 |
Erik Farina año 1994 |
Un importante elemento en el
adiestramiento del perro para la guarda, la defensa, la caza o para
el particular, es la llamada a los pies de su dueño. En efecto, por
evidentes razones de seguridad, resulta esencial que el animal
aprenda a volver con su dueño cuando éste lo llame cualesquiera que
sea las circunstancias.
Una
vez que el perro realice sin que se le obligue los primeros
ejercicios de obediencia, en cuanto reaccione favorablemente a las
órdenes “sentado”, “tumbado” y se acostumbre a andar con la
correa, se le podrá adiestrar para la llamada. Este aprendizaje no
comenzará hasta que el perro tenga 4 meses, lo que no quiere decir
evidentemente que no haya que acostumbrarlo desde muy pequeño a que
responda cuando de le llama por su nombre.
¿Por Qué la Llamada?
El
objetivo del adiestramiento a la llamada, es que cuando se le llame
por su nombre seguido de la orden “ven aquí”, el perro acuda sin
vacilar y se ponga a la derecha de su amo en posición sentado.
Cuando
el perro haya comprendido la llamada se le podrá entrenar para
responder a la orden “a jugar” empujándolo hacia adelante para
que se vaya.
También
se le enseñará a permanecer a distancia sin moverse. Y sólo cuando
el perro haya asimilado perfectamente estas nociones se podrá pensar
en adiestrarlo para que recoja y traiga objetos, o para la búsqueda
o el ataque, por ejemplo.
Cómo Actuar en el
Adiestramiento
A la Hora de la Comida
Primero
se puede ejercitar al perro en la hora de la comida provocándole las
ganas de comer para hacerlo volver. Sin embargo, conviene evitar las
golosinas pues ello perturbaría después el aprendizaje de la
negativa a coger el cebo.
Para
empezar se llama al perro por su nombre seguido de la orden “ven
aquí” presentándole el comedero ( se puede dar la orden de “ven”
o “aquí” a elección del dueño). El perro deberá colocarse a
su derecha en posición sentado. Si es necesario, ayúdele
colocándolo y obligándolo a sentarse. Espere a que haya realizado
bien este ejercicio y después déle la comida y hágale muchas
caricias.
Ni
que decir tiene que no se le debe dar comida al perro hasta que no
haya hecho correctamente el ejercicio pues hay que evitar que asocie
recompensa con fracaso. En caso de fracaso, usted dará algunos pasos
para alejarse del perro y lo llamará hasta que comprenda.
En Cualquier Circunstancia
Una
vez que el perro haya aprendido la llamada a la hora de la comida
intente que haga ejercicios en horas diferentes.
Para
ello, proceda como en el caso anterior, llamándolo por su nombre
seguido de “ven aquí” y si no viene espontáneamente tire de la
correa hasta que comprenda y obedezca la orden, de que tiene que ir
junto de usted de inmediato. De manera general y sobre todo si el
perro no obedece sin la correa, aléjese de él, lo que le hará
volver por miedo a perder a su amo.
Es
importante darle siempre la misma orden al perro con la misma
palabra, y a ser posible, con la misma entonación, sin agresividad
ni nerviosismo. Si usted cambiara de vocabulario o de entonación, al
perro le llevaría más tiempo asimilar las diferentes órdenes.
Más
tarde le hará falta volver a empezar el ejercicio en diferentes
momentos, pero sin abusar, cuando el perro esté comiendo o jugando,
para que responda en cualquier momento.
Al Silbato
También
es útil para el caso de que el perro esté muy lejos o se encuentre
en un ambiente ruidoso que se acostumbre a responder a sonidos
diferentes del de la voz del dueño (un silbato normal como de
arbitro)
Para
ello, acompañe progresivamente la orden “nombre seguido de la
orden” del toque de silbato y después utilice alternativamente uno
y otro método. El perro deberá venir a sentarse a su derecha en
todos los casos de figuras.
También
podrá acompañar la orden o el toque de silbato con un gesto
dirigiendo el índice hacia su pie de usted o dándose un golpe en el
muslo, por ejemplo.
Copyright ©
Psicolmascot. Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto: psicolmascot@gmail.com
Copyright
2013 Psicolmascot. All rights reserved. This material may not be
published, broadcast, rewritten or redistributed.
- Derechos de autor 2013 Psicolmascot. Todos los derechos reservados.
