin soltarlo, como condición para tomar y lanzar el segundo.
Su perro no tardará
mucho en cobrar los juguetes para usted y entregárselos de buena
gana.
Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto: psicolmascot@gmail.com
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