Más
de 1.000 personas, entre ellas cientos de policías compañeros de
los estados vecinos, acudieron a un funeral en la zona rural de
Kentucky la semana pasada para presentar sus respetos a Jason Ellis,
un oficial del K-9 con 33 años de edad asesinado el mes pasado en lo
que las autoridades creen fue una emboscada.
Fido,
el perro policía de Ellis, también estaba allí, poniendo su pata
en el ataúd cerrado, un momento capturado en una imagen desgarradora
por el fotógrafo Jonathan Palmer.
Su
perro no estaba con Ellis el 25 de mayo cuando fue disparado varias
veces mientras que recogia los escombros en una carretera en la rampa
de la salida de Bardstown, Kentucky, una comunidad muy unida de
aproximadamente 12000 habitantes, Ubicada a 40 kilómetros al sureste
de Louisville. El asesinato de Ellis sigue sin resolverse.
Decenas
de compañeros oficiales del K-9 asistieron al funeral y, según el
Herald Leader, a sus perros se les oían los ladridos durante el
trayecto:
Cientos
de oficiales se pusieron firmes cuando la guardia de honor fue
llamada, los 60 perros policía ladraron en la ceremonia con el
sonido de los 21 disparos de salva de las armas de los guardias.
Ellis,
un veterano de la fuerza policial con seis años de experiencia, fue
recordado por el jefe de policía Rick McCubbin de Bardstown, quien
se comprometió a dar caza al asesino.
"Yo
soy tu jefe, Jason, pero tú eres nuestro héroe y tienes que saber
esto que el jefe no va a dimitir", dijo McCubbin. "Jason,
mi amigo, puedes estar tranquilo. Te recordaremos desde aquí."
A
Ellis le sobreviven su esposa, Amy, y sus dos hijos: Hunter, de 7
años, y Parker, de 6 años.
"Él
pagó el último sacrificio haciendo lo que amaba, al ser un agente
de la policía", agregó McCubbin.
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Erik Farina, Psicólogo Canino y Adiestrador Profesional
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