Este material no puede ser publicado, transmitido, reformado o
redistribuido.
Adiestrar un perro para el
rastro puede resultar útil en muchos casos. Pues el perro será
capaz de contribuir eficazmente en la búsqueda de una persona que se
haya perdido o de un malhechor, o encontrar un objeto perdido por su
amo..
El Cuándo del Aprendizaje
Seguir
el rastro es un excelente ejercicio que se puede practicar desde que
el perro es muy pequeño y a lo largo de toda su vida. Por lo
general, a los perros jóvenes les gusta rastrear, para lo cual no
sólo hace falta olfato sino también dedicación e inteligencia sin
que ello suponga un gran esfuerzo físico.
La
mejor edad para empezar el aprendizaje del rastreo es entre los 3 y
los 6 meses. La práctica del rastreo se podrá iniciar muy pronto,
al mismo tiempo que se le educa para que acuda cuando se le llame y
se le acostumbra a andar cogido de la correa. Por el contrario, el
adiestramiento para morder habrá que empezarlo más tarde ya que el
perro podría confundir la búsqueda de una persona con la
persecución de un agresor y mordería o atacaría sin distinguir
entre uno y otro.
Al
comienzo, habrá que tener un ayudante que cogerá el perro cuando
éste busque al amo y después hará el papel de trazador. Claro está
que habrá que hacerle repetir al perro los diversos ejercicios hasta
que ejecute perfectamente cada uno de ellos y así no habrá
fracasos.
El Cómo del Aprendizaje
Primeros Pasos
Cuando
el cachorro tiene 3 meses, se empieza por hacerle buscar libremente
en un radio de cincuenta metros. El dueño le coge una delantera de 5
metros y se esconde detrás de un matorral llamando al perro que
entonces intentará liberarse de la persona que lo tiene atado
(persona que el perro no debe conocer porque entonces se sentirá
demasiado seguro).
Después,
el dueño se aleja unos 45 metros arrastrando los pies para señalar
el rastro y se esconde detrás de cualquier obstáculo. Entonces, el
ayudante dejará moverse al perro, sin soltar la correa: el perro le
dará la vuelta al primer matorral y buscará al dueño olfateando;
en cuanto ponga la nariz en el suelo y empiece a seguir el rastro,
habrá que soltarlo para permitirle que encuentre al dueño. Y éste
lo felicitará efusivamente con caricias y palabras de aliento.
A
continuación se repetirá el ejercicio en lugares diferentes
aumentando progresivamente la longitud de la pista y el tiempo de
espera antes de soltar el perro. Cuando éste haya comprendido bien
el ejercicio, “trabajará” con un pequeño arnés y una correa
delgada que no lo frene.
A
los 6 meses, el perro podrá dedicarse a buscar un objeto que el
dueño haya dejado (que así habrá quedado impregnado su olor) con
regreso por la misma pista, que por eso se llama pista recta doble.
Antes habrá aprendido a coger y entregar los objetos lanzados.
El
dueño hará que el perro se tumbe y le presentará el objeto que
tenga que ir a buscar, después de lo cual lo llevará detrás de un
obstáculo ordenándole “túmbate”, “quieto”. Entonces cogerá
el objeto y, trazando bien la pista con los pies, irá más lejos a
dejarlo y esconderlo.
El
perro estará al principio de la pista en posición tumbado. Deberá
partir a la orden “busca”. Una vez que haya traído el objeto
deberá entregarlo a la orden “da”. Entonces se le felicitará
como se merece.
A
continuación se hará el mismo ejercicio con un regreso que haga un
gran rodeo, pista recta simple, y después con una pista compleja que
incluya varias vueltas (en la que el perro buscará siempre el objeto
que el dueño haya depositado).
Estos
diferentes ejercicios se podrán repetir hasta que el perro tenga un
año, y a partir de entonces se complicará el adiestramiento.
Cada Vez Más Dificil
Desde
ese momento, el perro podrá dedicarse a buscar personas que no sean
el dueño, primero en pistas rectas simples, y después, buscar
objetos depositados por un extraño, en cuyo caso el perro trabajará
con el dueño.
Una vez que estos ejercicios hayan
sido bien comprendidos y se ejecuten de forma casi automática, es
decir, sin tener que ordenarlos, se podrán trazar pistas con
vueltas, pistas en ángulo recto y pistas que combinen esos distintos
trazados.
