Erik Farina |
La Navidad puede ser peligrosa para los perros si no se toman las precauciones necesarias. Los riesgos más frecuentes para los perros son las intoxicaciones, los cortes y las electrocuciones. Como parte de nuestra familia, debemos proteger a nuestro perro de los siguientes alimentos, bebidas, plantas y adornos.
Los adornos de Navidad, el Árbol y las Plantas
El hecho de que toda la familia participe en la colocación de llamativos objetos en un árbol puede ser interpretado por un perro joven, activo o juguetón como una actividad divertida, en la que participar. Esto conlleva un riesgo y es que el perro puede ingerir los adornos de Navidad.
Los perros, sobre todo si son cachorros, se caracterizan por ser curiosos con los brillantes y coloridos adornos de Navidad. Sin supervisión, no es extraño que el animal aproveche para olisquear los adornos y mordisquear los cables, el espumillón o las bolas.
Algunos adornos de Navidad pueden tener filos cortantes y, si se rompen, pueden provocar cortes y heridas. Hay que evitar este tipo de decoración navideña, que no solo pondrá en riesgo a los animales, sino también a los niños de la casa.
Otra forma de evitar accidentes es impedir el acceso del perro a la zona donde se encuentra el árbol de Navidad. Para ello, se puede utilizar una malla. Se debe atar el árbol al techo, para evitar que se caiga al suelo y sea peor para su perro, o le caiga a un niño pequeño.
Las luces son uno de los adornos navideños más típicos y presentes en muchos hogares españoles. Sin embargo, son un reclamo peligroso para los perros, ya que precisan electricidad y un mordisco en un cable puede suponer una descarga eléctrica para el perro, que le puede provocar quemaduras.
La desconexión de los adornos lumínicos cuando el perro está solo en casa es la forma de evitar accidentes. También se puede camuflar el cable bajo una alfombra para evitar que el perro lo mordisquee. Se le puede untar a los cables con pimienta, con guindilla o tabasco u otra cosa que haga repeler a su perro.
Algunas plantas como el abeto o la llamada flor de Pascua (Poinsettia) conforman una parte importante de las tradiciones de estas fiestas. Pero hay que tener mucha precaución con los perros cuando estas plantas entran en casa.
Y es que, si la ingieren, "la flor de Pascua resulta venenosa para los perros y los gatos", por lo que esta planta se debe mantener fuera del alcance del animal si no queremos que se intoxique y vomite.
Si el árbol de Navidad es un abeto o contiene acículas afiladas, constituye otro riesgo y debe estar bien sujeto para evitar caídas. Si es natural, habrá que tener precaución para que el perro no beba agua de la maceta. Puede contener productos insecticidas que resulten tóxicos para el can. Las hojas, además, son como agujas. Si el perro las ingiere, le pueden provocar una perforación intestinal. No son las únicas plantas peligrosas: el Lirio y la Adelfa también son perjudiciales.
Ciertos regalos, como los teléfono móviles, suelen llamar la atención de algunos perros, hasta el punto de destrozarlos con sus dientes y tragarse los componentes.
Por este motivo, en Navidad, al igual que durante el resto del año, conviene no dejarlos al alcance de los perros, ya que les llama mucho la atención.
Diciembre es uno de los meses más fríos del año. La calefacción a pleno rendimiento en las casas, junto con los paseos al aire libre, supone contrastes de temperatura que pueden provocar que enferme su perro.
Por otro lado, el hielo puede provocar heridas en las almohadillas del perro, entre sus dedos. Si se va a dar un largo paseo con él, conviene protegerle las patas con unos calcetines, unas botitas o aplicar vaselina entre sus dedos y almohadillas, que forme una barrera frente al hielo.
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Los alimentos, los dulces y las sobras.
Las intoxicaciones provocadas por los alimentos perjudiciales para la salud del perro, como el cordero o el chocolate, suponen otro peligro navideño. La ingesta de carne y huesos de cordero provoca en el can problemas gastrointestinales. No digiere con facilidad la grasa de esta carne. Por otro lado, uno de los componentes del chocolate, la teobromina, resulta tóxico para el perro.
El chocolate es un dulce muy presente en los turrones y otros dulces navideños. Sin embargo, no es nada recomendable para los perros. Contiene una sustancia llamada teobromina, que resulta tóxica para los perros. Tanto es así, que la ingestión de 100 gramos de chocolate negro tendría graves consecuencias para la salud de un perro de 15 kilos.
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
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