Adiestrar un perro para el
rastro puede resultar útil en muchos casos. Pues el perro será
capaz de contribuir eficazmente en la búsqueda de una persona que se
haya perdido o de un malhechor, o encontrar un objeto perdido por su
amo..
El Cuándo del Aprendizaje
Seguir
el rastro es un excelente ejercicio que se puede practicar desde que
el perro es muy pequeño y a lo largo de toda su vida. Por lo
general, a los perros jóvenes les gusta rastrear, para lo cual no
sólo hace falta olfato sino también dedicación e inteligencia sin
que ello suponga un gran esfuerzo físico.
La
mejor edad para empezar el aprendizaje del rastreo es entre los 3 y
los 6 meses. La práctica del rastreo se podrá iniciar muy pronto,
al mismo tiempo que se le educa para que acuda cuando se le llame y
se le acostumbra a andar cogido de la correa. Por el contrario, el
adiestramiento para morder habrá que empezarlo más tarde ya que el
perro podría confundir la búsqueda de una persona con la
persecución de un agresor y mordería o atacaría sin distinguir
entre uno y otro.
Al
comienzo, habrá que tener un ayudante que cogerá el perro cuando
éste busque al amo y después hará el papel de trazador. Claro está
que habrá que hacerle repetir al perro los diversos ejercicios hasta
que ejecute perfectamente cada uno de ellos y así no habrá
fracasos.
El Cómo del Aprendizaje
Primeros Pasos
Cuando
el cachorro tiene 3 meses, se empieza por hacerle buscar libremente
en un radio de cincuenta metros. El dueño le coge una delantera de 5
metros y se esconde detrás de un matorral llamando al perro que
entonces intentará liberarse de la persona que lo tiene atado
(persona que el perro no debe conocer porque entonces se sentirá
demasiado seguro).
Después,
el dueño se aleja unos 45 metros arrastrando los pies para señalar
el rastro y se esconde detrás de cualquier obstáculo. Entonces, el
ayudante dejará moverse al perro, sin soltar la correa: el perro le
dará la vuelta al primer matorral y buscará al dueño olfateando;
en cuanto ponga la nariz en el suelo y empiece a seguir el rastro,
habrá que soltarlo para permitirle que encuentre al dueño. Y éste
lo felicitará efusivamente con caricias y palabras de aliento.
A
continuación se repetirá el ejercicio en lugares diferentes
aumentando progresivamente la longitud de la pista y el tiempo de
espera antes de soltar el perro. Cuando éste haya comprendido bien
el ejercicio, “trabajará” con un pequeño arnés y una correa
delgada que no lo frene.
A
los 6 meses, el perro podrá dedicarse a buscar un objeto que el
dueño haya dejado (que así habrá quedado impregnado su olor) con
regreso por la misma pista, que por eso se llama pista recta doble.
Antes habrá aprendido a coger y entregar los objetos lanzados.
El
dueño hará que el perro se tumbe y le presentará el objeto que
tenga que ir a buscar, después de lo cual lo llevará detrás de un
obstáculo ordenándole “túmbate”, “quieto”. Entonces cogerá
el objeto y, trazando bien la pista con los pies, irá más lejos a
dejarlo y esconderlo.
El
perro estará al principio de la pista en posición tumbado. Deberá
partir a la orden “busca”. Una vez que haya traído el objeto
deberá entregarlo a la orden “da”. Entonces se le felicitará
como se merece.
A
continuación se hará el mismo ejercicio con un regreso que haga un
gran rodeo, pista recta simple, y después con una pista compleja que
incluya varias vueltas (en la que el perro buscará siempre el objeto
que el dueño haya depositado).
Estos
diferentes ejercicios se podrán repetir hasta que el perro tenga un
año, y a partir de entonces se complicará el adiestramiento.