También se podrá adiestrar al
perro para que recoja varios objetos colocados en medio de una pista
recta o en un ángulo. A cada orden “da” el dueño meterá el
objeto en el bolsillo y hará que el perro se lance a las órdenes
“busca” y “trae”.
Más adelante, se podrá incluir el
descubrimiento del trazador al final de la pista, es decir, que
después de haber encontrado el objeto depositado por un extraño y
haberlo entregado (eventualmente a los pies del dueño, sentado o de
pie), el perro deberá seguir de nuevo la pista y descubrir al que ha
depositado el objeto poniéndose delante de él y ladrándole una
vez, pero sin morderle.
A continuación se aumentará la
longitud de la pista y el tiempo de espera antes de la salida, con
los mismos ejercicios que hasta ahora.
¿Persona Extraviada o Individuo
Sospechoso?
Después,
el perro aprenderá a actuar en función de que la persona por
encontrar sea amiga o indeseable. En todo caso, habrá que tener en
cuenta que el indeseable puede adoptar una actitud amistosa para
engañar al perro y que un paseante que se haya extraviado puede
sentir miedo y reaccionar huyendo o defendiéndose.
Por
tanto, habrá que adiestrar al perro para que tome alternativamente
tal o cual actitud de acuerdo con el comportamiento de su amo; en un
caso, éste estrechará la mano de la persona extraviada y le hablará
amistosamente, y en el otro, cacheará al indeseable y le hablará en
un tono más seco.
En
el rastreo a distancia y en razón de la ausencia del dueño cuando
se produce el descubrimiento de la persona, habrá que adiestrar al
perro para que inmovilice al individuo sin atacarlo ni morderlo y
ladre para indicar su presencia hasta que el dueño decida qué
actitud habrá de adoptar el perro.
Para
los perros que no tengan acometividad o les inspire miedo el bastón,
habrá que limitarse a la búsqueda de objetos, incluso en concursos.
En todo caso, el perro habrá de estar acostumbrado al ruido de los
disparos ya que el comienzo de cada prueba se señala con un tiro.
A
continuación vendrá la introducción de pistas falsas, es decir, de
pistas que el trazador interrumpe volviendo sobre sus pasos: también
el perro habrá de retroceder al final de la pista falsa para seguir
por la pista principal y continuar su trabajo.
El Rastreador de Élite
Si
el perro presenta una aptitud especial para el rastro o si quiere
presentarlo en competiciones y concursos, se podrán ir complicando
cada vez más los ejercicios.
Éstos
podrán consistir en que el animal descubra al trazador en un grupo
de personas, hacer el ejercicio de noche o recorrer una pista fría,
es decir, que lleve una hora por lo menos remontarla, ejercicios
todos ellos que reproducen las condiciones especiales del rastreo de
policía o las que se encuentran en los concursos de rastreo.
El
dueño podrá también, tanto por razones profesionales como por mera
afición (suya y del perro) adiestrar al animal para rastreo en
terrenos accidentados, campos, pastos de ganado o de venados, lugares
públicos o ruidosos, etc.
La
vida del perro está centrada en el olfato (relaciones con otros
perros, comida, caza, juegos, etc.), y resulta muy agradable
potenciar la aptitud natural que tiene el perro para el rastreo,
aunque no se tenga intención de dedicarlo a la competición. En
cualquier caso, quien quiera convenir su perro en un verdadero
rastreador habrá de dedicarle mucho tiempo y paciencia.
Copyright ©
Psicolmascot. Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto: psicolmascot@gmail.com
Copyright
2013 Psicolmascot. All rights reserved. This material may not be
published, broadcast, rewritten or redistributed.
- Derechos de autor 2013 Psicolmascot. Todos los derechos reservados.
Este material no puede ser publicado, transmitido, reformado o
redistribuido.
El aprendizaje del oficio de
pastor exige que el perro preste mucha atención. Después del
esfuerzo llegará la recompensa y el descanso merecidos.
Manipulaciones
En
las manipulaciones en el redil de selección hay dos ejercicios que
el perro debe hacer para ser útil.
