martes, 6 de agosto de 2013

Los Perros De Trabajo como Mascota

Erik Farina año 2013
A lo largo de la historia, los perros han realizado muy diversos trabajos para el hombre. Muchas razas incluidas en este grupo datan de los tiempos en que los perros se utilizan como guardianes de los asentamientos, animales de tiro o arma militar. Los molosos (antepasados del Mastín) llevan muchos milenios al servicio del hombre. Desde hace 10.000 años sus descendientes defienden nuestros rebaños de los osos y los lobos. Por su parte, los perros de pastor propiamente dichos son tan antiguos como la ganadería.

Los Subgrupos

La protección y conducción del ganado ovino y bovino ha producido tantas razas caninas y tanta especialización en las tareas que el 1 de Enero de 1999, en el Reino Unido, se decidió clasificar a los perros de pastor como un grupo independiente. Ya en 1983, el Kennel Club Americano había declarado independiente el subgrupo de los perros de pastor, que a su vez puede dividirse en muchas ramas como veremos después de mencionar algunos ejemplos de perros de trabajo no utilizados nunca en la protección del ganado o el pastoreo propiamente dicho.

Los Perros de Trabajo

Típico ejemplo de perro de trabajo es el de tiro, como los Husky Siberiano y los Alaska Malamute, que se utilizaban para arrastrar pesados cargamentos en trineo en condiciones de extrema peligrosidad. Menos típicos son los perros de pescador, como el Perro de Aguas Portugués, por ejemplo, que se utilizaba para recuperar las redes que los pescadores habían soltado al agua.

Otro tipo famoso son los perros San Bernardo, que buscaban a los viajeros perdidos entre la nieve y los reavivaba con el brandy que transportaba en el barrilito que llevaba colgado de cuello. Otros antiguos trabajos como la guarda y protección siguen acomodándose a los perros hoy en día; el Dobermann Pinscher, excelente perro guardián en el pasado, sigue desempeñando esas funciones con la misma eficacia en la actualidad.

Los Perros de Pastor

Las razas de los perros de pastor podrían dividirse en varios subgrupos, dependiendo de la tarea que tuviera que realizar (proteger o conducir el ganado) y del tipo de ganado que tuvieran a su cargo (ovejas o vacas), ya que ambos factores influyeron de forma decisiva en el aspecto y el carácter de los perros.

Los Boyeros, por ejemplo, conducían a las reses mordiendo en el calcañar a cualquiera que se quedase rezagada, por lo que a menudo eran cortos de patas, como el Corgi Galés, lo que les permitía esquivar mejor las coces. También debían traer de vuelta cualquier res despistada, y la iniciativa y autonomía necesarias para realizar estas tareas han marcado su carácter. Otros Boyeros notables son el Lancashire Heeler, el Boyero Australiano y el Vallhund Sueco.

Algunos perros de pastor descienden de primitivos ovejeros procedentes del norte o el este de Europa que originariamente trabajaron con renos. Entre los ovejeros habría que distinguir dos grandes grupos: los encargados de proteger a los rebaños de ladrones y fieras, y los pastores propiamente dichos.

Los primeros debían ser corpulentos y fuertes para enfrentarse a tan feroces predadores. Como a menudo trabajaban en zonas montañosas y agrestes, debían ser rústicos y poseer un pelaje a prueba de inclemencias, ya que el clima era extremadamente duro en cualquier época del año. Su autonomía con respecto al pastor los obligaba a tener iniciativa y a cumplir su cometido por puro instinto.

Otro rasgo importante de su carácter era la lealtad incondicional, ya que de lo contrario el hambre podría inducirlos a devorar el mismo ganado que estaban custodiando. Debían ser animales tan fiables que el ganadero pudiese dejar los rebaños a su cargo con la seguridad de que se dejarían morir de hambre antes de atacar a una de sus ovejas o corderos.


A diferencia de los perros protectores, los perros conductores o de pastor propiamente dichos trabajaban en estrecha colaboración con su amo, obedeciendo fielmente sus órdenes. A eso se debe que en la actualidad se identifiquen tanto con los propietarios y sientan un deseo natural de complacer. Por otra parte, debían ser menos rudos de modales que los Boyeros, ya que las ovejas no son ni tan duras ni tan fuertes como las vacas y un fuerte mordisco podía causarles verdaderas lesiones.

Algunos granjeros necesitaban perros de pastor que pudieran al mismo tiempo proteger los rebaños y cruzaron sus ovejeros con guardianes de ganado o Mastines para obtener pastores protectores. Muchas regiones desarrollaron a través de la historia el tipo de pastor que mejor se ajustaba a sus necesidades: Francia produjo, por ejemplo, el Pastor de Brie; Bélgica los cuatro Pastores Belgas; Alemania, el Pastor Alemán; Inglaterra, el Bobtail; Escocia, el Collie; las Islas Shetland, el Sheltie, por citar sólo algunos ejemplos.

Los Perros de Trabajo Como Mascota

Tanto los perros de pastor como los de trabajo propiamente dichos son con frecuencia corpulentos, fuertes y vigorosos, además de muy inteligentes. Todas estas virtudes juntas llegan a ser un problema, ya que realmente necesitan ejercitar sus músculos y su cerebro. Si no se canaliza de otro modo su talento, un perro de pastor puede acabar considerando a los ciclistas y las personas que corren en el parque como cabezas de ganado descarriadas y actuar en consecuencia.

En contrapartida, estos perros suelen identificarse plenamente con sus amos y ser sumamente leales. Muchas razas, sobre todo de ovejeros, descuellan de manera muy especial en los concursos de Agility y obediencia.

Los perros de pastor y de trabajo también suelen tener el manto muy espeso, ya que con frecuencia trabajaban a la intemperie sufriendo toda clase de inclemencias, y su capa no da poco trabajo a sus propietarios actuales. Si usted se horroriza al ver huellas de patas por el suelo o pelos en la alfombra, tal vez no le convenga como mascota un perro de ninguna de estás razas.


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

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