Cada Vez Más Dificil
Desde
ese momento, el perro podrá dedicarse a buscar personas que no sean
el dueño, primero en pistas rectas simples, y después, buscar
objetos depositados por un extraño, en cuyo caso el perro trabajará
con el dueño.
Una vez que estos ejercicios hayan
sido bien comprendidos y se ejecuten de forma casi automática, es
decir, sin tener que ordenarlos, se podrán trazar pistas con
vueltas, pistas en ángulo recto y pistas que combinen esos distintos
trazados.
También se podrá adiestrar al
perro para que recoja varios objetos colocados en medio de una pista
recta o en un ángulo. A cada orden “da” el dueño meterá el
objeto en el bolsillo y hará que el perro se lance a las órdenes
“busca” y “trae”.
Más adelante, se podrá incluir el
descubrimiento del trazador al final de la pista, es decir, que
después de haber encontrado el objeto depositado por un extraño y
haberlo entregado (eventualmente a los pies del dueño, sentado o de
pie), el perro deberá seguir de nuevo la pista y descubrir al que ha
depositado el objeto poniéndose delante de él y ladrándole una
vez, pero sin morderle.
A continuación se aumentará la
longitud de la pista y el tiempo de espera antes de la salida, con
los mismos ejercicios que hasta ahora.
¿Persona Extraviada o Individuo
Sospechoso?
Después,
el perro aprenderá a actuar en función de que la persona por
encontrar sea amiga o indeseable. En todo caso, habrá que tener en
cuenta que el indeseable puede adoptar una actitud amistosa para
engañar al perro y que un paseante que se haya extraviado puede
sentir miedo y reaccionar huyendo o defendiéndose.
Por
tanto, habrá que adiestrar al perro para que tome alternativamente
tal o cual actitud de acuerdo con el comportamiento de su amo; en un
caso, éste estrechará la mano de la persona extraviada y le hablará
amistosamente, y en el otro, cacheará al indeseable y le hablará en
un tono más seco.
En
el rastreo a distancia y en razón de la ausencia del dueño cuando
se produce el descubrimiento de la persona, habrá que adiestrar al
perro para que inmovilice al individuo sin atacarlo ni morderlo y
ladre para indicar su presencia hasta que el dueño decida qué
actitud habrá de adoptar el perro.
Para
los perros que no tengan acometividad o les inspire miedo el bastón,
habrá que limitarse a la búsqueda de objetos, incluso en concursos.
En todo caso, el perro habrá de estar acostumbrado al ruido de los
disparos ya que el comienzo de cada prueba se señala con un tiro.
A
continuación vendrá la introducción de pistas falsas, es decir, de
pistas que el trazador interrumpe volviendo sobre sus pasos: también
el perro habrá de retroceder al final de la pista falsa para seguir
por la pista principal y continuar su trabajo.
El Rastreador de Élite
Si
el perro presenta una aptitud especial para el rastro o si quiere
presentarlo en competiciones y concursos, se podrán ir complicando
cada vez más los ejercicios.
Éstos
podrán consistir en que el animal descubra al trazador en un grupo
de personas, hacer el ejercicio de noche o recorrer una pista fría,
es decir, que lleve una hora por lo menos remontarla, ejercicios
todos ellos que reproducen las condiciones especiales del rastreo de
policía o las que se encuentran en los concursos de rastreo.
El
dueño podrá también, tanto por razones profesionales como por mera
afición (suya y del perro) adiestrar al animal para rastreo en
terrenos accidentados, campos, pastos de ganado o de venados, lugares
públicos o ruidosos, etc.
La
vida del perro está centrada en el olfato (relaciones con otros
perros, comida, caza, juegos, etc.), y resulta muy agradable
potenciar la aptitud natural que tiene el perro para el rastreo,
aunque no se tenga intención de dedicarlo a la competición. En
cualquier caso, quien quiera convenir su perro en un verdadero
rastreador habrá de dedicarle mucho tiempo y paciencia.
Copyright © Psicolmascot. Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
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