La congelación es el daño que se produce cuando los tejidos, que están hecho principalmente de agua, están expuestos a temperaturas muy frías. El agua se expande cuando se congela, por lo que los cristales de hielo potencialmente pueden causar daños irreparables a las células. En circunstancias normales, un mamífero o un ave del sistema circulatorio y la capacidad para generar calor puede prevenir la congelación. Sin embargo, cuando las temperaturas exteriores son muy bajas y / o la temperatura corporal comienza a descender, la congelación se hace más probable. En este último caso, el cuerpo trata de mantenerse caliente por desviar la sangre lejos de la pieza de desgaste, como las almohadillas de las patas, el escroto, la cola, y puntas de las orejas. Este proceso puede salvar la vida de un animal, pero aumenta las posibilidades de que se pierda uno o más apéndices.
¿Qué apariencia tiene la congelación ? En sus primeras etapas, los tejidos afectados son a menudo gris, duro y muy frío al tacto. Cuando el cuerpo empieza a calentarse, algunas áreas pueden llegar a ser rojo, hinchado, y doloroso, pero las partes más perjudicados seguirán apareciendo sin vida. La única manera de saber que los tejidos podrían sobrevivir y que le dará tiempo al cuerpo para reparar lo que puede. El tratamiento médico para la congelación incluye el calentamiento, los antibióticos para prevenir la infección en los tejidos dañados, puede aliviar el dolor agresivo a veces, los fármacos que pueden aumentar la capacidad de la sangre para llegar a las zonas afectadas. Una vez que se pone de manifiesto que un tejido que no se va a recuperar (por lo general se vuelve negro y empieza a mudar), debe ser extirpado quirúrgicamente.
Si te encuentras con un animal que se sospecha que podría estar sufriendo de congelación, concentra tus esfuerzos iniciales en el aumento de su temperatura corporal, ya que también es probable la hipotermia. Rodean al paciente con botellas de agua caliente (pero no demasiado caliente), cubrirlo con mantas múltiples, y lo trasladas a la clínica veterinaria lo antes posible. No frote ni use secadores de pelo y mantas térmicas en los tejidos potencialmente dañados.
Por supuesto, la congelación se puede prevenir. Proteja a sus mascotas manteniéndolos en el interior o en una vivienda adecuada, cuando las temperaturas sean peligrosamente frías. El corte de la tolerancia al frío varía con el tipo de pelaje de un animal, su edad y estado general de salud, así como las condiciones ambientales como la humedad y velocidad del viento, pero el sentido común debe decirle cuándo tiene que intervenir.