domingo, 11 de diciembre de 2011

La política, en contra del lobo mexicano en el suroeste de EEUU

REFUGIO NACIONAL DE LA VIDA SILVESTRE SEVILLETA, Nuevo México, EE.UU. (AP) — En el centro de la pradera de Nuevo México hay un cañón estrecho en el borde de la Cordillera de Los Pinos, que es el sitio donde se basan los esfuerzos del gobierno estadounidense para devolver al lobo gris mexicano, en peligro de extinción, a su medio natural en el suroeste del país.

Aquí, detrás de un laberinto de cercas y puertas hay una veintena de lobos, muchos de los cuales podrían ser liberados, pero hay varios obstáculos en su contra. En primer lugar, la política. Luego, un estricto conjunto de requisitos para la composición genética y la ubicación correctas.

"Cada lobo mexicano tiene la oportunidad de ir a la naturaleza. Ese es el propósito de todos los animales en cautiverio", dijo Susan Dicks, una bióloga y veterinaria del Servicio de Pesca y Fauna de Estados Unidos.

"A veces, todos estamos listos para una liberación y luego, políticamente hablando, las estrellas no se alinean", dijo. "Eso puede significar años de trabajo".

Dicks, junto con un equipo de biólogos, voluntarios y estudiantes, trabaja en el centro de manejo de lobos en el Refugio Nacional Sevilleta. Su misión era capturar cuatro lobas, vacunarlas y hacerles un examen rápido de salud.

Esperan el día en el que podrán liberar a su medio natural más animales criados en cautiverio para aumentar una población que ha decaído en la última década debido a batallas judiciales, caza furtiva, obstáculos de gestión y disputas entre ganaderos y ecologistas.

En los últimos cinco años ha habido más de una decena de transferencias de lobos alrededor de la zona de reintroducción, que abarca millones de hectáreas boscosas de Arizona y Nuevo México, pero sólo una vez en ese tiempo los funcionarios de vida silvestre pudieron liberar un lobo criado como parte del programa. Eso fue en 2008.

La falta de variedad genética en la naturaleza es lo que preocupa a los partidarios del programa.

El lobo mexicano, una subespecie del lobo gris, fue añadido a la lista federal de especies en peligro de extinción en 1976, después de haber sido casi eliminado debido a la caza y una campaña de exterminio patrocinada por el gobierno.

Las autoridades federales iniciaron su esfuerzo de reintroducción en 1998 a lo largo de los límites estatales entre Nuevo México y Arizona, con la liberación de 11 lobos. Los biólogos esperaban tener más de 100 lobos en su hábitat natural en 2006, pero el número sigue rondando los 50.

El golpe más reciente al programa fue una votación a principios de este mes en la que la Comisión de Caza y Pesca de Arizona decidió no apoyar la liberación de lobos criados hasta que el gobierno federal renueve su viejo plan de recuperación de la especie, de varias décadas.

Podría pasar otro año antes de que se conozca el proyecto del nuevo plan, así que la perspectiva de no haya nuevas liberaciones preocupa a simpatizantes como Eva Sargent, del grupo Defenders of Wildlife (Defensores de la Vida Silvestre).

"La población (de lobos) no podrá sobrevivir sin las liberaciones. Es muy baja en este momento y ya sufre de endogamia, debido a que hay pocos fundadores", dijo. "Sin duda, si no hay nuevas liberaciones, la población va a comenzar otra vez una tendencia a la baja y no podemos permitirnos ese lujo cuando sólo se tienen 50 animales". Susan Montoya Bryan en Twitter: www.twitter.com/susanmbryanNM