Saltar Barreras
Para
enseñarle a saltar, se lleva al perro con la correa cerca de la
cerca de una barrera de 0,50 a 0,60 cm de altura; cuando estén a
unos 2 metros de la barrera, se paran y a la orden de “Roc,
salta”, los dos franquean el
obstáculo en un sentido y después en el otro. En cuanto el perro
haya conseguido saltar sin valerse de las patas delanteras, se
aumente la altura progresivamente hasta 1 metro.
Cuando
el perro haya comprendido, se hace que se tumbe a unos 2 metros y que
se quede así. Se le pone con la correa alargada y se le lleva cerca
de la barrera y se le hace saltar a la orden “Roc,
salta”. En cuanto ejecute
bien el ejercicio en los dos sentidos, se le hace repetirlo sin
correa.
Subirse a la espalda de las
Ovejas agrupadas
Esta
maniobra permite tanto el paso del rebaño por un lugar estrecho
actuado sobre los animales en cabeza como frenar el impulso demasiado
fuerte tomado en una dirección no deseada.
Para
enseñar este delicado ejercicio, se entra en un pasillo de selección
situado, a ser posible, contra una pared y se agrupan las ovejas. Se
lleva el perro por la correa y sin forzarlo se le pone encima de la
espalda de las ovejas apretadas unas contra otras procurando que no
se caiga entre las ovejas.
Se
le ayuda a que se sienta seguro y se le anima a que ande por encima
de ese substrato extraño procurando que no toque el suelo, pues se
expondría a que lo pisaran. No debe descender más que para subir
sobre otro grupo o colocarse al final del pasillo, detrás, de manera
que el conjunto del rebaño pase por el postigo controlado por el
pastor.
Fin del Trabajo
Una
vez ejecutada la orden, y si ya no es necesaria la presencia del
perro cerca de las ovejas, conviene decirle que el trabajo se ha
terminado. Utilizar siempre la misma palabra para que no la confunda
con las órdenes que se dan en los ejercicios. Decirle, por ejemplo,
“Roc, se acabó”,
hacer que se acerque y halagarle. Comprenderá, se relajará y se
tomará un bien merecido descanso.
El Ladrido
Con
el rebaño, el perro debe trabajar en silencio para no espantar las
ovejas. Pero hay circunstancias en las que es útil que ladre, como
cuando hay ciertas ovejas que le plantan cara, o se niegan a pasar
por un paso estrecho, o cuando se descubre alguna oveja enferma, etc.
Algunos ejemplares no ladran instintivamente cuando están
impacientes o descubren algo; a éstos hay que enseñarles a ladrar a
la orden.
Para
ello conviene aprovechar ciertas ocasiones. Así, al llevarle la
comida, se imita el ladrido de un perro diciéndole: ”ladra”
y se le da la comida en recompensa cuando haya ladrado. También se
puede escoger el momento del paseo para hacer una falsa salida
(ponerle el collar por ejemplo). En cuanto se ponga a ladrar de
impaciencia se le ordena: “ladra”.
Se le hace una caricia y se le lleva de paseo. Si no ladra se le
excita imitando el ladrido de un perro. En todo caso se ha de ser muy
paciente y hacerle ladrar hasta que lo haga a la orden sea cual sea
el lugar.
Copyright ©
Psicolmascot. Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto: psicolmascot@gmail.com
Copyright
2013 Psicolmascot. All rights reserved. This material may not be
published, broadcast, rewritten or redistributed.
- Derechos de autor 2013 Psicolmascot. Todos los derechos reservados.
Este material no puede ser publicado, transmitido, reformado o
redistribuido.
Después de los primeros
ejercicios vienen las maniobras esenciales que el perro de pastor
debe ejecutar a la perfección.
Reunir:
Esta maniobra es sin duda la que más se pide, he aquí cómo se ha
de ejecutar. Se lleva al perro con la correa de 5 a 15 metros cerca
de las ovejas. Se le ordena varias veces: “Roc, derecha,
trae” y después se le
acompaña repitiendo la orden. Si el animal se muestra demasiado
fogoso, se le frena con la correa diciéndole a menudo “Roc,
despacio”.
En
cuanto el rebaño se haya reagrupado lo suficiente, desde el sitio en
que se esté, se para el perro con un enérgico: “Roc,
quieto” y se le lleva al
punto de partida: “Roc, aquí”. Después se hace que el perro
ejecute el ejercicio sin correa, aprovechando el momento en que las
ovejas estén bien agrupadas.
