viernes, 8 de octubre de 2021

El Aseo y La Salud del Perro - Parte 2


El Aseo y La Salud del Perro - Parte 2
 

Las Inspecciones


Los dueños escrupulosos dedican unos minutos cada semana a inspeccionar el estado de varias partes del cuerpo del perro. Por ejemplo, miran si hay que vaciar las glándulas anales; algunos perros lo necesitan con frecuencia. Los dueños pueden aprender a hacerlo, es muy sencillo, pero como es un poco desagradable, prefieren que lo haga el veterinario o la persona entendida que hace la limpieza general del perro, su peluquero.


El chequeo semanal de las uñas del perro, asegura que no crezcan tanto que puedan romperse ni que se encorven, como si fueran los cuernos de un ciervo, y se les meta en la carne. Vigile el espolón que los perros tienen en la parte interior de las patas, a unos centímetros del suelo.


Como estos espolones no están en contacto con el suelo, no sufren ningún desgaste. Pocas veces hay que cortar las uñas a los perros activos.


Los restos de comida que se le quedan entre los dientes se les limpia con cepillos especiales para los perros y su pasta dental, conviene limpiarle muy bien luego la boca, es donde cogen las enfermedades. Si los dientes tienen mucho sarro, se ha de recurrir al veterinario para que le haga una limpieza profunda bajo anestesia.


Mire todas las semanas las orejas del perro, pero no intente pasar más allá de la parte externa. No instile gotas si no lo ha recomendado el veterinario. Hay productos especiales para las orejas para ayudarle a ablandar la cera.


Los ojos no suelen requerir ningún cuidado, a menos que se lo sugiera su veterinario. Hay razas de perros que lagrimean mucho y es necesario limpiarles la zona. Limpie las lágrimas secas con un algodón empapado de un producto especial para los ojos del perro.


Finalmente, utilice unas tijeras curvas para recortar el pelo, en especial en las plantas de las pies, entre las almohadillas. Un perro bien cuidado, esta más feliz y es una alegría y satisfacción para el dueño.





La Salud del Perro


En general los perros disfrutan de buena salud; pero como es natural, pueden sufrir accidentes y lesiones, y algunas razas muestran algunos problemas específicos. Estos problemas pueden ser de respiración como en los braquicéfalos, ejemplo; el Carlino, el Bulldog Frances, el Bulldog Ingles etc. Los que tienen tendencia a la cojera como las razas grandes, enfermedades del corazón y también se sabe que algunas razas transmiten enfermedades hereditarias.


Antes de adquirir un perro consulte con su criador o veterinario sobre todos estos riesgos. También se habría de llevar al cachorro a un chequeo a los pocos días de haberlo adquirido, o incluso, o adquirirlo solo en caso de que esté libre de desórdenes congénitos. Estos desórdenes pueden ser de nacimiento y no hereditarios.


Se puede descubrir y remediar muchos defectos o desórdenes de los cachorros. Pero algunas dolencias, tal vez hereditarias, no son diagnosticables cuando es un cachorro muy joven. Por ejemplo, el perro ha de tener por lo menos seis meses para que se puedan apreciar síntomas de atrofia progresiva de retina y displasia de la cadera. Se disminuye el riesgo si se trata de un criador reconocido y de prestigio.




Las Vacunas


Siempre que sea posible, es mejor prevenir que curar. Hace muchos años que existen vacunas exentas de efectos secundarios que protegen contra enfermedades como el moquillo o la hepatitis infecciosa canina. Con las vacunas también se previenen dos formas de enfermedades del riñón y del hígado; la leptospirosis icterohemorrágica y la leptospirosis canina. Se considera a la primera como peligrosa para la salud pública porque se transmite a los humanos; todos los perros han de ser vacunados contra ella.


En todos los países donde existe la rabia se ha de vacunar al perro por el bien del perro y de la familia. En algunos países no hay no hay rabia, en caso de duda, consulte a un veterinario para que le aconseje las vacunas necesarias según donde viva.


Usualmente las vacunas contra el moquillo, la hepatitis y la leptospirosis (DHL) se administran a las nueve o diez semanas en dos inyecciones, con intervalo de dos a tres semanas, para que la protección sea total. Puesto que la inmunidad que ofrece la vacuna se atenúa, el veterinario indicará cuándo han de administrarse las vacunas secundarias. Suelen darse una vez al año, se puede aprovechar la ocasión para hacer un chequeo, como las lombrices o escarias, la tenia, la anquilostoma, el gusano látigo, y el gusano del corazón.


El muy común ascaris o lombriz del perro (Toxocara Canis) representa un grave riesgo para algunas comunidades; un perro infectado puede evacuar los huevos pegajosos de este gusano. Los preparados contra los ascaris no son caros, se los administra su veterinario. Se recomienda la administración de estos preparados cuando el perro está en contacto con los niños; al mismo tiempo se mantiene una higiene razonable retirando los excrementos. Las dosis de estas pastillas se administra dependiendo del peso del perro.


Los momentos de más riesgo son cuando la perra aun no ha parido, cuando amamanta y cuando los cachorros son de muy corta edad. En estos casos los veterinarios recomiendan que se administren las pastillas cada dos semanas. En otros casos, se considera que una vez cada tres o seis meses es suficiente.


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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