Erik Farina año 1994 |
El Adiestramiento Temprano del Cachorro
El adiestramiento comienza en el
instante en que los cachorros, están aun mamando de su madre, y
cuando se le abren los oídos y empiezan a oír, experimentan el
contacto de la mano del ser humano y oyen el sonido de su voz. Cuando
se procede a destetarlo, el humano generalmente los llama, ya sea
mediante un sonido cualquiera con la boca, o pronunciando una palabra
como “Ven”, para que acudan a probar la comida que les ha
preparado. Entonces el cachorro asocia la presencia del ser humano y
el sonido que emite con una experiencia agradable, y acude de
inmediato cuando lo oye o lo ve.
Hay un método muy antiguo, en que
algunas personas colocan collares de tipo muy suave, unidos por un
corto trozo de cuerda a los cachorros cuando éstos están con un
mes. Durante sus juegos, a lo largo del día, agarran con sus dientes
dichos trozos de cuerda y tiran de ellos, con lo que se encontrarán
más preparados para acostumbrarse mas tarde a la correa. Yo escribo
esto y lo dejo como anécdota informativa, por si alguna protectora
de perros tiene cachorros y lo quiere probar.
Si usted tiene la oportunidad de
adquirir un maravilloso cachorro con dos meses, cójalo con
frecuencia y enséñele a mantenerse de pie a una distancia igual a
la de su brazo sin moverse. Esto resulta fácil de hacer, simplemente
sosteniéndolo en esta posición y alabándolo cuando adopta la
correa, utilizando la palabra “de pie” mientras lo acaricia.
Esto le permitirá prepararlo para
asearlo fácilmente o para concurrir a las peluquerías caninas, si
es un perro que necesita de una peluquera, o para adoptar la posición
“de pie” en la fase final de su adiestramiento. Enseñar al
cachorro a permanecer de pie, a acudir cuando lo llama y a soportar
la correa, lo prepara para el adiestramiento general al que deberá
someterse al futuro. En este adiestramiento precoz, lo que trato es
que usted pueda moldear con suavidad y delicadeza a su cachorro a su
voluntad y a establecer una asociación amistosa que conduzca de un
modo natural y fácil a un adiestramiento más avanzado en el futuro.
La primera labor que debe hacer en su
adiestramiento, es enseñar al cachorro a acudir cuando lo llame.
Para conseguirlo, primero deberá familiarizarlo con el nombre que le
haya puesto. En cualquier oportunidad, ya sea mientras jugamos con el
cachorro o al detenernos por un instante a acariciarlo, deberemos
dirigirnos a él por su nombre. Cuando vayamos a darle la comida, o
simplemente una golosina, hará que acuda a usted, aunque solo se
encuentre a un paso de distancia, y diga el nombre del perro
acompañado con la palabra “Ven”. Transcurrido un periodo muy
breve de tiempo, cualquier perro normal responderá al oír su nombre
y vendrá al ser llamado, ya que asocia una recompensa con el sonido
de su nombre y el de la palabra “ven” que sirve para llamarlo a
su lado.
La palabra “No” es una palabra que
debe aprender desde un primer momento. Debe pronunciarse en un tono
admonitorio y en forma tal que el cachorro sepa que en ese mismo
momento lo que esté haciendo provoca que se le dirijan tal termino,
que a usted no le gusta esa acción y no debe repetirse.
El “No” debe emplearse cuando el
cachorro esté mordiendo algo que no debería, como un mueble, un
zapato, ropa, la alfombra, etc.. Por supuesto existe una razón para
esta tendencia a morder todo, el cachorro se halla en el período de
dentición, y al proceder de este modo, alivia el dolor que
experimentan sus encías. También sabe, de forma instintiva, que
para eliminar los dientes que se mueven, los de leche, y dejar paso a
otros nuevos debe morder alguna cosa.
¿Cómo hacer frente a este problema?
Simplemente, aplicando un poco de
sentido común. Le proporcionará al cachorro un juguete que pueda
morder, mejor si tiene varios y se los va intercambiando, pueden ser
de caucho 100 por 100 naturales, huesos de diferentes composiciones,
astas de ciervo, etc.. En cuanto muerda algo que no quiera que muerda
utilizará la palabra “No” y automáticamente le entregará el
juguete que si puede morder acompañado de la palabra “muy bien”
y lo acariciará, entonces le está enseñando a su cachorro a saber
distinguir entre lo que puede y lo que no puede morder para aliviar
sus doloridas encías.
A menudo, el cachorro, con su espíritu
juguetón, comienza entreteniéndose con las cortinas o manteles de
la casa y con otros objetos diversos, antes de darse cuenta de que
también es divertido morderlos. Para evitar esta situación
desagradable, deberá proporcionar al cachorro, algunos juguetes
adecuados para que se entretenga. Debe tener un cajón con un mínimo
de 8 a 10 juguetes, pero que no pueda acceder a ellos, así usted le
dará un solo juguete durante un periodo de tiempo en el día, luego
se lo quita y le entregará otro, así cuatro o cinco veces al día,
manteniendo el deseo de ese juguete siempre.
Hay que tener un poquito de sentido
común en estos sencillos y tempranos problemas, puede ahorrarle
gastos y perjuicios. En términos de adiestramiento, piense en el
cachorro como lo haría respecto a un niño demasiado pequeño para
razonar. La palabra “No” utilizada en adiestramiento, se asocia
generalmente con la habituación ambiental, pero también cabe
emplearla al enseñar al cachorro a no morder artículos u objetos
del hogar. Esa orden debe proferirse con tono de acusado disgusto,
pero enseguida se le entregará el juguete que si puede morder y se
la acompaña suavemente y delicadamente con un “muy Bien” y una
acaricia.
Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto:
psicolmascot@gmail.com
Copyright
© Por: Erik Farina - Psicolmascot