Erik Farina 2012 |
Llamamos
socialización al proceso por el cual los animales sociales aprenden
a enfrentarse y relacionarse con el mundo exterior. Los perros
necesitan tratar con otros perros y personas para aprender a vivir en
el mundo que les rodea. Un cachorro correctamente socializado suele
convertirse en un adulto bien adaptado socialmente. Un perro joven
necesita aprender cómo es el mundo que le rodea, cómo los hombres,
mujeres, niños, ancianos y los otros perros, para no tenerles miedo
al día de mañana y reaccionar de la forma adecuada en sus
relaciones sociales.
Lo
Que se Puede Esperar de Cada Edad
La
Primera Infancia: El Período Neonatal; las dos primeras semanas de
vida.
El perro
recién nacido parece una diminuta hoja en blanco en la que todo está
por escribir. Sin embargo, aunque parezca ignorar por completo cómo
debe comportarse fuera del útero materno, no debemos dejarnos
engañar: depende por completo de la madre para alimentarse, mantener
su temperatura corporal y estar físicamente protegido, pero en
realidad no está tan desvalido como parece.
Qué
hacer: Aunque aún no pueden vernos ni oírnos, debemos cogerlos y
tocarlos. Viven en un mundo de olores y sensaciones táctiles, y
están perfectamente preparados para empezar a acostumbrarse a
nuestro olor y nuestras caricias.
El
Periodo de Transición: Entre las dos y cuatro semanas de vida.
En esta
época el cachorro evoluciona con extraordinaria rapidez. Sus oídos
se abren y empiezan a reaccionar frente a los ruidos fuertes dando
muestras de sobresalto. También abre los ojos, y pronto empieza a
reaccionar ante la luz y los objetos en movimiento.
Qué
hacer: Prepararlo para la fase de socialización, procurando que su
entorno sea cada vez más variado y complejo con el fin de que
aprenda a enfrentarse al mayor número posible de cambios en el
entorno doméstico.
La
Socialización: Entre las Cuatro y Doce Semanas de Vida.
Los
cachorros entran en el período de socialización a partir de la
cuarta semana aproximadamente, y las ocho semanas que siguen son las
más críticas de su vida; también las más importantes desde el
punto de vista educativo. De hecho, se ha demostrado que los
cachorros que no han tenido contacto con los humanos entre las cuatro
y las doce semanas de edad evitan el contacto con ellos, tienen miedo
de la gente y puede ser imposible adiestrarlos más adelante sin
ayuda profesional. Hacia el final de este período, sus patrones de
pensamiento y su capacidad de concentración son ya similares a los
de un perro adulto.
A la
mayoría de los cachorros se les deja con la madre hasta que cumplen
las siete u ocho semanas de vida. En este tiempo se produce el
destete, y los cachorros deben enfrentarse a la severidad de su madre
cuando les niega las mamas y la frustración de no poder mamar.
También aprenden ahora, jugando con sus hermanos, a tratar con sus
semejantes, a moderar la fuerza de sus mordiscos y asumir un estatus
social, que calibran compitiendo con sus compañeros de camada por
los recursos.
A esta
edad tan temprana ya es posible observar las primeras manifestaciones
de sus instintos sexuales y de caza. Con cuatro o cinco semanas, los
cachorros de ambos sexos pueden ya montarse mutuamente durante el
juego, así como saltar sobre un juguete y zarandearlo como si
estuviesen dando muerte a una presa.
Qué
hacer: Como los cachorros suelen dejarse con la madre hasta bien
entrado el período de socialización, corresponde al humano acostumbrarlos a los diferentes ruidos, olores,
texturas, imágenes y voces que se producen en el entorno doméstico.
Por lo tanto, cuando usted recoja al cachorro éste deberá haber
sido expuesto ya a gran cantidad y variedad de estímulos.
Antes de
separarse de su madre, un perrito debería haber conocido personas
muy diversas entre sí, y lo ideal sería que también se hubiese
familiarizado con el mayor número posible de elementos de la vida
cotidiana posible. Cualquier cachorro que aún no esté debidamente
socializado necesita ayuda urgente de un profesional, un Etólogo
canino.
La
Educación Continua
La
socialización debe prolongarse al menos hasta las doce semanas de
edad, de modo que, si ha recogido a su cachorro antes de este
momento, será su responsabilidad continuar su proceso de educación
en esta época tan delicada de su desarrollo. Incluso a los cachorros
que no fueron debidamente socializados en su momento les vendrá bien
ahora que se les vaya mostrando poco a poco y con delicadeza el mundo
exterior con el fin de lograr que se acostumbren a las personas,
objetos y sucesos habituales en el hogar y fuera de él.
Hay que
ocuparse de proporcionar a los cachorros la mayor cantidad y variedad
de experiencias posibles antes de las doce semanas, a pesar de que lo
más habitual es que no hayan completado aún su primer ciclo de
vacunas y, por lo tanto, no pueden todavía relacionarse
libremente con los demás perros. Una posible solución de compromiso es sacarlos a la calle o al
parque en brazos; otra sería llevarlos a casa de los amigos o hacer
que éstos vengan a nuestra casa a visitarlos.
También
es bueno hacerles tratar con otros perros, siempre que nos conste que
éstos son adultos, son sociables y están perfectamente vacunados
contra todo. Esfuércese en proporcionarle todo tipo de experiencias
antes de que cumpla doce semanas de vida, todas las que pueda tener
en el hogar cuando aún no pueda salir a la calle, y el resto, en
cuanto esté preparado para empezar a salir.
Si
necesita ayuda de un profesional y estar bien asesorado, en la
selección de un cachorro nuevo o con la socialización de su perro,
puede ponerse en contacto con nosotros en el correo:
psicolmascot@gmail.com