Retroceder:
En cuanto el perro haya partido, se le frena con varios “Roc,
despacio”. Si tiene tendencia
a meterse en medio de las ovejas o a empujarlas demasiado, se le
ordena: “Roc, atrás”
y se interpone uno con los brazos y el bastón levantados entre el
perro y las ovejas. Se le hace retroceder unos 15 metros. Se hace que
se tumbe y después, alternativamente, se le hace avanzar 2 o 3
metros y tumbarse varias veces y se le para definitivamente a unos 5
metros del rebaño.
Después
se vuelve a repetir el ejercicio según las circustancias. La orden
“Roc, atrás”
debe ser enérgica, pues, por lo general, el perro que empuja las
ovejas es vigoroso y pone todo su empeño en el trabajo; y esta
actitud puede originar atropellos y molestias para el ganado que pace
y, en todo caso, un desplazamiento demasiado rápido del rebaño.
Mantener Agrupado:
Este ejercicio le permite al pastor vigilar de cerca un grupo de
animales, y llegado el caso, coger una oveja para curarla. Cuando el
perro haya agrupado el rebaño, no se le hace venir donde está uno.
Se le ordena: “Roc, quieto ahí o tumbado”.
Debe mantenerse a distancia del rebaño, atento para que no se muevan
las ovejas.
En
cuanto las ovejas están tranquilas, se le hace tumbarse; y después
se le pone al trabajo de nuevo. En caso necesario, alternar varias
veces el ejercicio de agrupamiento y el tumbarse. Para facilitar la
inmovilización del rebaño, conviene utilizar al principio un ángulo
del redil, el borde de un vallado o la orilla de un talud para que
las ovejas no intenten escaparse. Así, el perro sólo tendrá que
cuidar un semicírculo. Si no hay obstáculos, el perro estará en el
lado opuesto al pastor.
Detener:
Cuando el ganado vaya a cruzar la carretera, el perro debe poder
pararlas, hacer que se queden quietas o que retrocedan. En el
desplazamiento por un camino bordeado de vallas o cercas, haga que se
paren las ovejas ordenando al perro: “Roc, quieto”;
después se le incita a que detenga e inmovilice el rebaño durante
unos instantes.
Se
repite el ejercicio varias veces y después se hace que el perro lo
haga solo mientras los dos van al mismo paso a uno de los lados del
rebaño en marcha. En un momento dado se le ordena “Roc,
quieto” al mismo tiempo que
uno se va hacia adelante rápidamente. Incluso se le puede incitar al
perro a que se muestre agresivo procurando en todo caso que no
muerda. Con las ovejas paradas se le ordena: “Roc,
quieto”.
Liberar el Paso:
Para eso basta con un “Roc, aquí” para
hacer que venga el perro y mantenerlo al lado de uno, o dejarle que
se adelante unos pasos poniéndose a la altura de las primeras
ovejas, sin adelantarlas.
Hacer Retroceder las Ovejas:
Esperar a que las ovejas están tranquilas y no se empujen unas a
otras. Quedarse detrás del rebaño, y después llamar a las ovejas
al mismo tiempo que se le ordena al perro: “Roc, empuja”.
Se
repite la orden incitando al perro a echar hacia atrás al grupo de
cabeza (enpujando con el hocico y ladrando) y a quedarse después
delante del rebaño hasta que éste se vuelva atrás. Entonces, el
perro se pondrá a un lado o de nuevo en cabeza del rebaño con el
pastor.
Separación de un Rebaño:
Se trata de un ejercicio de final de adiestramiento pues esta
maniobra es contraria al instinto del perro, y por lo demás, le está
prohibida normalmente. Sin embargo, tal maniobra es necesaria cuando
se quiere atrapar un animal en medio de un gran rebaño.
Para
empezar, se despliega el rebaño, tras lo cual uno lo bordea por un
lado y el perro por el otro, procurando que siempre vaya “de
frente” con respecto a uno. Cuando las ovejas se separan un poco
dejando espacio, se llama al asistente: “Roc, aquí”. Su paso
terminará la separación.
Hacer Presa Sin Morder
Un
perro de pastor que muerde sin necesidad es perjudicial pero el que
es tímido y nunca acosa al ganado resulta ineficaz en muchas
circunstancias; por ejemplo, cuando se trata de canalizar el rebaño
por un paso estrecho entre cultivos que se pueden estropear, o de
pasar al lado de un rebaño de moruecos, etc.. Lo indicado entonces
es un golpe con la boca sin apretar ni morder, sólo cuando sea
necesario o se le ordena al perro.
