El Ayuntamiento mantendrá los espacios que habilitó hace un año para el disfrute de los animales tras el «éxito» del programa piloto
Los más de 25.000 perros censados en la capital vizcaína podrán seguir correteando a sus anchas por los parques que ya son su territorio desde el anochecer. El Ayuntamiento de Bilbao les cederá para siempre la parcela de libertad provisional que conquistaron en marzo de 2011.
Entonces, en colaboración con las asociaciones que integran la Plataforma Animalista, habilitó como campo de pruebas 60.000 metros cuadrados en nueve parques de la villa para que pudiesen estirar las patas sin las ataduras que impone la reglamentaria correa. El proyecto piloto hizo las delicias de los cánidos bilbaínos, que hasta entonces debían conformarse con un fugaz paseo para hacer sus necesidades o con aguardar una esporádica escapada al monte para desahogarse.
Ahora, un año después, los responsables municipales han realizado un buen balance. Tanto los perros como sus propietarios, así como los vecinos sin mascotas, han presumido de paciencia y respeto mutuo. Por ello, los parques de Doña Casilda, Etxebarria, Europa, Miribilla, Sarriko, Amezola, Eskurtze, Zorroza y La Peña, en los que se instalaron paneles informativos y más papeleras con bolsas, se mantendrán como territorio canino de forma indefinida.
Los espacios se escogieron al ser ubicaciones alejadas de juegos infantiles, recintos deportivos o zonas de paso habitual, y suman una superficie equivalente a seis campos de fútbol.
Eso sí, los animales podrán andar sueltos sólo en el horario permitido: de 7 de la tarde a 11 de la mañana en invierno y de 8 de la tarde a 11 de la mañana en verano. Los perros de razas potencialmente peligrosas, por el contrario, no podrán andar sueltos por estas zonas, y deberán llevar bozal. Aunque satisfechos por la buena acogida de la iniciativa, los responsables municipales recuerdan que, durante las horas de utilización de los parques, deberán estar s iempre bajo el control de sus dueños, que habrán de cumplir escrupulosamente la ordenanza de limpieza urbana.
Una norma que considera muy grave no recoger las heces caninas y que castiga esta falta de civismo con multas de entre 751 y 1.500 euros. Además, los perros deberán acompañar atados a sus dueños fuera del horario estipulado, lo mismo que en el resto de la ciudad. Las apreturas económicas impedirán, de momento, que el Consistorio extienda estos espacios. Aunque éste era el objetivo inicial del proyecto, se han desestimado las peticiones por el plan de austeridad municipal, según explicó un portavoz del Consistorio.
Los más de 25.000 perros censados en la capital vizcaína podrán seguir correteando a sus anchas por los parques que ya son su territorio desde el anochecer. El Ayuntamiento de Bilbao les cederá para siempre la parcela de libertad provisional que conquistaron en marzo de 2011.
Entonces, en colaboración con las asociaciones que integran la Plataforma Animalista, habilitó como campo de pruebas 60.000 metros cuadrados en nueve parques de la villa para que pudiesen estirar las patas sin las ataduras que impone la reglamentaria correa. El proyecto piloto hizo las delicias de los cánidos bilbaínos, que hasta entonces debían conformarse con un fugaz paseo para hacer sus necesidades o con aguardar una esporádica escapada al monte para desahogarse.
Ahora, un año después, los responsables municipales han realizado un buen balance. Tanto los perros como sus propietarios, así como los vecinos sin mascotas, han presumido de paciencia y respeto mutuo. Por ello, los parques de Doña Casilda, Etxebarria, Europa, Miribilla, Sarriko, Amezola, Eskurtze, Zorroza y La Peña, en los que se instalaron paneles informativos y más papeleras con bolsas, se mantendrán como territorio canino de forma indefinida.
Los espacios se escogieron al ser ubicaciones alejadas de juegos infantiles, recintos deportivos o zonas de paso habitual, y suman una superficie equivalente a seis campos de fútbol.
Eso sí, los animales podrán andar sueltos sólo en el horario permitido: de 7 de la tarde a 11 de la mañana en invierno y de 8 de la tarde a 11 de la mañana en verano. Los perros de razas potencialmente peligrosas, por el contrario, no podrán andar sueltos por estas zonas, y deberán llevar bozal. Aunque satisfechos por la buena acogida de la iniciativa, los responsables municipales recuerdan que, durante las horas de utilización de los parques, deberán estar s iempre bajo el control de sus dueños, que habrán de cumplir escrupulosamente la ordenanza de limpieza urbana.
Una norma que considera muy grave no recoger las heces caninas y que castiga esta falta de civismo con multas de entre 751 y 1.500 euros. Además, los perros deberán acompañar atados a sus dueños fuera del horario estipulado, lo mismo que en el resto de la ciudad. Las apreturas económicas impedirán, de momento, que el Consistorio extienda estos espacios. Aunque éste era el objetivo inicial del proyecto, se han desestimado las peticiones por el plan de austeridad municipal, según explicó un portavoz del Consistorio.