martes, 8 de marzo de 2022

La Socialización del Perro


 

Llamamos socialización al proceso por el cual los animales sociales aprenden a enfrentarse y relacionarse con el mundo exterior. Los perros necesitan tratar con otros perros y personas para aprender a vivir en el mundo que les rodea. Un cachorro correctamente socializado suele convertirse en un adulto bien adaptado socialmente. Un perro joven necesita aprender cómo es el mundo que le rodea, cómo los hombres, mujeres, niños, ancianos y los otros perros, para no tenerles miedo al día de mañana y reaccionar de la forma adecuada en sus relaciones sociales.


Lo Que se Puede Esperar de Cada Edad


La Primera Infancia: El Período Neonatal; las dos primeras semanas de vida.


El perro recién nacido parece una diminuta hoja en blanco en la que todo está por escribir. Sin embargo, aunque parezca ignorar por completo cómo debe comportarse fuera del útero materno, no debemos dejarnos engañar: depende por completo de la madre para alimentarse, mantener su temperatura corporal y estar físicamente protegido, pero en realidad no está tan desvalido como parece.


Qué hacer: Aunque aún no pueden vernos ni oírnos, debemos cogerlos y tocarlos. Viven en un mundo de olores y sensaciones táctiles, y están perfectamente preparados para empezar a acostumbrarse a nuestro olor y nuestras caricias.


El Periodo de Transición: Entre las dos y cuatro semanas de vida.


En esta época el cachorro evoluciona con extraordinaria rapidez. Sus oídos se abren y empiezan a reaccionar frente a los ruidos fuertes dando muestras de sobresalto. También abre los ojos, y pronto empieza a reaccionar ante la luz y los objetos en movimiento.


Qué hacer: Prepararlo para la fase de socialización, procurando que su entorno sea cada vez más variado y complejo con el fin de que aprenda a enfrentarse al mayor número posible de cambios en el entorno doméstico.


La Socialización: Entre las Cuatro y Doce Semanas de Vida.


Los cachorros entran en el período de socialización a partir de la cuarta semana aproximadamente, y las ocho semanas que siguen son las más críticas de su vida; también las más importantes desde el punto de vista educativo. De hecho, se ha demostrado que los cachorros que no han tenido contacto con los humanos entre las cuatro y las doce semanas de edad evitan el contacto con ellos, tienen miedo de la gente y puede ser imposible adiestrarlos más adelante sin ayuda profesional. Hacia el final de este período, sus patrones de pensamiento y su capacidad de concentración son ya similares a los de un perro adulto.


A la mayoría de los cachorros se les deja con la madre hasta que cumplen las siete u ocho semanas de vida. En este tiempo se produce el destete, y los cachorros deben enfrentarse a la severidad de su madre cuando les niega las mamas y la frustración de no poder mamar. También aprenden ahora, jugando con sus hermanos, a tratar con sus semejantes, a moderar la fuerza de sus mordiscos y asumir un estatus social, que calibran compitiendo con sus compañeros de camada por los recursos.


A esta edad tan temprana ya es posible observar las primeras manifestaciones de sus instintos sexuales y de caza. Con cuatro o cinco semanas, los cachorros de ambos sexos pueden ya montarse mutuamente durante el juego, así como saltar sobre un juguete y zarandearlo como si estuviesen dando muerte a una presa.


Qué hacer: Como los cachorros suelen dejarse con la madre hasta bien entrado el período de socialización, corresponde al humano acostumbrarlos a los diferentes ruidos, olores, texturas, imágenes y voces que se producen en el entorno doméstico. Por lo tanto, cuando usted recoja al cachorrito éste deberá haber sido expuesto ya a gran cantidad y variedad de estímulos.


Antes de separarse de su madre, un perrito debería haber conocido personas muy diversas entre sí, y lo ideal sería que también se hubiese familiarizado con el mayor número posible de elementos de la vida cotidiana posible. Cualquier cachorro que aún no esté debidamente socializado necesita ayuda urgente de un profesional, un Etólogo canino.


La Educación Continua


La socialización debe prolongarse al menos hasta las doce semanas de edad, de modo que, si ha recogido a su cachorro antes de este momento, será su responsabilidad continuar su proceso de educación en esta época tan delicada de su desarrollo. Incluso a los cachorros que no fueron debidamente socializados en su momento les vendrá bien ahora que se les vaya mostrando poco a poco y con delicadeza el mundo exterior con el fin de lograr que se acostumbren a las personas, objetos y sucesos habituales en el hogar y fuera de él.


Hay que ocuparse de proporcionar a los cachorros la mayor cantidad y variedad de experiencias posibles antes de las doce semanas, a pesar de que lo más habitual es que no hayan completado aún su primer ciclo de vacunaciones y, por lo tanto, no pueden todavía relacionarse libremente con los demás perros. Una posible solución de compromiso es sacarlos a la calle o al parque en brazos; otra sería llevarlos a casa de los amigos o hacer que éstos vengan a nuestra casa a visitarlos.


También es bueno hacerles tratar con otros perros, siempre que nos conste que éstos son adultos, son sociables y están perfectamente vacunados contra todo. Esfuércese en proporcionarle todo tipo de experiencias antes de que cumpla doce semanas de vida, todas las que pueda tener en el hogar cuando aún no pueda salir a la calle, y el resto, en cuanto esté preparado para empezar a salir.


Si necesita ayuda de un profesional y estar bien asesorado, en la selección de un cachorro nuevo o con la socialización de su perro, puede ponerse en contacto con nosotros en el correo: psicolmascot@gmail.com


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)


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