¿Donde se debe hacer la presa?
-En
el cuello: este ejercicio se puede practicar con ovejas adultas si el
perro aprieta demasiado; esa presa puede dejar marcas en las ovejas
equilibradas.
-En
los corvejones: ésta es la presa que se recomienda, y debe hacerse
rozando con el hocico para que no se dañe la ubre de la oveja ni la
cola cuando sea larga.
Zonas del cuerpo que el perro no
debe pellizcar ni morder: -La
parte inferior del hombro pues se podría desprender, la cabeza, las
orejas y la pierna.
Cómo enseñar al perro esa
práctica:
-Este
ejercicio, que se ha de realizar sólo con perros que se dominan
bien, no debe hacerse a diario ni con las mismas ovejas cada vez.
-Se
utiliza una oveja, sujeta por un ayudante que protege las zonas que
no se pueden tocar. Al perro sujeto por la correa se le excita
literalmente para que agarre la oveja, se le deja que haga una presa
suave en el lugar permitido, y se le detiene con un enérgico “quieto
ya”. Repetir el ejercicio con el perro sujeto por la correa en un
redil de unos 15 m2 en el que se habrán metido 5 o 6 ovejas grandes
que se muevan. Entonces se trata de dominar al perro autorizándole a
hacer presa sólo en el lugar que se le indique. Y enseguida se le
hace soltarla. Hay que recompensarlo cuando lo hace bien.
Copyright ©
Psicolmascot. Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto: psicolmascot@gmail.com
Copyright 2013 Psicolmascot.
All rights reserved. This material may not be published, broadcast,
rewritten or redistributed.
- Derechos de autor 2013 Psicolmascot. Todos los derechos reservados.
Este material no puede ser publicado, transmitido, reformado o
redistribuido.
Resulta muy interesante observar
cómo el perro se ocupa de sus ovejas. Esa aptitud posiblemente sea
natural, pero lo cierto es que el perro de pasto no se adiestra solo.
En
la actualidad, el auxiliar del pastor ya no se ocupa de proteger el
rebaño contra los lobos ni mucho menos es un perro de caza
ocasional. Actualmente se ha convertido en un vigilante adaptado a
los diferentes métodos de la ganadería.
El
adiestramiento del perro es una tarea delicada que exige por parte
del ganadero un perfecto dominio técnico y un buen conocimiento de
la progresión que se ha de realizar. También se necesita una gran
afinidad y una confianza total entre perro y su amo. Todo este
adiestramiento esta indicado para la ganadería ovina y caprina.
Primera Educación
Los
ejercicios de obediencia conciernen a todos los perros, ya estén
destinados a la guarda, la caza, el rebaño o la compañía; el
trabajo futuro dependerá de esos ejercicios. Recordaremos aquí
diferentes fases del adiestramiento, que se inicia a la edad de tres
meses: la llamada, el porte del collar y la costumbre del ronzal, la
conducción al lado, sentado, tumbado, en pie, quieto, quieto aquí.
Aunque
el adiestramiento con rebaño no se iniciará hasta los ocho o nueve
meses, será conveniente que el futuro perro de pastor tome contacto
con las ovejas o las cabras lo más pronto posible. Así, se llevará
a hacer paseos cotidianos cogido de un ronzal de 5 a 10 metros. Habrá
que evitar por encima de todo que le ataque a una oveja para proteger
su cordero. Según sea su carácter, se le animará a que se acerque
a las bestias o, por el contrario, se le frenará haciéndole rodear
los animales sin que intente perseguirlos.
Más
adelante, se le dejará suelto para que le dé la vuelta al prado,
primero con el adiestrador y después solo a la orden “Roc,
da la vuelta”. Si se produce
algún incidente o si las ovejas se espantan, se ordenará
inmediatamente al perro, tumbarse y quieto.
El Adiestramiento al Rebaño
Ya
sean los rebaños grandes o pequeños, trashumen en la montaña,
pasten en zonas de cultivo o vivan en recintos cerrados, siempre hay
ocasiones en que el perro resulta se un auxiliar no sólo valioso
sino hasta indispensable: vigilancia en pastos extensos de relieve
accidentado o que presentan una densa vegetación, salidas y entradas
del redil, desplazamientos por caminos y carreteras, búsqueda de
ovejas aisladas o enfermas, de corderos atontados, agrupamiento para
escoger, capturar o tratar animales.
