Erik Farina |
Con La Familia
La llegada del nuevo perro crea un clima de expectación y alegría en la casa, pero el nuevo cachorro o perro adulto se sentirá un poco inseguro cuando llegue y ese exceso de entusiasmo puede resultarle abrumador. Intente que las presentaciones no sean exageradamente efusivas, sino más bien tranquilas y sosegadas. Saque al perro inmediatamente al jardín, la terraza, o a la calle para que pueda hacer sus necesidades y después vaya mostrando las distintas habitaciones una por una, vigilando con atención, pero a distancia, mientras explora. Deje bien claro si hay niños, que no se les permite coger al perro en brazos, ni atosigarle, ni hacer que se sienta acorralado.
El Perro Y Los Niños
Asumir la responsabilidad de cuidar a un perro, es sumamente beneficioso para un niño, pero si éste tiene menos de siete u ocho años tal vez sea aún demasiado joven para cumplir con sus compromisos. Una vez que el cachorro deja de ser novedad, los niños suelen desentenderse de todo y les toca al papá o a la mamá cargar con el nuevo miembro de la familia.
Que los niños participen en las comidas. Pueden servir el alimento o echar de vez en cuando en el comedero algún bocadito delicioso, evitando que en el futuro el perro defienda su comida de forma agresiva y posesiva.
A veces los niños resultan excelentes adiestradores caninos. Trate de que un adiestrador profesional, le imparta unas clases a su hijo sobre la educación del cachorro, comportamiento y cuidados.
Ayude a sus hijos a relacionarse con el perro de modo que quede claro que ellos poseen autoridad en cuanto que son seres humanos. Si enseña a los niños a esconder objetos para que el perro los busque, o a enseñar nuevos trucos en el juego al perro, o a cepillarlo, todos se beneficiarán.
La presentación a otro Perro
Si tiene usted otro perro en casa, lo mejor es que ambos se conozcan en terreno neutral. Lo ideal sería que el perro adulto le acompañase a casa del criador o refugio, cuando fuese a recoger el cachorro. Después de hacer juntos el viaje a casa, ambos perro deberían permanecer juntos en el jardín, terraza, o al aire libre, en un lugar seguro y controlado, durante media hora, antes de entrar en casa con el cachorro, invitando al perro adulto a acompañarlos.
No deje a mano ningún objeto que su perro sienta que necesita proteger del intruso, como sus juguetes o hueso. Si teme que el perro viejo se muestre agresivo con el nuevo, no suelte a ninguno de la correa o deje al cachorro en el transportín o parque de cachorros, mientras ambos se comunican, cosa que debería repetirse varias veces hasta que el perro adulto se haya acostumbrado a su presencia.
Durante los próximos meses deberá dejar claro al nuevo perro que el mayor y más antiguo de la casa, es el que manda, saludándolo siempre en primer lugar, dándole el plato de comida primero, y dándole en general, la prioridad a la hora de recibir mimos y atenciones. Aunque no le será fácil poder ignorar a ese precioso cachorro, pero no quedará más remedio, ya que de lo contrario podrían surgir entre ambos problemas de rivalidad.
Como el Perro y el Gato
Si se les presenta como es debido, un perro y un gato pueden convertirse en amigos entrañables. Los problemas suelen surgir cuando se permite que el perro pueda ir a correr detrás del gato, ya que éste desconfiará a partir de ese mismo momento, y será muy difícil que el primero se olvide de lo divertido que es perseguir a un gato. Si tiene una caseta de interior, transportín o jaula, coloque dentro al perrito y cierre. Deje entonces entrar al gato en la habitación, pero asegúrese de que tiene una repisa o mesa hacia donde pueda saltar el gato si se asusta.
Para sentirse seguro, un gato tiene que saber que existe una vía de escape o un lugar elevado y seguro donde refugiarse. Normalmente, el gato mirará con recelo al perro, pero no tardará en bajar al suelo y acercarse. La próxima vez que se comuniquen, mantenga a su perro sujeto con la correa y dale una golosina para distraerlo.
Estas comunicaciones y acercamientos controlados, deben repetirse hasta que ambos animales se acepten mutuamente. Asegúrese de que la comida y el agua del gato están fuera del alcance del perro, y de que éste no puede abordar por sorpresa al gato en sus momentos más vulnerables, por ejemplo; mientras esta utilizando su cajón de arena.
Aunque a veces puede haber problemas cuando el perro tiene fuertes instintos de persecución, por ejemplo los Galgos, la verdad es que los gatos son excelentes tutores para el perro. De hecho, casi siempre que un perro y un gato conviven en el mismo hogar, es el gato el que manda.
El Perro Y Las Otras Mascotas
Los perros pueden aprender a ver como un miembro más de la familia a cualquier mascota si la conocen cuando aún son cachorros. Para que un perro considere miembro de su familia a una cobaya o a un conejo, es preciso que lo haya conocido antes de cumplir las doce semanas de edad.
Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
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