lunes, 15 de marzo de 2021

Etología Canina Comportamiento Social del Perro Capítulo 10

Erik Farina 2021

 

Comportamiento Social del Perro Capítulo 10


El Ladrido del Perro


El contacto acústico representa un aspecto muy interesante de la biología del perro, sobre todo por las diferencias sustanciales que muestra con respecto a su antepasado el Lobo.


Todo el mundo sabe que mientras los perros suelen ladrar con mucha frecuencia y asiduidad que los Lobos, éstos utilizan más el aullido que aquellos.


Naturalmente la explicación hay que buscarla en la influencia de la selección operada por el hombre con la domesticación, y en el hecho de que han ido desapareciendo los estímulos que desencadenan estas actividades.


Se cree normalmente que el ladrido representa una amenaza, y la gente teme de ordinario a los perros que ladran.


En el estado salvaje el significado real del ladrido es totalmente distinto. Los Lobos recurren al ladrido exclusivamente para señalar un peligro, o mejorar un factor de desorden, y sirve para llamar la atención a los miembros de la manada sobre el que llega.


Es casi siempre un ladrido sencillo, único y raramente doble, y funciona como una campanilla de alarma: los cachorros huyen enseguida hacia un refugio y los adultos se reúnen para captar la proveniencia y la entidad del desorden.


Apenas identificada la fuente los Lobos deciden cómo comportarse; o entienden que ha sido una falsa alarma y entonces reanudan sus actividades interrumpidas, o deciden atacar o escapar.


Tal comportamiento es totalmente inusual en las situaciones normales de los perros domésticos. El ladrido no es casi nunca único, sino que se transforma en una histeria perruna que implica también a los perros del contorno.


Erik Farina 2014


Seguramente tal costumbre es producto de la selección del humano que, al necesitar perros guardianes y perros centinelas, ha favorecido la reproducción de perros que ladraban más asiduamente, produciendo muchas razas que no es exagerando definir como extremadamente molestas y fastidiosas para el sentido del oído.


Seguramente el ladrido se ha reforzado también por el hecho de que el perro no puede reaccionar como lo haría en su estado salvaje, es decir, escapando o atacando, y por eso continúa ladrando.


A este propósito hay que decir que el dicho que afirma “Perro ladrador poco mordedor”, es en parte verdadero. En efecto, si un perro que tienen la posibilidad de atacar y que ya está cerca de vosotros, sigue con sus ladridos, significa que tiene miedo de acometer, y os podéis alejar sin temor.


Todas las veces que he visto en los domicilios a los perros ladrando, ha sido sólo una advertencia y luego ha venido el ataque. El posible mordisco que ustedes puedan recibir de un perro lo mas seguro que lo haga sin ladrar, con un simple gruñido se lanzará a morder.


Una prueba de que la característica del ladrido es obra de la selección del humano está en los perros de caza que por necesidad deben ladrar mucho menos pues de lo contrario harían huir a la presa.


También los Basenji, perros salvajes africanos, ladran muy poco, lo que prueba que el ladrido es contraproducente en el estado salvaje ya que puede atraer a los depredadores, hoy en día una raza bien consolidada en los hogares que se selecciona porque no suele ladrar.


CAPÍTULO 11


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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