Erik Farina 2014 |
Después de los primeros ejercicios vienen las maniobras esenciales que el perro de pastor debe ejecutar a la perfección.
Reunir:
Esta maniobra es sin duda la que más se pide, he aquí cómo se ha de ejecutar. Se lleva al perro con la correa de 5 a 15 metros cerca de las ovejas. Se le ordena varias veces: “Roc, derecha, trae” y después se le acompaña repitiendo la orden. Si el animal se muestra demasiado fogoso, se le frena con la correa diciéndole a menudo “Roc, despacio”.
En cuanto el rebaño se haya reagrupado lo suficiente, desde el sitio en que se esté, se para el perro con un enérgico: “Roc, quieto” y se le lleva al punto de partida: “Roc, aquí”. Después se hace que el perro ejecute el ejercicio sin correa, aprovechando el momento en que las ovejas estén bien agrupadas.
Retroceder:
En cuanto el perro haya partido, se le frena con varios “Roc, despacio”. Si tiene tendencia a meterse en medio de las ovejas o a empujarlas demasiado, se le ordena: “Roc, atrás” y se interpone uno con los brazos y el bastón levantados entre el perro y las ovejas. Se le hace retroceder unos 15 metros. Se hace que se tumbe y después, alternativamente, se le hace avanzar 2 o 3 metros y tumbarse varias veces y se le para definitivamente a unos 5 metros del rebaño.
Después se vuelve a repetir el ejercicio según las circunstancias. La orden “Roc, atrás” debe ser enérgica, pues, por lo general, el perro que empuja las ovejas es vigoroso y pone todo su empeño en el trabajo; y esta actitud puede originar atropellos y molestias para el ganado que pace y, en todo caso, un desplazamiento demasiado rápido del rebaño.
Mantener Agrupado:
Este ejercicio le permite al pastor vigilar de cerca un grupo de animales, y llegado el caso, coger una oveja para curarla. Cuando el perro haya agrupado el rebaño, no se le hace venir donde está uno. Se le ordena: “Roc, quieto ahí o tumbado”. Debe mantenerse a distancia del rebaño, atento para que no se muevan las ovejas.
En cuanto las ovejas están tranquilas, se le hace tumbarse; y después se le pone al trabajo de nuevo. En caso necesario, alternar varias veces el ejercicio de agrupamiento y el tumbarse. Para facilitar la inmovilización del rebaño, conviene utilizar al principio un ángulo del redil, el borde de un vallado o la orilla de un talud para que las ovejas no intenten escaparse. Así, el perro sólo tendrá que cuidar un semicírculo. Si no hay obstáculos, el perro estará en el lado opuesto al pastor.
Detener:
Cuando el ganado vaya a cruzar la carretera, el perro debe poder pararlas, hacer que se queden quietas o que retrocedan. En el desplazamiento por un camino bordeado de vallas o cercas, haga que se paren las ovejas ordenando al perro: “Roc, quieto”; después se le incita a que detenga e inmovilice el rebaño durante unos instantes.
Se repite el ejercicio varias veces y después se hace que el perro lo haga solo mientras los dos van al mismo paso a uno de los lados del rebaño en marcha. En un momento dado se le ordena “Roc, quieto” al mismo tiempo que uno se va hacia adelante rápidamente. Incluso se le puede incitar al perro a que se muestre agresivo procurando en todo caso que no muerda. Con las ovejas paradas se le ordena: “Roc, quieto”.
Liberar el Paso:
Para eso basta con un “Roc, aquí” para hacer que venga el perro y mantenerlo al lado de uno, o dejarle que se adelante unos pasos poniéndose a la altura de las primeras ovejas, sin adelantarlas.
Hacer Retroceder las Ovejas:
Esperar a que las ovejas están tranquilas y no se empujen unas a otras. Quedarse detrás del rebaño, y después llamar a las ovejas al mismo tiempo que se le ordena al perro: “Roc, empuja”.
Se repite la orden incitando al perro a echar hacia atrás al grupo de cabeza (empujando con el hocico y ladrando) y a quedarse después delante del rebaño hasta que éste se vuelva atrás. Entonces, el perro se pondrá a un lado o de nuevo en cabeza del rebaño con el pastor.
Separación de un Rebaño: Se trata de un ejercicio de final de adiestramiento pues esta maniobra es contraria al instinto del perro, y por lo demás, le está prohibida normalmente. Sin embargo, tal maniobra es necesaria cuando se quiere atrapar un animal en medio de un gran rebaño.
Para empezar, se despliega el rebaño, tras lo cual uno lo bordea por un lado y el perro por el otro, procurando que siempre vaya “de frente” con respecto a uno. Cuando las ovejas se separan un poco dejando espacio, se llama al asistente: “Roc, aquí”. Su paso terminará la separación.
Hacer Presa Sin Morder
Un perro de pastor que muerde sin necesidad es perjudicial pero el que es tímido y nunca acosa al ganado resulta ineficaz en muchas circunstancias; por ejemplo, cuando se trata de canalizar el rebaño por un paso estrecho entre cultivos que se pueden estropear, o de pasar al lado de un rebaño de moruecos, etc.. Lo indicado entonces es un golpe con la boca sin apretar ni morder, sólo cuando sea necesario o se le ordena al perro.
¿Donde se debe hacer la presa?
-En el cuello: este ejercicio se puede practicar con ovejas adultas si el perro aprieta demasiado; esa presa puede dejar marcas en las ovejas equilibradas.
-En los corvejones: ésta es la presa que se recomienda, y debe hacerse rozando con el hocico para que no se dañe la ubre de la oveja ni la cola cuando sea larga.
-Zonas del cuerpo que el perro no debe pellizcar ni morder: -La parte inferior del hombro pues se podría desprender, la cabeza, las orejas y la pierna.
Cómo enseñar al perro esa práctica:
-Este ejercicio, que se ha de realizar sólo con perros que se dominan bien, no debe hacerse a diario ni con las mismas ovejas cada vez.
-Se utiliza una oveja, sujeta por un ayudante que protege las zonas que no se pueden tocar. Al perro sujeto por la correa se le excita literalmente para que agarre la oveja, se le deja que haga una presa suave en el lugar permitido, y se le detiene con un enérgico “quieto ya”. Repetir el ejercicio con el perro sujeto por la correa en una correa de unos 15 m en el que se habrán metido 5 o 6 ovejas grandes que se muevan. Entonces se trata de dominar al perro autorizándole a hacer presa sólo en el lugar que se le indique. Y enseguida se le hace soltarla. Hay que recompensarlo cuando lo hace bien.
Continua capítulo 3
Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
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