Por ello, el respeto estricto de un horario consigue que el perro se acostumbre a no pedir innecesariamente, ya que acaba comprendiendo que su ración llega justo cuando tiene hambre y no se obsesiona.
También es muy útil en la adquisición de estos buenos hábitos retirar el alimento que se haya dejado, para que aprenda que entre toma y toma no hay nada, ni siquiera lo que se había dejado.
Asimismo, si se respeta la cantidad de la ración, adquiere otro hábito y sus digestiones son mejores (el aparato digestivo de los perros es proporcionalmente más corto que el del ser humano). Para ello, los alimentos adaptados cuentan con unas tablas de racionamiento recomendado, con el fin de que el propietario tenga una guía que puede y debe ajustar a las necesidades específicas de su perro.
A este respecto, dos ejemplares semejantes en edad, tamaño, sexo y condición pero que realizan diferentes actividades físicas necesitan un racionamiento ajustado al gasto energético de cada uno.
Tampoco se debe aportar nada más que el alimento adaptado, ya que con ello se corre el riesgo de establecer un apetito caprichoso que con el tiempo puede ser muy difícil de complacer; a su vez se previenen trastornos digestivos, incluso el sobrepeso.
Por supuesto, a pesar de que no hay que aportar nada más que su alimento específico, en el proceso de adiestramiento puede ser útil el empleo de algún suplemento alimenticio especialmente formulado al efecto, lo que significa que su aporte calórico y nutricional no supone el desequilibrio de su dieta habitual.
Por último, no olvides mantener su comedero lo más limpio posible, que siempre tenga agua a su libre disposición y que no debe hacer ejercicio muy intenso después de las comidas.
Recuerda, si das a tu perro un alimento adaptado a sus necesidades, cualquier aporte adicional supone un desequilibrio que echa al traste todo el esfuerzo que hay detrás. Ten en cuenta que hasta el 80 por ciento de las patologías se deben al manejo del perro por parte del propietario. Royal Canin.es