En
llano, es corriente utilizar dos perro: uno llamado perro rodeo o
perro de orilla o de lado, que debido a su carácter más
independiente y al adiestramiento recibido, trabaja sólo guardando
uno o dos lados del terreno de pasto, en el lado opuesto al pastor;
el otro perro llamado, perro de pie o de mano, más joven y menos
resistente, y sobre todo de carácter más flexible, se queda junto
al amo para guardar los otros lados.
Adelante y a la Derecha, A la
Izquierda
Éstos
son los dos primeros ejercicios que habrá de ejecutar el futuro
perro de pastor con vistas a su trabajo con el rebaño.
A
la orden “Roc, Adelante”,
se dan algunos pasos hacia delante mostrando al perro la dirección
con el brazo. Si hace falta, lleve un ayudante que se colocará a
cierta distancia y llamará al perro en el momento de la orden.
Cuando el perro haya llegado junto al ayudante, no le deje jugar y
llámelo enseguida con las siguientes palabras “Roc, aquí”.
Así
se le ordenará al perro que vuelva a empezar el mismo ejercicio, y
después se le recompensará. A continuación se le hará actuar solo
y cada vez más lejos, de manera que se le pueda utilizar en
búsquedas y exploraciones.
Sea
cual sea la posición del perro con relación al amo y al rebaño, la
izquierda
corresponderá siempre al sentido de la rotación del sol o de las
agujas de un reloj y la derecha al
sentido contrario.
El
perro “de Pie” o
“Sentado” va
cogido de un ronzal largo. Cuando se le ordene “Roc, a la
Izquierda” o “Roc,
a la Derecha”, desplácese
ligeramente en la dirección escogida ejerciendo una pequeña
tracción sobre el ronzal. Aprovéchese de un desplazamiento
instintivo para dar la orden correspondiente: “Roc, a la
Derecha” o “Roc,
a la Izquierda”.
Cuando
el perro ya sepa ejecutar “Adelante”,
“A la Derecha”, “A la Izquierda”, “Quieto”,
se le pondrá enseñar a darle la vuelta al rebaño, a cambiar de
lado en carreteras y en caminos, a explorar los pastos, etc..
Principios Básicos del
Adiestramiento
-Antes
de empezar la educación y adiestramiento del perro, estudie
cuidadosamente su carácter con objeto de saber si habrá que
tratarlo con la mayor suavidad posible o si habrá que hablarle con
tono firme sin ser brusco en ningún caso.
-Ocúpese
del perro cada mañana pero no más de quince minutos seguidos.
-No
pase a la lección siguiente antes de que el perro haya comprometido
perfectamente la anterior.
-Las
órdenes de viva voz o con silbato, que se deberán asociar con
movimientos del brazo, deberán ser siempre las mismas. Serán
breves, pronunciadas claramente y siempre precedidas por el nombre
del perro.
-Evite
cualquier gesto inútil y brusco. El aprendizaje con silbato siempre
va después de que el perro haya aprendido las órdenes con la voz.
Las Razas de Pastor
Es
indispensable que el perro de pastor pertenezca a una raza “pastora”,
pero también debe ser de una cepa “de trabajo”, es decir, que la
mayoría de sus ascendientes hayan sido utilizados efectivamente con
rebaños y que hayan dado pruebas de cualidades de trabajo.
El
perro pastor habrá de poseer la aptitud pastora en su grado más
alto y en particular una propensión natural a buscar el contacto con
el rebaño, a rodearlo intentando agruparlo y a meter dentro de él a
cualquier animal que se aleje, no mostrarse agresivo e intentar
aislar un elemento del rebaño para morderlo. En el cuadro de la
cinofilia, los perros de pastor se clasifican en el primer grupo.
Copyright ©
Psicolmascot. Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto: psicolmascot@gmail.com
Copyright
2013 Psicolmascot. All rights reserved. This material may not be
published, broadcast, rewritten or redistributed.
- Derechos de autor 2013 Psicolmascot. Todos los derechos reservados.
Este material no puede ser publicado, transmitido, reformado o
redistribuido.